¿Cómo enfrentar la nueva normalidad?

Pareciera que esa es la pregunta del millón, y aunque suene trillada o tal vez nadie pueda tener la respuesta correcta, lo cierto es que con la llegada de la pandemia y el virus del Covid-19 todo cambió, desde la manera de saludar a cómo las personas se relacionan, y ni hablar de los cambios estructurales que han sufrido sectores como el de la salud y la educación. Pero más allá de todo esto, ¿qué pasará con lo que todos denominan pospandemia o nueva normalidad?

En teoría, se supone que las consecuencias derivadas de los nuevos hábitos que aparecieron desde que las personas debieron confinarse en sus casas para enfrentar la amenaza del Coronavirus, se convertirán en verdaderos aprendizajes. Pero diversos factores como la muerte de un ser querido, la nueva manera de aprendizaje de los niños, las secuelas físicas y de salud en aquellos que han sido infectados y cambios en la rutina de vida de los que son altamente vulnerables han cambiado la salud mental de las personas.

La profesora de la Facultad de Psicología, María Belén García, sostiene que “todo esto comenzará a dejar secuelas y lo más importante, si las personas no tienen un buen nivel de salud mental, las consecuencias podrán ser aún más impactantes”.

Aunque todas las personas son susceptibles de presentar cambios emocionales, más aún con todo lo que genera la pandemia, la doctora Yahira Guzmán, psiquiatra y directora de profesores e investigación de la Facultad de Medicina, señala que la clave está en prevenir de una manera directa y precisa. “Debemos tener un estilo de vida saludable, lo cual implica organizar rutinas diarias con horarios de alimentación, ejercicio físico, hidratación, actividades lúdicas y respetar las horas de sueño”, señala.

La salud mental determina en alto grado la calidad de vida de las personas, tanto así que también se ve reflejada en la salud física debido a que favorece el involucramiento de las personas en actividades positivas.

La psicóloga Diana Obando, directora de profesores e investigación de la Facultad de Psicología, explica que “una persona que goza de una buena salud mental tendrá más motivación para ejercitarse, para socializar incluso en la pandemia, para iniciar proyectos. De forma contraria, las personas con problemas emocionales o conductuales tienen más riesgo de enfermedad física, tal es el caso de enfermedades vasculares y gastrointestinales, entre otras”.

Adicionalmente, las personas que sufren enfermedades crónicas aún siguen teniendo un riesgo latente y como es de esperarse, pueden llegar a afrontar diferentes emociones al entrar a esta “nueva normalidad”. De acuerdo con la profesora de la Facultad de Enfermería y Rehabilitación, Paola Sarmiento, “es hora de poner a prueba todas las normas de bioseguridad establecidas y de crear consciencia de que no solo nos estamos cuidado a nosotros sino a otras personas que pueden ser más vulnerables a los efectos del virus”.

Por su parte, la doctora Ángela Acero, psiquiatra de la Clínica Universidad de La Sabana y profesora de la Facultad de Medicina, sostiene que después de esta pandemia es muy probable que se lleguen a encontrar aumentos en los niveles ansiedad y depresión de las personas. Además, asegura que aquellas personas que previamente tenían enfermedades mentales controladas pueden volver a presentar síntomas.

Sin embargo, adquirir una enfermedad mental, como dice el dicho, no sucede de la noche a la mañana. La doctora Lina Ruiz, especialista en psiquiatría infantil y del adolescente explica que este es un proceso que se instaura en el tiempo de manera gradual y que puede tener múltiples causas –pueden ser genéticas, biológicas hereditarias o producto de un evento traumático--.

Señales de alarma

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“Muchas veces los síntomas de trastorno mental inician encubiertos. Pueden presentarse en problemas físicos recurrentes como: dolor de cabeza, estómago, espalda y diferentes malestares que a veces pueden ser inexplicables. También se pueden ver con cambios en el desempeño (tanto en el trabajo, el estudio o las labores diarias) como baja concentración”, afirma la doctora Ruíz. Otras señales de alarma pueden ser la tristeza o la irritabilidad prolongada, incluso los pensamientos suicidas o actos de auto agresividad.

Ante la existencia de estos síntomas o si las personas están presentando alguna conducta recurrente como la ansiedad, la doctora Sandra Milena Toro, jefe del Departamento de Salud Mental de la Facultad de Medicina, brinda algunas recomendaciones:

  • Utilizar prácticas de relajación, meditar y realizar actividades que resulten ser agradables.
  • Realizar ejercicio físico.
  • Expresar a las personas de confianza lo que se siente, sin temor.
  • Si continuamos sintiéndonos mal o tenemos problemas con la funcionalidad de nuestros quehaceres, lo ideal es buscar ayuda en profesionales de la salud mental como lo son los psicólogos, médicos e incluso especialistas en psiquiatría.

La familia, un soporte fundamental

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Enfrentarse a la nueva normalidad implica una ruptura en muchas de las rutinas adquiridas, “esto por sí mismo representa cambios en nuestras emociones, pero también en las dinámicas familiares”, explica Victoria Cabrera, doctora en Psicología y Educación y jefe del Departamento de Dinámica Interna de Familia del Instituto de La Familia.

“Antes de la pandemia nos quejábamos de no tener tiempo para estar en familia. Tuvimos un regalo en medio de la crisis: el tiempo con ellos”

La doctora Cabrera, recomienda considerar algunos aspectos para el autocuidado que, desde la perspectiva de familia, implican el cuidado de los seres queridos:

  1. Cuidarnos bien para proteger a la familia. “Suena cliché, pero, parte de aportar a nuestra tranquilidad requiere estar preparados. Dedemos aprender cómo funciona el virus y cómo debemos cuidarnos frente a este (uso de tapabocas, distanciamiento social, lavado de manos, etc.). Esto nos permitirá hacer las cosas bien por nuestro cuidado y volver a casa con la tranquilidad de haber hecho lo posible por cuidar a quienes nos esperan".
     
  2. Conservar los hábitos y virtudesque se adquirieron durante el confinamiento.“Es común escuchar que algunas personas aprendieron recetas de cocina, descubrieron alguna habilidad artística, se volvieron ordenados con su sitio de trabajo, más participativos en los momentos familiares, entre otros. Es importante que, aun cuando retomemos las viejas rutinas, podamos tener espacios para seguir potencializando en nosotros estos nuevos hábitos".
     
  3. Renunciar a los malos hábitos. "Opuesto a lo anterior, algunas personas también adquirieron malos hábitos: no se quitaron el pijama, renunciaron a los zapatos altos que les gustaban, descuidaron su apariencia física, duermen más, entre otros. Es el momento de hacer una reestructuración y motivarnos a sentirnos bien con nosotros mismos".
     
  4. Conservar el vínculo de afectoque se fortaleció en el confinamiento. “Antes de la pandemia nos quejábamos de no tener tiempo para estar en familia. Tuvimos un regalo en medio de la crisis: el tiempo con ellos”. Seguir fortaleciendo estos vínculos debe ser tarea de todos los días y hacerlo, nos proporcionará bienestar emocional a nosotros y a quienes amamos.

    Desconexión

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    Los medios de comunicación también juegan un papel relevante en esta nueva normalidad. Durante el aislamiento, estos se convirtieron en fuentes valiosas de información, que permitieron a los ciudadanos no solamente estar informados sobre la gravedad de la situación sino poder estar preparados ante las constantes restricciones dadas por las autoridades locales y nacionales.

    De acuerdo con Víctor García, director de la Maestría en Periodismo y Comunicación Digital de la Facultad de Comunicación, durante la pandemia el papel de los medios de comunicación es “fundamental para el entendimiento de la sociedad de la dimensión del problema de salubridad en el que estamos inmersos”.

    García asegura que la función social de los medios de comunicación ante la nueva normalidad se debe enmarcar en:

    • Verificar los hechos para transmitir información confiable que vaya más allá de la citación de fuentes, pasando al análisis e interpretación. Esto debe promover que la audiencia reciba información verificada y comprensible, frente a la amplia desinformación promovida por las redes sociales.
    • Generar especialidad a través de una calidad elevada de la información. Las salas de redacción en Colombia deberían promover el periodismo científico para dar aún más peso a la información. Se pueden presentar contenidos atractivos con alto nivel de profundidad.
    • Los medios deben vigilar a los poderes públicos y privados para que realicen sus labores en tiempos de crisis, teniendo en cuenta la alta probabilidad de que se presenten hechos de corrupción por parte de quienes aprovechan el caos para apropiarse de recursos públicos.

    Conversatorio

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    Conozca las recomendaciones que la Dra.Yahira Rossini Guzmán Sabogal, Psiquiatra y directora de Investigación y Profesores de la Facultad de Medicina, compartió en el conversatorio "Salud mental y la nueva normalidad".

    "Para afrontar la nueva normalidad es fundamental adaptarnos y entender que hay un cambio. la normalidad no va a volver a ser como era antes. Los niños de esta generación serán diferentes, deben madurar de una manera distinta".

    Los temores de la nueva normalidad se pueden describir como el miedo al contagio, la falta de certeza en la educación de los niños en una formación remota, la duración de esta situación y el cambio de hábitos.

     

    Multimedia

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    ¿Cómo acompañar a los niños y adolescentes a afrontar con éxito la nueva normalidad?

    Juan Camilo Restrepo, profesor de la Facultad de Psicología y psicólogo clínico, explica porque en momentos de crisis, como la pandemia, el miedo puede resultar beneficioso en justa medida. 

    La doctora Fernanda Hernández, comparte su experiencia como beneficiaria de la Beca Rosalynn Carter 

    La doctora Ángela Acero, psiquiatra y profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad de La Sabana, señala algunas recomendaciones para tener en cuenta.

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    Columna

    Reconociendo la salud mental: un aporte social

    “Cuando uno decide ir al psicólogo o al psiquiatra termina enfrentándose a muchas cosas que a veces son más difíciles que el propio problema que lo llevó allí… en mi caso fue aceptar que necesitaba ayuda, que lo mental era importante y que debía sobrepasar esa idea propia y de mis cercanos de que la enfermedad mental no existe y todo se puede superar poniendo voluntad” (algún consultante de salud mental).

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