Trabajar y estudiar desde la comodidad de la casa significó adaptar una postura corporal ideal para llevar a cabo los deberes con éxito; sin embargo, al retomar las actividades de la manera tradicional, la importancia de la postura se olvidó y también el efecto que tiene en el rendimiento. Por esta razón, la Facultad de Enfermería y Rehabilitación sugiere una serie de ejercicios y prácticas diarias que se pueden aplicar durante la jornada laboral, para mantener una postura adecuada y evitar efectos nocivos.

La profesora Zulanye Figueredo, fisioterapeuta, especialista en ergonomía y profesora de la Facultad de Enfermería y Rehabilitación, afirma que la mala postura viene desde el sedentarismo, debido a que la pandemia dejó un vacío en las actividades físicas durante la jornada laboral. Sin embargo, esta situación también se identifica cada día en varias actividades, como cargar la maleta dejando el peso en un solo lado del cuerpo, curvear la espalda al agacharse para amarrarse los zapatos e, incluso, agarrarse de altas varillas en el transporte público.

Asimismo, afirma que la mala postura o los “vicios posturales” conforman el factor principal que influye en el rendimiento, debido a que el tiempo de concentración suele ser menor. “Los vicios posturales, como cruzar la pierna o sentarse en posición de yoga en una silla, curvear la espalda para acercarse al computador, no tener un espacio adecuado de trabajo, obviar las pausas activas durante la jornada, entre otros, influyen a diario en el trabajo”, asegura la profesora Zulanye.

Modificar la posición corporal disponiendo al cuerpo a tomar una postura forzosa o incómoda causa dolores lumbares, cansancio mental, disminución del tiempo de concentración y reduce la agilidad.

Diariamente, la unidad de Seguridad y Salud en el Trabajo de la Universidad de La Sabana, a fin de cuidar la salud corporal y el bienestar de su comunidad, ofrece un espacio virtual de 10 minutos para orientar acerca de algunos ejercicios en las pausas activas. Estos “Le permiten al cuerpo y la mente tener un descanso físico y mental. Debido a esa depresión energética, una pausa activa genera innumerables beneficios, físicos y mentales”, asegura Olga Tatiana Gualdrón Camacho, fisioterapeuta y asesora ARL.

Implementar este tipo de actividades ayuda a combatir la mala postura, disminuye la sobrecarga y el estrés del trabajo y mejora la circulación, la oxigenación de la sangre y la concentración. Estos factores son claves para mantener una buena vitalidad musculoesquelética y de salud mental.

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