Susana Rodríguez es graduada de la Maestría en Derecho Constitucional y su extensa carrera como juez la llevó a ocupar el cargo de fiscal de la Dirección Especializada contra Violaciones de Derechos Humanos en la Fiscalía General de la Nación.

Su primer acercamiento con la Universidad se dio en la sede del barrio Quinta Camacho. Años después, regresaría gracias a su hija Sofía, quien ingresó a estudiar Comunicación Social y Periodismo. Precisamente fue ella, su hija, quien le mostró el folleto (brochure) de la Maestría en Derecho Constitucional, lo cual motivó a Susana a estudiar en La Sabana.

El inicio de la carrera profesional como abogada fue en los juzgados penales municipales, trabajando en diversas funciones, desde escribiente hasta sustanciadora. Después, pasó a ser juez de la Ley 600 y asistente de magistrado en el Tribunal de Bogotá. Luego, fue juez de distintos tipos: pequeñas causas y de tipo penal del circuito. Finalmente, en su cargo como juez penal del Circuito Especializado, se le presentó la oportunidad por parte del defensor del Pueblo de ese entonces, Armando Otálora, de ser la defensora delegada para los Derechos de las Mujeres y la Población LGBTI en todo el país.

Hoy, desempeñándose como fiscal de la Dirección Especializada contra Violaciones de Derechos Humanos,

en el eje de desplazamiento forzado, comenta que llegan muchas víctimas y que lamenta no tener una respuesta a sus necesidades. Su labor consiste en adelantar toda la investigación correspondiente a las denuncias por desaparición en el sistema acusatorio, con órdenes a la Policía Judicial; a partir de ahí, se inician las actividades investigativas. De igual manera, trabaja con casos del conflicto armado colombiano.

Por medio de la Defensoría del Pueblo visitó poblaciones donde nunca había hecho presencia el Estado, como Riosucio, en Chocó. En Alto de Salaquí, por ejemplo, se reunió con una comunidad indígena que le agradeció su interés y le informó que era la primera vez que una institución del Estado iba a ver y escuchar a sus habitantes.

De su paso por la Universidad reconoce el alto valor de los docentes, sus aportes como seres humanos y su manera de transmitir conocimiento. Además, recuerda con mucho cariño los inicios de la Institución.

Susana invita a los futuros Alumni a aprovechar la oportunidad de estudiar en La Sabana porque es una institución maravillosa, a aprender cosas nuevas, capacitarse cada día y, por último, lo más importante para ella: ser buenas personas.

Susana se desempeña como fiscal de la Dirección Especializada contra Violaciones de Derechos Humanos, en el eje de desplazamiento forzado.