Economía colombiana: logros y desafíos del 2019

El lento crecimiento mundial, la incertidumbre política, social y comercial a nivel internacional, además de un panorama nacional inestable y lleno de desafíos, predecían para Colombia un decrecimiento en su economía. Sin embargo, el cierre del último trimestre del 2019 ha representado para el país una de las economías más sólidas y crecientes de la región.
Según el Banco Mundial, en Colombia, la gestión económica y fiscal del país en los últimos tres años ha sido prudente y se ha logrado mantener, a pesar de las desaceleraciones. Con el cambio de mandato y la llegada de Iván Duque a la Presidencia de Colombia, el Ministerio de Hacienda fijó, para 2019, una expectativa de crecimiento económico de 3.6%, el cual se vería impulsado por consumo privado y mayor inversión. Sin embargo, el viceministro técnico de esta cartera, Juan Pablo Zárate, afirmó que no cree que este año se cumpla dicha meta de crecimiento.
Organismos internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) también proyectan un crecimiento cerca del 3.4% en este año para el país. “Si bien la meta que se había fijado el Gobierno para este año probablemente no se cumpla; aun así, el país ha presentado un crecimiento destacado en la región, en un año de un contexto internacional difícil y un contexto regional convulsionado”, asegura José Eduardo Gómez, profesor de la Escuela Internacional de Ciencias Económicas y Administrativas. De hecho, de acuerdo con un informe reciente del BID, el crecimiento que se espera este año para los ocho países de América Latina y el Caribe, con bancos centrales que siguen esquemas de inflación objetivo, es de 1.8%.
No obstante, el panorama internacional y la situación de países que percibimos distantes también han generado efectos en la economía colombiana. Por ejemplo, la poca rentabilidad en el sector petrolero, la incertidumbre sobre el Brexit, las disputas comerciales entre China y Estados Unidos, la volatilidad del dólar, entre otros, son factores que provocan la desaceleración de economías desarrolladas como las de Europa occidental y, por causa y efecto, termina afectando el crecimiento de la economía colombiana. No solo Colombia, sino otros países de América Latina, “Se han visto afectados por la demanda agregada mundial, especialmente de bienes básicos”, explica Gómez al equipo de Campus. Aunque el contexto internacional ha sido difícil y lleno de retos, el crecimiento económico del país no ha sido malo y, por el contrario, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), no solo se destaca en la región, sino también se mantendrá sólido por los próximos dos años.
La tasa de cambio peso-dólar, a modo de ver del profesor Gómez, es uno de los más grandes impactos negativos a la economía del país. Como indica, a lo largo del año se ha presentado una fuerte devaluación del peso, hecho que se relaciona con que Colombia, en los últimos años, ha sido un país emergente, donde los movimientos cambiarios se presentan de un modo más marcado. La devaluación del peso y su volatilidad termina afectando a los inversionistas, pues se ven impedidos para tomar decisiones a largo plazo sobre posiciones cambiarias en las tasas nominales. Así, la marcada devaluación del peso colombiano ha ocasionado un aumento en la inflación, por encima del punto medio del rango meta del Banco de la República. Aunque se esperaba que la devaluación del peso estimulara las exportaciones, ha sucedido lo contrario: durante el 2019, según el Banco Mundial en Colombia, el desbalance comercial ha aumentado, y hay déficit y alerta en los inversionistas internacionales.
En Colombia, la salud, la defensa, la educación y el comercio han sido las actividades y sectores que han representado mayor crecimiento. Sin embargo, los altos índices de empleo (10.2 %, según el último reporte del Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE), representados principalmente por el sector constructor, han dificultado un mayor crecimiento en la economía del país.
Para el año 2020, se espera que las principales tendencias observadas durante este año en el ámbito económico se mantengan: un crecimiento moderado para Colombia, en el marco de un ambiente internacional de bajo crecimiento e incertidumbre económica. “A nivel regional, los mayores riesgos para el crecimiento económico del país serán el ambiente de convulsión política y las volatilidades en el precio de los bienes básicos y las monedas de los países emergentes”, concluye el profesor Gómez. Para el país, se espera que el sector constructor siga deprimido, lo cual puede reducir la demanda interna, debido al efecto multiplicador que dicho sector tiene sobre la economía del país.
El próximo año el reto estará en consolidar las medidas fiscales como los impuestos, el IVA, la política monetaria acomodaticia del Banco de la República e incentivar la inversión extranjera; además de los enfrentamientos en el contexto político y social que embargan al país.
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