El intraemprendedor, clave en la gestión empresarial en tiempos turbulentos
El término intraemprendimiento, en su manifestación más primaria, que sería la etimológica, significa: “emprender desde adentro”, desde el interior de las empresas, y es equivalente a la expresión “emprendimientos corporativos”. Por lo tanto, el intraemprendedor es la persona que, trabajando para una organización, decide o propone crear nuevos negocios internos, que tienen como fin generar y capturar nuevo valor para la empresa, apalancándose en sus activos, posición del mercado, marcas, canales y destrezas. Hoy, con una economía en declive, con empresas ávidas de fomentar la creatividad, la innovación y el emprendimiento, para seguir creciendo y continuar siendo competitivas, podemos recurrir a los intraemprendedores. Estos personajes apasionados y dispuestos a asumir riesgos, algunas veces olvidados y sin oportunidades en algunas compañías que se ciñen a lo tradicional, que no se atreven a cambiar y continúan pensando que las estrategias que les funcionaron bien en el pasado, las van a salvar en estos momentos de incertidumbre y cambio. Las empresas, sin importar su tamaño, necesitan ceder, para que se desarrolle una cultura creativa e innovadora, que abra el espacio a los intraemprendedores. El intraemprendedor puede ser la solución a problemas actuales de las empresas y puede generarles tres beneficios clave, como:
Generación de la cultura “gana-gana”:
¿Por qué no dar la oportunidad de ser emprendedores en la propia organización en la que se trabaja? Es una apuesta arriesgada, pero si sale bien, ganan las dos partes y se empieza a generar la cultura intraemprendedora. La empresa ampliará su negocio, no pierde a sus colaboradores más valiosos, genera nuevos incentivos a sus empleados y puede lograr mayor escalabilidad en corto tiempo. El intraemprendedor verá crecer sus expectativas personales y profesionales, estará motivado, y sus energías y trabajo repercutirán positivamente en los resultados de la empresa.
Incremento de la creación y captura de valor:
En los últimos años, a las empresas les ha resultado muy difícil crecer. La pregunta es ¿por qué? La respuesta, sencilla pero preocupante, es que los ejecutivos se han dedicado más a la reducción y a la optimización, y menos a concebir iniciativas de creación y captura de valor. Si se abre el espacio al intraemprendedor, los esfuerzos se empezarán a focalizar más en la creación que en la reducción, más en el crecimiento que en la optimización, más en la exploración del futuro y las tendencias, y menos en el análisis de estrategias pasadas. En conclusión, el intraemprendimiento es una solución efectiva a los grandes problemas de crecimiento empresarial.
Crecimiento exponencial:
Hoy, las empresas persiguen proyectos de gran envergadura, pero muchas veces sus pesadas y rígidas estructuras les impiden gestionarlos. Los intraemprendedores llegan a complementar su rol, se hacen cargo de estas iniciativas empresariales, agilizan procesos, añaden potencia a la creación de valor, rastrean nuevos mercados, generan nuevos modelos de negocio, dan oportunidad a la inclusión tecnológica, y ayudan a incubar productos, servicios y nuevos segmentos de clientes, que pueden llegar a acelerar el crecimiento de la empresa.
El siglo XXI es de grandes cambios, incertidumbre, ambigüedad e inmensas oportunidades. En el mundo empresarial, los intraemprendimientos son en gran parte la solución, para adaptarse al cambio con flexibilidad, moverse en entornos inciertos administrando el riesgo y aprovechar las oportunidades con un nuevo qué, quién o cómo. Los intraemprendedores requieren empresas con líderes que le apuesten a esta nueva forma de gestionar, para desarrollar apropiadamente su trabajo; por lo tanto, las empresas deberán esforzarse para ofrecer un entorno amigable a sus emprendedores internos, donde sean claros los beneficios y recursos a disposición del intraemprendedor.