¿Cómo tratar los problemas alimenticios de adultos mayores con demencia?
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La demencia es una enfermedad crónica cada vez más común y preocupante. Un estudio realizado por un equipo interdisciplinario de investigadores de la Facultad de Enfermería y Rehabilitación, la Facultad de Ingeniería y el programa de Gastronomía de la Universidad de La Sabana estableció la importancia de considerar la relación paciente-cuidador para hacer frente a los trastornos alimenticios que enfrentan las personas con estas enfermedades, y también propuso una caja de herramientas que contribuye a mejorar la alimentación en esta fase de la vida.
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Poder generar una relación paciente-cuidador para que la hora de la comida no sea un mal momento para ninguno
Tomado de: Freepik
La OMS señala que, actualmente, hay 55 millones de personas con demencia en el mundo; para 2030, aumentarán en 41.8 % y, para 2050, en un 153 %, llegando a los 139 millones de personas en esta condición. Dentro de la población, hay una incidencia de hasta el 10% de enfermedades vinculadas con la demencia y su prevalencia se duplica cada 5 años.
Pero si bien la demencia implica pérdida de la memoria, confusión, alteración del pensamiento abstracto, comportamientos repetitivos, dificultad para reconocer objetos, también hace más dificil las actividades básicas de la vida diaria, entre ellas la alimentación. Así lo revela un proyecto de investigación titulado Cuidado Nutricional para personas institucionalizadas con demencia, que bajo la batuta de investigadores de la Universidad de La Sabana (Colombia), tiene el propósito de brindar estrategias de cuidado nutricional específicas a los cuidadores de adultos mayores con alzhéimer y patologías similares.
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Algunos sintomas de la demencia puede llevar a confusión y pérdida de memoria
Tomado de: Freepik
Es importante anotar que el daño neuronal asociado a la demencia ocasiona trastornos del comportamiento que se relacionan con la zona cerebral más afectada. Entre los cuales, se identifican la disfagia, la pica, la hiperfagia y el exceso de apetito, problemas a los que hay que prestarles atención y que es importante tratar a tiempo para evitar complicaciones. A continuación, se describirán brevemente:
Disfagia
Es un trastorno que se caracteriza por la dificultad tragar alimentos, sean sólidos o líquidos. En la demencia, la disfagia se suele presentar en fases avanzadas y cuando el paciente está institucionalizado puede resultar en trastornos alimenticios como la anorexia, pérdida ponderal y la incapacidad para deglutir. Así mismo, es la principal causa de complicaciones como la neumonía por broncoaspiración.
Pica
Es la ingesta persistente y compulsiva de objetos no comestibles como tierra, arcilla, tiza, jabón entre otros. Aunque aún no se asocia a ninguna lesión cerebral específica, es más común en personas con discapacidades cognitivas acompañadas de trastorno obsesivo compulsivo (TOC) o esquizofrenia.
Hiperfagia
Es la sensación de hambre excesiva, lo que produce que algunas personas con demencia coman demasiado. Este trastorno puede ser resultado de la pérdida de memoria. El paciente olvida que acaba de comer y por eso pide alimentos en todo momento.
¿Cómo cuidar a las personas adultas mayores con estos problemas?
Si por ejemplo un adulto mayor con deterioro cognitivo está acompañado de un trastorno obsesivo compulsivo, puede comer rápido, olvidar que tomó su almuerzo y después querer quitarle su comida a las personas con quien comparte en la mesa. Por eso, una vez identificados los trastornos alimenticios más comunes entre los adultos mayores con demencia, una de las preguntas que se han dado a la tarea de intentar resolver los investigadores es cómo cuidar a estos pacientes más aún cuando se encuentran en centros de cuidado y requieren un tratamiento personalizado de acuerdo con su deterioro cognitivo.
“Las personas con trastornos cognitivos pueden tener dificultad para aceptar que su dieta es diferente a la de otros con quienes comparten la mesa y sentirse molestos porque no les dan los mismos alimentos”, explica la profesora Maria Elisa Moreno.
Por tal motivo, la profesora de Enfermería Beatriz Sánchez explica que el cuidado de las personas con demencia tiene unos retos que pueden generar carga a los cuidadores y familias, en especial cuando no están preparados para asumir esta responsabilidad. De hecho, las cifras son contundentes, pues se estima que un 75% de los países no tienen respuestas concretas frente a los cuidados que requiere esta situación en específico y que la falta de planeación y apoyo a las personas que tienen demencia es una realidad.
“Si bien los requerimientos nutricionales de los adultos mayores con o sin deterioro cognitivo son los mismos, el manejo de su alimentación y el tipo de alimentación que pueden y quieren ingerir, varía mucho”, explica la profesora Sánchez.
Por eso, entre los desafíos y oportunidades para tratar el tema, los expertos indican la importancia de realizar una evaluación nutricional integral con intervenciones nutricionales enfocadas en la persona con demencia y apoyo a los cuidadores en un ambiente de alimentación adecuado dentro de su hogar o sitio de vivienda.
Esto, afirman, permitirá disminuir la incertidumbre y contribuir a tomar mejores decisiones que satisfagan las demandas clínicas, mejoren la experiencia del usuario y la gestión de los cuidados mediante una planificación adecuada y procesos más eficaces.
¿Cómo debe ser el cuidado?
Respetar las costumbres
La forma de comer y el tipo de comidas también se determinan por la cultura y la religión. Estas dictan reglas sobre qué comer, con quién, cuándo se comparten comidas, en qué cantidades y en qué horarios. Identificar estos aspectos en el adulto mayor y aplicarlos pueden motivar a las personas con demencia comer mejor.
El sabor y textura, una estrategia para hacer más atractiva la comida
Los sabores, para esta población, pueden estar relacionados con la recordación y la percepción de lo que fueron momentos de felicidad. "El proceso inicia con una sensibilización sobre las condiciones particulares de la persona, pues si no se conocen las necesidades, no se pueden establecer unas recomendaciones. En segundo lugar, la redacción de una minuta o unas recetas deben estar supervisados por expertos en nutrición y escritos de forma clara y sencilla por conocedores de técnicas gastronómicas”, explica la investigadora Indira Rodríguez Sotelo, doctora en Tecnología de alimentos sobre el proceso de creación de la comida basada en los requerimientos nutricionales específicos para la población adulta mayor con demencia
La textura, la presentación y el cuidado a los detalles de la comida son también factores claves para que el adulto mayor pueda comer alimentos de su gusto, adecuados a sus necesidades nutricionales. Al respecto, la doctora Gabriela Cabe explica que “el diseño de alimentos agradables a la vista y con texturas que facilitan la deglución pueden evocar los mejores recuerdos de la vida, al mismo tiempo que contribuyen a los problemas de disfagia”.
Cuidar la presentación de las comidas
¡Todo entra por los ojos! Utilizar colores cálidos como el rojo o el amarillo y evitar los tonos fríos como el azul y el verde, es mejor. Con los cambios que se presentan en la vista con la edad, este ajuste puede ayudar a que los alimentos resulten más visibles y atractivos a la hora de comer.
El tamaño de las porciones es definitivo
Las porciones pequeñas han demostrado ser mejores estimulantes del apetito que las grandes. El contraste de platos y cubiertos ayuda a mejorar su visualización. Es útil por ejemplo el empleo de platos blancos con borde negro y los cubiertos con mangos de color.
Cuidar la temperatura de las comidas
El frío o calores intensos pueden ser lesivos y hacen más difícil percibir el sabor, por eso es importante mantener las comidas en temperaturas medias.
Los requerimientos nutricionales
Conocer el requerimiento nutricional que tienen los adultos mayores puede ser un buen apoyo para orientar su alimentación. Esto ayudará a definir tipos de alimentos y porciones que la persona con demencia deberá consumir.
Conocer las condiciones personales
En muchos adultos mayores el olfato y gusto se disminuyen. Esto puede significar un riesgo que incluso puede llevarlas fácilmente a una intoxicación. Tener en cuenta esta condición puede prevenir este tipo de situaciones.
Tiempo y postura
El tiempo que toma la alimentación de las personas adultas mayores es más prolongado y garantizarlo es importante. Para que la ingesta sea adecuada es preciso vigilar que el sitio para comer permita hacerlo con comodidad manteniendo una postura que facilite la deglución. Por ello, se recomienda que la persona esté sentada con la espalda recta apoyada en el espaldar y la cabeza erguida.
Si el adulto mayor necesita ayuda para comer, el cuidador debe sentarse al frente, y con los ojos a la misma altura. Se debe evitar la hiperextensión del cuello (llevar la cabeza hacia atrás) a la hora de comer.
El sistema digestivo
Con la edad las glándulas salivales disminuyen la cantidad y calidad de producción de saliva. Para muchas personas el alimento seco puede generar problemas de difícil deglución. En estos casos las comidas ricas en salsa pueden ser una buena alternativa.
Asegurar adecuada comunicación
Al hablarle al adulto mayor utilice un tono grave (ronco), hable despacio y evite gritar. Las personas mayores escuchan mejor las voces con tonos bajos y tienen una tolerancia menor a los sonidos fuertes. Si la persona mayor no escucha bien una frase, aunque esta se le repita, proceda a decirle lo mismo en otra forma. Por ejemplo, si usted dice: ¿Quiere comer una fruta? Y no le entiende, pregúntele ¿Qué fruta le gustaría comer?
El aseo de las manos
La higiene adecuada de las manos es indispensable antes de cada comida. Con los adultos mayores debe emplearse jabón y cremas sin perfume, con un pH neutro o ácido para evitar lesiones en la piel.
Atender detalles del ambiente
Para iluminar el sitio de comer, utilice luz más intensa en los ambientes en que las personas mayores reciben sus alimentos. La luz intensa mejora de forma significativa la percepción de los detalles.
Es importante evitar los peligros
El acceso, almacenamiento y facilidad de preparación de la comida son fundamentales para garantizar la nutrición adecuada. Evite colocar objetos que sea necesario visualizar o emplear, por encima de la altura de sus ojos, ya que estos pueden pasar inadvertidos o hacer que la persona sienta vértigo al hiperextender la columna cervical.
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