Filosofía desde la primera infancia
Hay un prejuicio general sobre cómo funciona la filosofía. Suele creerse que un filósofo es una persona que sabe muchas cosas y puede pensar, además, en asuntos sofisticados y abstractos acerca de cómo está estructurado el mundo, cuál es la esencia de las cosas, qué es la felicidad, el amor, entre otras preguntas.
Sin embargo, tal como lo explica el doctor John Anderson Pinzón, profesor de la Facultad de Filosofía y Ciencias Humanas, “Hacer filosofía no requiere un bagaje de conceptos, teorías o conocimientos en general. Se trata más bien de saber pensar y, con el paso del tiempo, saber leer, escribir y defender las ideas”. Entonces, ¿desde qué etapa de la vida puede hacerse filosofía?
Matthew Lipman, filósofo e investigador de la pedagogía estadounidense, explicaba que una de sus mayores preocupaciones era que dentro del currículo escolar del sistema general educativo, el desarrollo del pensamiento crítico, esa habilidad que desarrollamos con ayuda de la filosofía -aunque no lo identifiquemos así- se trabaja tan solo en los grados más altos de la secundaria. Así, él y Ann Margaret Sharp, licenciada en historia y filosofía y exdirectora asociada del Instituto para el Desarrollo de la Filosofía para Niños de la Universidad de Montclair (Estados Unidos), decidieron diseñar un programa pedagógico de filosofía que se desarrollara desde los primeros grados hasta la secundaria, al considerar que el desarrollo del pensamiento conlleva un proceso que requiere formación continua.
De acuerdo con Johanna Chocontá, profesora de la Facultad de Educación, la filosofía para niños (FpN), también conocida como filosofía con niños, busca desarrollar habilidades para que ellos piensen por sí mismos a partir de actividades que promuevan su participación y escucha, de manera que se potencie su pensamiento crítico. “Esa construcción es colectiva, más bien una co-construcción, ya que se lleva a cabo en una comunidad de indagación, constituida por los compañeros de clase y por el profesor”, señaló Chocontá.
El profesor Pinzón añade que “La finalidad de la FpN es que un niño tenga las habilidades de escuchar una opinión o un concepto, formule las preguntas adecuadas sobre eso y evalúe si las respuestas lo ayudan o no a entender mejor su entorno”. La unión de estos elementos es, según el profesor, lo que hace cualquier adulto cuando usa su pensamiento crítico, es decir, es para lo que se entrenan los filósofos.
Entonces… ¿Los niños pueden ser filósofos?
De acuerdo con Lipman, los niños son filósofos por naturaleza, por ello, en la FpN, se busca desarrollar las habilidades de pensamiento de la siguiente manera:
- En la comunidad de indagación, los niños se ubican en un círculo para crear un ambiente democrático y de confianza en el cual todos dialoguen, se observen y escuchen atentamente quién está hablando y a quién le van a hablar.
- El profesional en pedagogía que guía este proceso suele utilizar diferentes estrategias y recursos pedagógicos para lograr que todos expresen sus ideas y estén activos, ya que en esta comunidad los niños intentan “descubrir el mundo”.
- “Dentro de las habilidades que se espera trabajar con los niños están las siguientes: plantear preguntas, ayudar a dar razones, pensar por sí mismos, autocorregirse y encontrar diferentes puntos de vista”, señaló la profesora Chocontá.
¿Qué tipo de preguntas se trabaja en FpN?
“No todas las preguntas son filosóficas y no todas las respuestas requieren del uso de pensamiento crítico”, explica el profesor Pinzón. Al hacer filosofía para niños, deben plantearse correctamente las preguntas que guiarán todo el proceso.
Para entender qué tipo de preguntas formular al aplicar FpN, Matthew Lipman expone que es posible trabajar tres tipos de preguntas:
- Preguntas metafísicas: ¿qué es el tiempo?, ¿qué significa pensar?, ¿qué es la vida?
- Preguntas lógicas: son aquellas relacionadas con la razón y permiten desarrollar en el niño la coherencia. Por ejemplo, las analogías.
- Preguntas éticas: son aquellas en las que se reflexiona sobre qué es el bien, la paz, la esperanza, entre otras.
¿Desde qué edad puede trabajarse con la FpN?
En Estados Unidos, donde tuvo su origen, Lipman y Sharp empezaron a trabajar con niños a partir de los seis años. Sin embargo, hay evidencia de que, en otros países como Francia, se ha implementado en edades entre los 3 y los 4 años. “El documental Solo es el principio (Ce n’est qu’un début), de Jean-Pierre Pozzi y Pierre Barougier (2012), es un claro ejemplo de un curso de preescolar en talleres de FpN. Allí se muestra y se invita a reflexionar en temas como el liderazgo, el amor, la inteligencia, los sueños y la amistad”, afirma Chocontá.
La filosofía para niños, explica el profesor Pinzón, permite que la sociedad entienda que hay un valor por sí mismo en la filosofía, ya que es la única disciplina que se pregunta por asuntos por los cuales ninguna otra ciencia indaga. Esto demuestra que desde niños es posible crear una actitud crítica, “Y formar personas críticas es más importante que crear carros”, concluye Pinzón.