Modelo Académico de MEDICUS
El ejercicio profesional del médico recién graduado depende de la legislación de cada país. Por ejemplo, en Estados Unidos, Canadá, y varios países de Europa el ejercicio clínico inicia al culminar el posgrado. En otras regiones como Latinoamérica, Asia, África y el Reino Unido, ocurre al finalizar la carrera de medicina y puede requerir previamente un servicio social obligatorio, como también entrenamientos supervisados adicionales que lo habiliten como generalista (Wijnen-Meijer, 2021). En cualquiera de estos contextos, sin embargo, la formación de los profesionales está orientada a fortalecer su capacidad de tomar decisiones con mínima, o ninguna supervisión. Se han realizado grandes esfuerzos para alcanzar este propósito y especialmente para desarrollar competencias específicas a través del currículo. La educación médica basada en competencia (CBME) es una de las más utilizadas en el mundo. Las competencias representan habilidades observables e integran múltiples componentes en la forma de conocimientos, habilidades, valores y actitudes (Carraccio C, 2016), que contribuyen a la práctica clínica diaria (Carraccio C, 2017).
No obstante, la CBME posee algunas limitaciones. Por ejemplo, las competencias por si solas no garantizan que los profesionales ejerzan su práctica confiablemente (ten Cate, 2005). Además, la evaluación de las CBME ocurre usualmente en condiciones simuladas altamente controladas o “ideales”, por lo que ha sido cuestionada por su desconexión con la actividad médica en el mundo real. Así mismo, el propósito de la educación médica ha cambiado: no es suficiente formar profesionales competentes, es necesario que sean confiables para la sociedad y que sean competentes para actuar a través del espectro de la historia natural de la enfermedad de acuerdo con el contexto donde se encuentren (Facultad de Medicina, 2020).