Ayudar a construir familia, empoderar a las mujeres y acompañar a las personas, es lo que describe la labor de servicio de Lina María Acuña. Ella es la jefe de asesoría personal y familiar del Instituto de La Familia de la Universidad de La Sabana y día a día, año a año, conoce historias de familias, parejas y personas, que enfrentan desafíos únicos.

Lina trabaja en la Universidad desde hace 15 años, es médica consultora en planificación familiar natural y naprotecnología de la Creighton Univerisity de Estados Unidos y de la Universidad Panamericana de México. Hizo una maestría en Asesoría Familiar y Gestión de Programas para la Familia y actualmente cursa un experto en Afectividad y Sexualidad en la Universidad Francisco Vitoria de Madrid. Está casada con Felipe Zamora desde hace 16 años y tiene 8 hijos: María Gabriela, Juan Pablo, Andrés Felipe, Valentina, María Antonia, Francisco, Miguel y Juan Diego.

Para algunos será una sorpresa cómo logra trabajar, estudiar y cuidar de una familia numerosa al mismo tiempo, sin embargo, esa familia es la que hace que todo sea posible. El impulso de una madre se ve fortalecido por cada uno de los hijos y Felipe, su esposo, es ese soporte para seguir construyendo una vida profesional, estudiando lo que más le gusta y cuando ha sido necesario, da todo de sí para que Lina, siga siendo una mujer de alto impacto. Sus sueños nunca se han visto interrumpidos, por el contrario, son impulsados por su marido y sus 8 hijos para constituir con el paso del tiempo un proyecto en servicio de las familias.

Lina realizó el rural de medicina en Cali, allí estuvo 2 años y medio trabajando en temas de desarrollo e investigación, donde ahondó el tema de inmunología y participó en unos ensayos clínicos para la vacuna de la malaria. En esa época se casó con Felipe, quien había sido su novio de toda la vida y posteriormente regresaron a Bogotá, donde comenzó a trabajar en el pre médico la Facultad de Medicina de la Universidad de La Sabana. Sin saberlo, en esa facultad cambiaría el rumbo de su vida profesional.

Un tiempo después llegó la Dirección de Estudiantes de la Facultad donde se dio cuenta de la necesidad de realizar la consulta y asesoría de familia, eso surgió a partir de las historias de los estudiantes, las necesidades de algunos que enfrentaban momentos difíciles en sus vidas y que afectaban su rendimiento académico. Lina quería hacer algo más al respecto, ayudarlos de una forma más real y significativa.

Fue en ese momento que conoció la Maestría en Asesoría Familiar y Gestión de Programas para la Familia, que le ayudaría a enfocar un su perfil profesional en aquellos temas que la cautivaban cada vez con más fuerza. Además, en el Instituto recibió el apoyo de la directora, Ana Margarita Romero, para posteriormente abrir el consultorio y servir a las personas. Se volvió el escenario perfecto para ayudar a las personas y a las familias a darse cuenta de que son únicos, como ellos no hay dos y por más complicados que fueran sus problemas, habría alguien para acompañarlos en ese camino.

 

 

 

Hay años en los que la asesoría tiene cifras de atención increíbles, más de 900 personas acuden al servicio, pero más allá de eso, entender que cada individuo tiene una historia única, que su dolor o preocupación es un aspecto supremamente importante demuestra el valor del trabajo de Lina. Ella acompaña a las personas, conoce lo más puro y sincero de cada uno de ellos y así logra que el impacto sea tangible, que haya un cambio real en la vida de cada quien. Un caso es el de Johanna Bendeck, usuaria de la asesoría personal y familiar, quien destaca que Lina “acompaña en el proceso de aprendizaje propio. Da las herramientas para que puedas aprender y te acompaña a medida que vas aprendiendo”.

 

Son muchas las vidas que Lina ha tocado y las enseñanzas que ha dejado. El paso a seguir es la posibilidad de un centro con muchos más servicios, donde se ofrezca no solo la asesoría, sino todo lo relacionado con la atención a la familia como el coaching para familia, asesoría legal, programas de prevención, acompañamiento y proyección de pareja. Ya ha venido fortaleciendo unas áreas, por ejemplo, el de las mujeres que han dejado los anticonceptivos para conocer un mecanismo de planificación natural y mediante este han fortalecido la unión conyugal, satisfacción marital. Sin embargo, falta un amplio camino con varios retos, pero lo más importante es que con el cariño y unión familiar no habrá duda de que podrá cumplir todos los proyectos en servicio de los demás.

Hay años en los que la asesoría tiene cifras de atención increíbles, más de 900 personas acuden al servicio, pero más allá de eso, entender que cada individuo tiene una historia única, que su dolor o preocupación.