Somos la primera universidad colombiana en "RoboCup"
El fútbol mueve pasiones y une al mundo; también es el escenario perfecto para que la ciencia y la tecnología rompan barreras. Este es el caso del fútbol robótico, una forma de mezclar el balompié con la habilidad para programar robots que sean capaces de jugar.
La Sabana ha logrado un hito histórico: ser la primera universidad colombiana en participar en “RoboCup”, en la categoría Standard Platform League, competición que reúne a los robots NAO que juegan fútbol de forma autónoma y en la que están las mejores universidades del mundo. Este año, el certamen se jugará en Australia, en el mes de julio, con un total de 24 participantes, para seguir consolidando la iniciativa internacional que busca fomentar la investigación e inteligencia artificial. Cabe resaltar que para este año la clasificación era de 14 cupos, porque diez ya estaban destinados a los mejores participantes del año anterior.“
"La idea de estar en este torneo surgió porque desde la Facultad de Ingeniería queríamos medirnos frente a los ingenieros más importantes del planeta en términos de robótica. Hoy, estamos entre los 24 mejores del mundo, estamos haciendo historia”, afirma Julián Echeverry, director del programa de Ingeniería Mecánica.
Por su parte, Jenny Robayo, directora del programa de Ingeniería Informática, recuerda que hace siete años, cuando era profesora de cátedra, llegaron a la Facultad los primeros robots NAO: “Desde ese momento vi a mis estudiantes soñando con esta participación, hoy es una realidad y estoy segura de que el equipo dejará en alto el nombre de nuestro país y el de la Universidad”, dice.
Fútbol e intelecto
La clasificación es idéntica a la de un Mundial de Fútbol. “RoboCup” pide dos requisitos: “1) demostrar por medio de un video que los robots son capaces de jugar fútbol y 2) empujar la barrera de conocimiento con un artículo científico en el que se aplique algún diferencial utilizando los NAO”, asegura Andrés Ramírez, profesor de la Facultad encargado de dirigir el proyecto.
Para lograr el segundo ítem de la clasificatoria, Ramírez explica que trabajaron en algoritmos evolutivos que buscaban optimizar la ubicación de los NAO en escenarios que se presenten en el terreno de juego, por ejemplo, un ataque del rival: “También desarrollamos un algoritmo denominado path planner, en el que el robot tiene que esquivar a sus adversarios en el campo utilizando la ruta más óptima desde un punto establecido a otro, procurando que su traslado no solo sea en línea recta”.
Sabana Herons, un equipo de informáticos y mecánicos
El desafío está en cuál de los equipos es capaz de lograr la mejor programación, es decir, alcanzar la comunicación entre los NAO, conseguir su movimiento y hacer que puedan ver, en definitiva, que sean inteligentes: que tomen decisiones en tiempo real y jueguen al tiquitaca.
Para esto, se necesitan mentes brillantes. Los ingenieros informáticos llevan la camiseta número diez, son los encargados de programar cualquier tipo de algoritmo, de crear las ideas; pero requieren que alguien haga los goles y ahí es donde los ingenieros mecánicos juegan el papel de killers,porque son los que entienden perfectamente la cinemática y la dinámica de los robots para conseguir cualquier movimiento.“
Pensar que voy a estar en otro país con mis compañeros, representando a la Universidad y a todo un país, me llena de esperanza. Vamos a llevarnos la camiseta y vamos a dejar el alma para que todo el planeta se dé cuenta de que la ingeniería en Colombia está a la vanguardia de todo lo que está pasando en el mundo”, dice Vanessa Ortega, estudiante de Ingeniería Mecánica.
“Confiamos mucho en nuestro trabajo y en el equipo”.
El nombre del equipo que luchará por alcanzar la gloria es Sabana Herons, denominación que nació porque la escuadra quería llevar a la Universidad en la piel. El equipo participará en tres de las cuatro competiciones que tiene el evento: el Mundial de Fútbol con los 24 equipos, contando con el mismo sistema que tiene la FIFA; el torneo de tanda de penales; y un technical challenge, un espacio que la organización cambia todos los años.
“Confiamos mucho en nuestro trabajo y en el equipo. Cumplimos la primera meta que era clasificar, ahora solo nos queda seguir trabajando para hacer una buena participación en las tres competiciones el torneo”, asegura Valentina Díaz, estudiante de Ingeniería Informática.