Recon​ocimiento por Servicios Prestados profesor Óscar Boude

"Luego de estos años en la Institución, los cuales han pasado en un abrir y cerrar de ojos, puedo decir que mi vida es otra, pues encontré mi vocación al aprender a ser un profesor e investigador.

Aún puedo recordar cómo fueron mis primeros días, pues en muchas de las conferencias que doy, narro la historia de cómo un emprendedor dedicado al desarrollo de imágenes estereoscópicas llegó a convertirse en un investigador en tecnología educativa, que inició con la meta de crear en el CTA un laboratorio de realidad virtual y que, por cosas de Dios, tuvo la oportunidad de dar una cátedra de Telemática el segundo semestre de 2002 a estudiantes de Enfermería y encontrar allí una profesión de la cual ya no podría separarse; pero claro, en esa época no tenía idea de qué significaba ser un profesor y tuve que aprenderlo reconociendo ante un grupo de 35 estudiantes de primer semestre de medicina mis limitantes como docente,

pues había colocado un examen tipo ingeniero, el cual solo tres estudiantes lograron solucionar.

A partir de entonces, decidí dedicarme a formarme y dar lo mejor de mí en cada sesión, algo que sigo haciendo hasta hoy, pues una de mis pasiones es aprender. Y, aunque son muchas las anécdotas que quedan en estos veinte años, esa es la que más me gusta, pues me recuerda que solo con humildad lograré seguir creciendo y aportarle a la Institución.

Durante estos años, he visto crecer el campus, compartir con muchos colegas, conocerlos, crecer junto a ellos y construir muchos proyectos; así como comprender que esta comunidad a la que aportamos todos día a día es nuestro segundo hogar, un hogar al que queremos ver crecer y transformarse. Hoy enfrentamos todos un nuevo reto, con algunas certezas e incertidumbres, pero estoy seguro de que en pocos años miraremos atrás y nos sorprenderá ver lo que hemos logrado.

"Durante estos años, he visto crecer el campus, compartir con muchos colegas, conocerlos, crecer junto a ellos y construir muchos proyectos; así como comprender que esta comunidad a la que aportamos todos día a día es nuestro segundo hogar, un hogar al que queremos ver crecer y transformarse."

Quiero despedirme agradeciendo a Dios y a todos aquellos que han contribuido a mi crecimiento como profesional, pero, sobre todo, como ser humano; y recordarles que ¡ser Sabana vale la pena!"