De acuerdo con Nicolás, el proceso para aplicar a este programa fue largo: “Duró de cuatro a cinco meses, aproximadamente, y en cada filtro evaluaron competencias como inglés, lógica, relaciones interpersonales y habilidades de liderazgo”. Al programa se presentaron cerca de 18.000 personas en toda la zona MAZ (Middle Americas Zone) y fueron elegidas solo 58. En el país, fueron 5.000 los aplicantes y 13 los elegidos.

Hoy, Nicolás se encuentra viviendo en Bucaramanga y trabajando en la empresa Bavaria, mientras cursa el programa. Él asegura que su buena actitud y su pasión por la ingeniería y la cervecería le permitieron destacarse frente a los demás aplicantes. Además, su paso por la Universidad lo formó como profesional y persona, y eso le permitió sobresalir.

“Como graduado de La Sabana, aprendí que ingenieros hay muchos, y que cualquier ingeniero puede aprender un cargo, hacer mil tareas, cálculos y mejoras, pero lo que busca una empresa como Bavaria es gente: calidad de personas […]. La Sabana me potenció valores como la sencillez, la alegría y el amor al trabajo; me enseñó a ejecutar cada tarea con pasión para ir creciendo personal y profesionalmente, sin pasar por encima de nadie”. Para Nicolás, llegar a una multinacional como AB InBev es un sueño hecho realidad, y su mayor motivación fue aumentar el orgullo en las personas que lo apoyaban: “Ver a mi mamá feliz y orgullosa de mí es mi mayor logro”.

A cualquier estudiante o Alumni de la Universidad que esté pasando por un proceso de selección similar, Nicolás le recomienda convencerse a sí mismo de que va a lograrlo y demostrárselo a los entrevistadores.