En el marco del aprendizaje por retos en salud mental que ha venido desarrollando la Facultad de Enfermería y Rehabilitación, sobre todo en el programa de Enfermería, los estudiantes de octavo semestre, junto con las profesoras Paola Sarmiento y Viviana Fonseca, realizaron un webinar dirigido a la comunidad universitaria, explicando qué son las redes de apoyo, cómo acceder a ellas y cuáles existen en Colombia.

Este tipo de actividades, lideradas por los estudiantes, hace parte del aprendizaje experiencial y tiene un alto componente de relevancia práctica, debido a que son ellos quienes lideran la sesión y responden las preguntas que surgen.

Según la conferencia, las redes de apoyo son las relaciones de una persona en su entorno social para establecer vínculos solidarios y de comunicación, a fin de resolver necesidades específicas. Su objetivo es el cuidado de la persona y la familia, el apoyo de crisis en diferentes momentos del curso de la vida o en la economía familiar, la ayuda en casos de emergencia, el soporte emocional, entre otros propósitos.

De acuerdo con la profesora Laura Fonseca, las redes de apoyo nacen de la necesidad de socialización del ser humano. Además, resalta que, para formarlas, es necesario demostrar empatía y solidaridad con los demás.

Cada uno de nosotros puede ser parte de la red de apoyo de otra persona.  El Ministerio de Salud y Protección Social define algunos pasos para poder conformar lazos de cooperación:

• Identificar claramente la situación, evento o riesgo que se considera pertinente intervenir o gestionar, a través de la dinámica del trabajo en red.
• Conocer los actores, es decir, quiénes son y cuáles son sus funciones, sensibilizar sobre la situación y definir quiénes participarán.
• Construir o redefinir la participación de las personas involucradas, a través de un proceso de construcción conjunta.
• Establecer las estrategias, programas, acciones y experiencias que los miembros están dispuestos a aportar a la red.
• Construir el plan de acción.
• Ejecutar de manera coordinada las acciones programadas.
• Por último, evaluar el desempeño que se ha tenido como red de apoyo.

Existen distintos tipos de redes de apoyo. Algunos de estos son:

• Materiales, por ejemplo: dinero, alojamiento, ropa o comida.
• Cognitivos, como consejos, intercambio de experiencias e información.
• Instrumentales, como ayuda para conseguir transporte, compras, labores en el hogar, etc.
• Emocionales: visitas, llamadas, invitaciones, abrazos, etc.

Para ser más específicos, una red de apoyo puede estar representada por los padres, familiares, hermanos, primos, amigos cercanos, profesores, compañeros de trabajo, líderes comunitarios, promotores de salud, alcaldes, hospitales municipales, personal de salud, cajas de compensación, representantes de entidades nacionales, entre otras personas y organizaciones.

Algunas redes de apoyo colombianas en salud mental se encuentran en las entidades promotoras de salud, las instituciones prestadoras de servicios de salud, los centros reguladores de urgencias y emergencias, la Defensoría del Pueblo, la Línea Nacional de Apoyo en Salud Mental, la Línea Púrpura, la Línea Salvavidas, la Línea Piénsalo, la Fundación Santo Domingo, la Policía Nacional, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, etc.

Colombia cuenta con una diversidad de servicios a los cuales se puede acudir, desde servicios de salud, hasta ayuda y orientaciones legales. Por ejemplo, en las entidades e institutos promotores de salud, encontramos los servicios de prevención, promoción, rehabilitación, atención en urgencias y de manera prioritaria en salud mental y psiquiatría, por medio de diferentes profesionales como médicos, enfermeros, fisioterapeutas, terapeutas, psicólogos, trabajadores sociales, entre otros.

¿Cómo pedir ayuda?

La profesora Laura explica que para las personas no es fácil buscar ayuda, es un acto valiente que hace cada uno y que se dificulta aún más si, como sociedad y como personas, no promovemos y hablamos abiertamente de salud mental. Para esto, es importante:

Identificar y valorar la situación o problemática presentada: ser sinceros con nosotros mismos y medir nuestras capacidades de resolución para dicha situación.

Pedir ayuda de forma asertiva: hablar con quien más nos genere confianza; si bien este primer acercamiento no logrará llegar una solución, sí rompe la barrera para expresar que algo no está bien.

Para finalizar, dejar las creencias y los estereotipos que limitan la búsqueda y obtención de auxilio: “¿qué van a pesar de mí?”, “voy a molestar a esta persona si le cuento”, “los hombres no lloran”, “buscar un servicio de salud mental significa debilidad”, etc.