8/10/2024

Sofía Solórzano, poeta colombiana de la era digital y las redes sociales 

En una conversación con la escritora Sofía Solórzano, se ahondó en el oficio de escribir poesía y dedicarse a la vez al periodismo, dos mundos aparentemente incompatibles. Hoy su ópera prima ‘Volar también implica lanzarse al vacío’, que encarna elementos de ambas profesiones, ve la luz. 

Por: Paula Sophia Martin Peñuela

Sofía Solórzano lleva la pasión por las letras en la sangre. Cuenta que su amor por la escritura nació desde que era una niña. En el colegio dedicaba horas a componer coplas y cuentos –con ayuda de su padre en muchos casos– y soñaba con ejercer una profesión ligada a las letras.  Fue entonces cuando se decantó por el periodismo. 

“Veía películas o noticias, me gustaba mucho esa profesión. Además, de pequeña, mis papás me llevaban a Divercity –el parque temático colombiano para niños donde participaban en simulaciones de las profesiones reales– y hacía la fila una y otra vez en todo lo relacionado con periodismo”. Más adelante, justo cuando era estudiante de periodismo en La Sabana donde decidió explorar las letras más allá del lenguaje noticioso e informativo, y se lanzó al vacío de la poesía. “Sentí que, aunque estudiaba periodismo y me encantaba, no tenía que dejar de lado mi gusto por escribir otras cosas, entonces se fue complementando. También el apoyo de la universidad me hizo sentir que podía ser creativa y tener otras pasiones a parte de la carrera.”  

De la página en blanco a las redes 

El fenómeno de la literatura online es algo que se ha popularizado con la aparición de plataformas como X (antiguo Twitter), Instagram y TikTok. El primer gran ejemplo fueron las ‘novelas en Twitter’ que suponían una narrativa transmedia –una técnica usada para crear mundos narrativos, donde la historia se desarrollaba en diferentes plataformas y formatos– que permitía a los usuarios participar en el proceso creativo. Paulatinamente, esto ha ido migrando a las demás aplicaciones y géneros literarios, al punto en el que a la fecha hay cuentas dedicadas únicamente a la divulgación de este tipo de contenidos.  

 “Cuando estaba en la universidad, Instagram estaba en furor. Me gustaba mucho lo visual: diseñar, tomar fotos, etc. Vi que esa red social me permitía explorar esas características,” cuenta la autora.  Así empezó a compartir poemas y, poco a poco, vio como distintas personas se sentían identificadas con sus escritos. Dejó volar esa creatividad en su cuenta  @sofiaenletras y, aún hoy en día, no solo comparte imágenes con poesía, sino que explora en nuevos formatos poemas o fotos acompañadas de ilustraciones. 

“Hay que actualizar la poesía y ponerla al alcance de las redes. Dejar de verla como algo lejano o antiguo. Permitir que las personas puedan conectar, pues al final, esta se encuentra en todo y es para todo tipo de personas”, reflexiona. 

Así luce la portada de el libro de Sofía Solórzano 'Volar también implica lanzarse al vacío'

Si bien es innegable que estas nuevas plataformas han servido como vitrina no solo de obras artísticas, sino también para proyectos informativos, la autora no cree que las redes vayan a borrar el formato impreso o que acaben con ese ritual característico de los lectores empedernidos: ir a una librería o una biblioteca y escoger obras que les susurren al oído –como un poemario o una novela–. 

De tal manera que, así como Solorzano ha hecho una apuesta en las redes y la poesía, no se desliga del todo de los medios tradicionales. Como periodista con formación y trayectoria profesional, ha vivido una dualidad que pocos se permiten enfrentar: ser periodista en un mundo de rigor, información, verificación e historias no ficticias, y poeta, en un mundo de observación, sentimiento y contemplación. 

“Creo también que por ser periodista hay muchas situaciones que, sin haberlas vivido, me planteo cómo se sentirían”. De hecho, en ‘Volar también implica lanzarse al vacío’, su poemario, es posible leer versos acerca de temas tan complejos como la migración o la bolsa de valores. Este tipo de historias se cruzaron en su camino gracias al ejercicio profesional; sin embargo, se convirtieron después en poemas. Al final, “ambas profesiones se dan la mano en lo fundamental: se necesita ser vulnerable y afinar muy bien la capacidad de observación", asegura la autora.  

De las letras al mundo de la autoedición 

Uno de los momentos que marcó profundamente a Sofía fue la pandemia. Por aquel entonces había regresado a Fusagasugá, su municipio de origen. Allí se enteró de unas clases de escritura creativa en la Casa de la Cultura, donde conoció a un grupo de autoras, casi todas mayores, que tenían experiencia en el proceso de auto publicación, que al final le sirvió para que el sueño de su libro se hiciera realidad. 

“Las personas deberían dejar de pensar que publicar un libro es una cosa imposible o súper costosa, o que debe ser un proyecto súper lejano que se deja pendiente hasta la vejez. Si bien no es fácil e implica todo un proceso, esto no es imposible”.  

Decidió dar el salto. Las dudas que surgieron las fue resolviendo en el camino y hoy, ya con experiencia, resume el proceso en tres pasos. Primero, terminar el texto de la mano de un editor y corrector de estilo. En su caso, quien le tendió la mano fue el profesor y escritor independiente Eduardo Gárnica. Luego, diseño e ilustración y, ya en la etapa de distribución, Sofía echó mano de los conocimientos adquiridos en su ejercicio como periodista, tocó puertas en librerías e incursionó en plataformas online. 

Esta tarea, no muy lejana del carácter emprendedor, seguramente la guiará hacía más historias. Algunas de ellas quedarán plasmadas en las páginas de los periódicos y otras en libros. Por ahora, sus nuevas páginas están por escribirse y finaliza, “para las personas que disfrutan o sueñan con escribir, no lo dejen de lado. Es algo posible y siempre habrá alguien que se alegre por sus textos o que le guste lo que se escribe”