Enseñar es un ejercicio que requiere de vocación, formación continua, buena comunicación, creatividad y que tiene como fin el desarrollo integral de la persona. Un docente es un agente fundamental en nuestra sociedad, es quien va más allá de impartir un conocimiento específico, orienta el proceso de aprendizaje dentro del aula y promueve el pensamiento crítico en sus estudiantes.

Para ello, hacer visible el pensamiento es una tarea fundamental para un profesor. Sin embargo, durante la práctica, son muchas las ocasiones donde no se tiene conciencia de si se está realizando, quizá porque se supone que sí se está haciendo. Según Yaned Morales, profesora de la Maestría en Pedagogía, “El proceso de pensamiento implica un ejercicio juicioso que conduzca a la construcción de nuevos saberes y a enlazarlos con saberes previos; fundamentalmente implica el compromiso del docente por hacer que su clase sea un espacio propicio, para que esto sea una realidad en el aula”, afirmó.

“Al evidenciar las comprensiones de los estudiantes se tendrá claridad sobre sus avances y, a través de la retroalimentación, se podrá reforzar aquello que ellos necesitan”.

Para la profesora, hacer visible el pensamiento de los estudiantes contribuye a que expresen mejor sus ideas y sentimientos, y permite que sean más conscientes de sus aprendizajes. Además, “Constituye una herramienta al momento de evaluar, ya que al evidenciar las comprensiones de los estudiantes se tendrá claridad sobre sus avances y, a través de la retroalimentación, se podrá reforzar aquello que ellos necesitan”, comenta Morales en su investigación Hacer visible el pensamiento: alternativa para una evaluación para el aprendizaje. Ahora bien, ¿qué significa visibilizar el pensamiento y cómo surge esta idea?

Proyecto Zero

En 1967, un grupo de estudiosos de la Educación de la Universidad de Harvard (Estados Unidos) estaba buscando cómo lograr que los estudiantes comprendieran mejor lo que los profesores querían enseñar. Para ello, conformaron un equipo, el cual tuvo como propósito observar las clases de algunos profesores para analizar e indagar el proceso de aprendizaje de los estudiantes. “Ese fue el origen del marco de la enseñanza para la comprensión (EPC), con el cual se buscaba que realmente se produjeran aprendizajes sin importar la estrategia pedagógica que se utilizara”, afirma la doctora Rosa Julia Guzmán, directora de la Maestría en Desarrollo Infantil y promotora del proyecto en Colombia.

Para ella, la comprensión se puede mostrar a través de un texto escrito, una obra de arte, canción o hasta un sketch. No obstante, la pregunta es ¿qué hacer cuando los estudiantes no comprenden y cómo podemos ayudarlos? “Es en este instante cuando hablamos de visibilizar el pensamiento de los estudiantes para analizar su proceso de comprensión”, comentó Guzmán. Para ello, las rutinas de pensamiento comienzan a tener un papel determinante.

“En estas se utilizan preguntas que funcionan muy bien y sirven para todo el mundo, de cualquier nivel de formación, en las cuales el docente puede determinar qué está entendiendo el estudiante para luego intervenir. Una rutina de pensamiento te lleva a expresar algo que normalmente no expresarías, ya que lo que hace es profundizar en el proceso de pensamiento, para poder entender qué sustenta una respuesta de un estudiante”, añadió Guzmán.