La construcción de la Salud Pública en la historia
La Salud Pública es la disciplina que conjuga una serie de ciencias y acciones humanas que buscan contribuir a mejorar la salud de la población.
Esta disciplina empezó a definirse desde cuando comenzaron a aparecer los primeros procesos industriales, que a su vez, llevaron a la confluencia de congregaciones humanas en torno a asentamientos urbanos, trayendo con ello la necesidad de tomar medidas tendientes a procurar el saneamiento de las fuentes de agua, el manejo de las excretas y basuras, el control de vectores, como zancudos, roedores y animales domésticos, y la búsqueda de mecanismos para interrumpir las cadenas de transmisión de enfermedades contagiosas. Años después se fueron sumando progresivamente otras disciplinas relacionadas con la salud y el bienestar de las colectividades humanas, como la prevención de emergencias y desastres, el seguimiento a condiciones que alteraban la salud crónicamente, como las enfermedades cardiocerebrovasculares y las enfermedades ocupacionales.
La falta de planeación de acueductos, alcantarillados y mecanismos para la disposición de basuras, fueron durante mucho tiempo condiciones que favorecieron el flagelo de grandes epidemias en distintas colectividades a lo largo de la historia. Ejemplos de ellos fueron los distintos brotes de la peste negra o bubónica durante la edad media y la gran epidemia de influenza de 1918.
Fue en Londres en 1853 donde durante la gran epidemia de cólera donde se vieron los beneficios del conjunto de acciones por los que propende la salud pública, fruto de la observación y análisis de la situación de salud de la colectividad, para formular respuestas sociales organizadas informadas que luego se evalúan para ver los resultados. Durante ese evento histórico, el doctor John Snow puso alfileres en los lugares donde sucedían las muertes de las personas afectadas por el cólera, así como en las fuentes del agua, encontrando una llamativa relación entre el pozo de “Broad Street” y las muertes que sucedían a su alrededor. Frente a esto, recomendó a la autoridad pública cerrar el pozo y se acabó la epidemia.
Durante esta misma década, prosperó el movimiento sanitarista en Londres, donde las personas se levantaron contra el Estado solicitándole que se hiciera cargo de la salud, lo que conllevo a la "Ley de Salud Pública" de 1848, la cual puede considerarse como la primera ley estructurada de salud pública que permitió que los problemas de salud de la comunidad se vincularan con los grandes problemas sociales desencadenados por la revolución industrial.
Este movimiento se une con el descubrimiento de los antibióticos y las vacunas en el siglo XX con las que se puede tratar y prevenir las enfermedades, por lo que empieza a sistematizarse el uso de los medicamentos.
Con el renacimiento se industrializa la producción de los medicamentos y aumenta la expectativa de vida. Empiezan a sobrevivir más personas a la enfermedades maternoperinatales, infecciosas y nutricionales. Después de la segunda guerra mundial, se establecen organizaciones multilaterales, entre ellas la Organización Mundial de la Salud y UNICEF, promotora de programas del cuidado de la salud para reducir las enfermedades prevalentes y la desnutrición en niños.
A medida que empieza a aumentar las esperanza de vida, se evidencia la forma en que distintas enfermedades crónicas y las comorbilidades llaman la atención sobre la necesidad de otro tipo de abordaje que contemple el cambio en los estilos de vida y la prevención de enfermedades producto del estilo de vida y la exposición a ambientes nocivos para la salud.
A través de la historia la Salud Pública ha conseguido llegar a posicionarse como una disciplina que es el resultado de sociedades que alcanzan una construcción social sólida y robusta, donde se evidencia el despliegue en distinta medida de lo que hoy en día se conoce como que se las funciones esenciales de Salud Pública: análisis de situación de la salud, vigilancia en salud pública, promoción de la salud, participación social e intersectorial, desarrollo de políticas y planificación, regulación y control, equidad en acceso, recursos humanos, calidad de los servicio, investigación en salud pública y atención a emergencias y desastres.
En la Maestría en Salud Pública de la Universidad de La Sabana, los aspirantes podrán aprender a conocer y participar activamente en estos procesos de construcción social, y podrán hacer sus aportes desde sus ámbitos de trabajo, al formular proyectos que tendrán el acompañamiento del cuerpo docente, con el propósito de contribuir a ese fin último de mejorar la salud de la población a través de la capacitación de excelentes profesionales.