Prompt

Prompt debió ser elegida la palabra del año 2023, pero la Real Academia Española y la Fundación del Español Urgente (Fundéu) prefi rieron polarización. Según explicó Javier Bezos, miembro de la Fundéu, en la Radio Nacional de España, las palabras del año se eligen teniendo en cuenta la frecuencia de su uso en los medios de comunicación, el que sean nuevas o que se refi eran a nuevas realidades.
Hagamos memoria. Viajemos en el tiempo. Retrocedamos unos cuatro, cinco o seis meses y abramos nuestro perfil de LinkedIn. ¿Cuántas personas están hablando sobre prompts? ¿Cuántos comparten sus mejores ejemplos? ¿Cuántos preguntan por la técnica adecuada para escribirlos? Desconectémonos. Vayamos a tomar un café en la casa de un amigo o asistamos a esa reunión de domingo en la casa del familiar que siempre la invita y escuchemos: ¿cuántos hablan de ChatGPT, de Bard (sí, recuerde que durante este párrafo estamos en 2023), de cómo aprender a escribir el prompt adecuado que nos ahorrará horas de trabajo?, ¿de ese libro titulado ChatGPT millionare, que trata sobre cómo perfeccionar «el arte de hacer prompts» para ganar más dinero? Porque no importa cuál sea la novedad, siempre habrá un fulano dispuesto a decirnos que hay maneras de hacernos ricos —y pronto— con ella.
En esos escenarios, los prompts fueron los sustantivos más mencionados (y solicitados) de 2023 y no faltó quien los volviera verbo:
«El arte de promptear, o crear prompts efectivos para modelos de lenguaje como ChatGPT, es una habilidad que necesitas aprender si quieres obtener buenas respuestas de la IA», dice José Luis Gallardo, creador del movimiento promptea en uno de sus boletines electrónicos.
Desenredemos la pita
Prompt es una palabra del inglés. Eso no quiere decir que esté prohibida. Recuerde que de allá trajimos palabras como fútbol, clóset, internet y selfi (palabra del año 2014). Tampoco significa que no pueda volverse verbo, pues ya hicimos lo propio con chequear, tuitear, chatear y ahí vamos gestionando jaquear y espoilear. Solo que analizar su origen, significado y evolución nos ayuda a entender su adopción.
Según el Diccionario de Oxford, Prompt puede usarse como verbo, adjetivo y sustantivo:
- En el primer caso, significa causar o mover a la acción (‘curiosity prompted him to explore the universe’, la curiosidad lo motivó/movió a explorar el universo).
- En el segundo caso, es un atributo de aquello que se hace inmediatamente (‘they caught them by the prompt action of the citizens who called the Police’, los capturaron gracias a la pronta reacción de los ciudadanos que llamaron a la policía).
- Finalmente, como sustantivo, se refiere a la pista que le da el asistente a un actor teatral para que recuerde el libreto (I just give her a prompt of her monologue, solo le soplé una pista de su monólogo).
En este último caso, el asistente recibe el nombre de prompter (el que promptea, básicamente). Cuando el asistente es reemplazado por la tecnología y tiene el aspecto de una pantalla, se llama teleprompter. Y aunque hay quienes escriben teleprónter, como los que comercializan la aplicación teleprónter online, ni el Diccionario de la Lengua Española ni el Panhispánico de Dudas registran esa ortografía.
La historia tiene una forma curiosa de llevar algunos de los destinos de un cauce por otro, para luego traerlos de vuelta a su camino, como ha sucedido con cientos de piezas de orfebrería que, después de recorrer palacios y museos del mundo, regresaron a sus comunidades de origen. Pienso en esto porque el mismo Diccionario de Oxford refiere que el uso de prompt se originó en el inglés medieval, como un préstamo del francés y que viene del latín promptus, que significa «traer a la luz» o «estar preparado», o es el participio del verbo promere, que puede significar producir.
En español, del latín promptus, tenemos pronto, prontuario e impronta. Por lo tanto, en cuanto a prompt, no será extraño que, en un futuro, lo veamos españolizado como pronte y el verbo, prontear.
Puntualizando, cuando usted le pide algo al ChatGPT, le está diciendo que traiga a la luz un determinado producto, con unas condiciones determinadas de preparación. Si tiene una gran habilidad para ello, establecerá un conjunto de reglas para que el producto cumpla con sus expectativas. Y esto que acabo de decir no es más que el parafraseo de la definición de instrucción.
Desde que empezamos a aficionarnos por las aplicaciones de inteligencia artificial generativa y los macromodelos de lenguaje (prefiero este término al de Large Language Models o LLM), hablamos de prompts como un nuevo ente, como el resultado de un conjunto de técnicas que debemos dominar (prompt engineering). Parece que usar el término reviste de complejidad la sencillez de su concepto. Por eso, no le pido que deje de utilizar el término prompt. Entiendo que las reglas del mercado hacen atractivos esos revestimientos. Lo que le pido es que, internamente, asuma que aquello a lo que se refiere no es más que una instrucción.
La instrucción es poner en palabras lo que necesito crear. Poner en palabras significa decir y, si es por escrito, escribir. Entonces el río vuelve a su cauce: prompt engineering es otra reinvención de la escritura, claro, en aplicaciones y con técnicas muy específicas.
“Desde que empezamos a aficionarnos por las aplicaciones de inteligencia artificial generativa y los macromodelos de lenguaje (prefiero este término al de Large Language Models o LLM), hablamos de prompts como un nuevo ente, como el resultado de un conjunto de técnicas que debemos dominar (prompt engineering)”.
Gabriel Pineda, profesor de la Facultad de Filosofía y Ciencias Humanas.

Artículos relacionados
Lörem ipsum lalig kros, mikrost diligen, Odellplatta inte dens sedan teler. Förarstödjare hamöligt emedan pejåsat och tilins: jag biosirade som manga pussa till limäras som desur.
Ágil, la palabra de moda
Ágil es una de las palabras de moda, a pesar de ser tan antigua como la lengua misma. Es un adjetivo para indicar que algo «se mueve con soltura y rapidez», según el Diccionario de la Lengua Española. Y esas nociones —las de rapidez y movimiento— aparecen en todas sus definiciones, incluso las históricas. Basta mencionar la de Sebastián de Covarrubias de 1611, que la definió como «el ligero que con destreza, desenvoltura y facilidad se mueve a hacer cualquier cosa».
>

CONTACTO
Tus comentarios y preguntas son importantes para nosotros. Diligencia este formulario y nos pondremos en contacto. También puedes venir a visitarnos y resolveremos tus dudas.