Tras las elecciones del pasado 5 noviembre, en las que se anunció el triunfo de Donald Trump, vuelve el líder republicano a la Casa Blanca para asumir el rol , esta vez como presidente número 47 en la historia de los Estados Unidos. Sin embargo, antes de asumir este importante cargo, su liderazgo de Trump ya ha sido motivo de polémica, entre esto por anunciar intenciones expansionistas través de anuncios como la anexión al mapa de los Estados Unidos de un país como Canadá, Groenlandia (un amplio territorio de Dinamarca) y recuperar su poder sobre el Canal de Panamá, un punto estratégico, que, según él, hoy está bajo el control de los chinos.  

No obstante, aunque su secretario de Estado, Marco Rubio anunció como tema primordial para los Estados Unidos la guerra entre Ucrania y Rusia y las relaciones comerciales con China, a nivel interno, en Colombia, la discusión también se extiende a lo que está por venir en cuanto a las relaciones diplomáticas, poniendo en consideración la ideología de izquierda del gobierno actual y temas por tradición importantes como la lucha contra las drogas y  las relaciones comerciales con los Estados Unidos. 

En cuanto al tema de las drogas, Juan Nicolás Garzón, profesor de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de La Universidad de la Sabana, hace énfasis en una visión más global y explica que si bien para el gobierno norteamericano el rol de los países andinos en esta situación es relevante, hay que considerar, que el enfoque estará centrado “en la oferta de drogas más no en la relación con la demanda. Eso trae implicaciones, pues en primer lugar va a aumentar la importancia que tiene el tema de las drogas para la relación entre los dos países, lo cual, no necesariamente es muy positivo. En segundo lugar, este tema de drogas, que está relacionado con los países andinos, se traslada a la crisis del fentanilo en donde México y China están más involucrados por ser los principales proveedores de insumos para este tipo de narcóticos”, explica. 

Trump y las relaciones comerciales 

Sobre el tema comercial, Garzón destaca que la tendencia del gobierno de Donald Trump estará en cerrar relaciones comerciales para proteger su economía. En tal sentido, explica que se priorizarán la explotación de petróleo y la revisión de algunos acuerdos comerciales y los vínculos comerciales con China. 

“Podrán aumentar los aranceles y las restricciones al comercio. En ese mismo escenario, puede replantearse el Tratado de Libre Comercio con varios países, entre ellos Colombia.  Esto podría ser negativo si significa una limitación de las oportunidades, pero también puede ser positivo para los sectores afectados por estos mismos acuerdos”.  

Con respecto a la polémica que se ha desencadenado con respecto a los países con estrechos lazos comerciales con China, el experto señala que Colombia no es particularmente relevante porque no es el país donde China más ha puesto los ojos si se le compara por ejemplo con Perú en donde acaban de abrir uno de los puertos más grandes en el Pacífico. “Por supuesto se pueden crear algunas fricciones y eventualmente Estados Unidos va a tener que tratar de poner más presión sobre los países que intenten tener una relación más cercana con China, pero creo que Colombia no es protagonista en ese sentido”, explica. 

En ese sentido, el experto destaca que para este gobierno, el peso y la relevancia de América Latina y particularmente Colombia, es muy limitada pues si bien podría considerarse como el aliado más fiel que ha tenido en la región, es posible que “la relación entre los dos países se enfríe un poco y se generan algunas tensiones entre los dos gobiernos por cuenta de las dos visiones que son ciertamente distintas entre los dos”, finalizó. 

Por ahora, mientras el mundo ve la segunda posesión de Donald Trump a la presidencia, empieza lo que es para Trump 'la edad de oro de América', un gobierno que en el día a día “antepondrá a América”.