Mateo Bolívar, estudiante de tercer semestre de Administración de Negocios Internacionales, es becario excelencia y la mente detrás de Easy Line, una aplicación que les permite a los usuarios aprovechar sus tiempos de espera, la cual se implementará en la Universidad de La Sabana.

Hablamos con Mateo para conocer más sobre su emprendimiento.

¿En qué consiste Easy Line?

Voy a poner dos ejemplos: vas al banco y tienes que pasar 50 minutos en una sala de espera pendiente de ver tu número en una pantalla para que te atiendan; tienes una hora para almorzar y pasas la mitad de ese tiempo cerca de un mostrador, esperando que digan el número de tu orden para que puedas reclamar tu comida. El problema no es pasar tiempo esperando, el problema es perderlo. Con Easy Line buscamos conectar a los clientes que quieren aprovechar mejor su tiempo con los negocios que quieren verlos más felices. Solo con escanear un código QR, los clientes van a tener su turno en el celular y recibirán notificaciones sobre el estado de su pedido sin necesidad de estar en los comercios físicamente.

¿Qué te motivó a crear la herramienta?

Soy una persona muy inquieta, así que la suma entre no querer perder mi tiempo y querer las cosas “ya” dio como resultado Easy Line. Apenas vi la necesidad, fui a buscar una aplicación que la solucionara y me di cuenta de que no existía algo lo suficientemente grande como para que apareciera en mi primera búsqueda en Google. Siempre había querido emprender y tener mi propia empresa, así que al ver esta oportunidad no lo pensé mucho y me arriesgué a crear mi startup a los 17 años.

¿Cómo fue el proceso para desarrollarla?

Fue mucho más difícil de lo que creía. Al principio era tan ingenuo que pensaba que en dos meses tendría todo listo y que en cuatro iba a estar facturando y viajando a Silicon Valley. Una vez entendí la magnitud de lo que estaba empezando a hacer, vi que era una apuesta a largo plazo. Tuve la suerte de contar siempre con el apoyo de la Escuela Internacional de Ciencias Económicas y Administrativas y, posteriormente, del Semillero de Emprendimiento e Innovación Sabana (SEIS), que me contactaron con todas las personas que podían aportar valor al proyecto y también me retaron a presentarlo ante alguien diferente a mi familia y amigos. Ahora estoy listo para iniciar la prueba piloto en la Universidad antes de salir al mercado.

¿Cómo será la implementación en La Sabana?

Desde un principio tenía claro que mi prueba piloto sería en los restaurantes de la Universidad. Cuando solo era una idea, me escucharon y me dieron mucho apoyo sin esperar nada a cambio. La Sabana siempre tiene las puertas abiertas para sus estudiantes. La implementación será progresiva y empezaremos con Punto Sándwich.

¿Cuáles son las ventajas o los beneficios de trabajar en conjunto con la Universidad?

Ya hablé del SEIS y sin sus integrantes hoy no podría estar en la etapa que estoy. Siempre están dispuestos a ayudar y quieren lo mejor para sus emprendedores. Sé que la prueba dentro de la Universidad me va a abrir muchas puertas a futuro y que ellos son de los mejores aliados que podría tener. Nunca han buscado una participación en el proyecto ni tienen ningún interés más allá de ayudarme y verme cumplir mis sueños, así que lo valoro mucho.