El amor de pareja “Es una realidad en la que algo nos pasa: el atractivo, el deseo y la simpatía, y algo hacemos que pase: la benevolencia, la amistad y la reciprocidad”, afirma Cristian Conen, asesor y experto en matrimonio y profesor del Instituto de La Familia. La benevolencia es el elemento común a todo tipo de relación de amor y consiste en querer y hacer el bien al otro. Es decir, es necesaria la intención de amar, pero también las acciones como el dar, recibir y unirse, explica el profesor.

No obstante, muchas personas confunden el amor con la dependencia. Aida Milena Casadiego, profesora del Instituto de La Familia, dice al respecto que “Es preciso diferenciar estos dos tipos de relación porque muchas veces, por las dificultades en la propia estima, se crean relaciones basadas en la necesidad enfermiza del otro y eso no es amor: ¡el amor es un acto de libertad!”.

Para Conen, tampoco puede haber amor sin libertad. La intención amorosa es tridimensional e implica la intención benevolente (hacer el bien), la responsable (trabajar en mejorar la propia personalidad para amar más y mejor) y la unitiva (trabajar en el “nosotros”).

Para llegar a amar al otro, es necesario comenzar por el amor propio. Aida Milena Casadiego explica que el amor propio nace del reconocimiento de la propia dignidad, del valor y la importancia que se tiene como persona. “Al verse como un ser único e irrepetible, hay una mirada comprensiva y, a la vez, realista de su forma de ser personal y relacional. Esto también incluye el autorrespeto, esa capacidad de defender nuestra valía como personas, sin dejar que otras se aprovechen de los sentimientos experimentados en las relaciones afectivas”.

Para concluir, Conen distingue entre los matrimonios y los noviazgos que trabajan su relación con acciones de amor frente a esas parejas que proceden de manera distinta. No hay ni relaciones perfectas ni suerte en el amor. Tener una relación saludable es un reto que está en las manos de cada persona. Casadiego, por su parte, afirma que el amor propio se refleja en una autoestima saludable, que surge del propio conocimiento y de la experiencia de una vida satisfactoria en todos los ámbitos; eso se refleja en la paz y la tranquilidad con la que se viven las relaciones interpersonales.

Así, una autoestima sana, que reconoce las fortalezas y las debilidades personales y todas las oportunidades de mejora en el aspecto personal, contribuye al amor propio, lo cual permitirá estar más dispuestos al amor de pareja.

Tres consejos de Aida Milena Casadiego sobre el amor propio:

• Reconoce qué te hace ser único.

• Trabaja y esfuérzate en fortalecerte y minimizar tus debilidades.

• Practica el autocuidado en los diversos ámbitos de tu vida.