Microfranquicias, así funciona el modelo de negocio al alcance de todos
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Expertos de la Escuela Internacional de Ciencias Económicas y Administrativas (EICEA) eligieron este modelo de negocio para democratizar el emprendimiento y abrir oportunidades económicas como herramienta clave para impulsar el progreso de poblaciones vulnerables y afectadas por el conflicto en el país.
Por. María Alejandra Gómez
Uno de los grandes retos de la población reincorporada a la vida civil, de las mujeres cabeza de hogar e incluso de los adultos mayores, es encontrar un empleo. En un país como Colombia, donde, según las últimas cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística, el desempleo en marzo de 2024 aumentó a un 11,3 %, 1,3 puntos más que en el mismo periodo del año anterior, encontrar oportunidades no es tarea fácil.
Como respuesta a lo anterior, los emprendimientos se han convertido, para muchos, en la clave para salir adelante, siendo uno de los modelos de negocio relevantes; las microfranquicias.
Las microfranquicias son versiones compactas de las tradicionales franquicias, diseñadas para operar en una escala más pequeña y con una inversión inicial más baja. Estas oportunidades de negocio ofrecen a los emprendedores la posibilidad de acceder a un modelo de negocio probado, junto con el respaldo y el apoyo de una marca establecida.
Por eso, para los investigadores James Pérez, candidato a doctor en Administración de Organizaciones; Ulf Thoene, profesor asociado de la Escuela Internacional de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad de La Sabana; y Roberto García, profesor asociado e investigador postdoctoral de la Universidad de Salamanca y de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de La Sabana, este es un modelo de negocio que puede ayudar a salir adelante a las personas, sobre todo a quienes pertenecen a comunidades vulnerables.
En ese orden de ideas, este grupo de académicos se ha encargado a educar a las personas interesadas y buscar apoyo, en organizaciones internacionales, para invertir en capital semilla y arrancar los negocios que muchos de ellos han ideado.
“Sumar esos actores ha permitido que nuestras investigaciones impacten la vida de las comunidades especialmente de las más vulnerables. Entre estas, hemos estado trabajando con mujeres víctimas del conflicto armado, firmantes de paz y población joven” explica James Pérez.
De ahí, que como resultado, emprendimientos del sector de alimentos, emprendimientos del sector de servicios y otros que han dado paso a la internacionalización estén dando resultado. Ejemplos concretos son una microfranquicia dedicada al reciclaje de aceite de cocina, otro negocio dedicado a la venta de arroz con leche que ha logrado llegar a otros países de la región y una peluquería. Dichos negocios han podido surgir, y con buenas prácticas en la administración, se han dado a conocer y hoy son propuestas de mercado innovadoras que impulsan el progreso de las comunidades.
“La belleza de este proyecto radica en que permite realmente juntar teoría con realidad. Lo que nosotros hacemos como académicos, tiene un impacto real en la vida de estas personas, en donde también hay un tema de la creación de trabajo estable, digno y formal”, señala Ulf Thoene.
Así, el proyecto ha logrado, desde sus inicios, trabajar de la mano de aliados. Por ejemplo, desde el año 2019 contó con el apoyo del programa de las Naciones Unidas, Corea del Sur y el Banco Interamericano de Desarrollo y para su implementación en Montes de María, contó con el apoyo del gobierno de Perú. Del mismo modo, a hoy, está en revisión un proyecto para trabajar con las comunidades del Chocó y Cooperación Internacional para acordar recursos y beneficiar a las comunidades.
Lo anterior, ha permitido no solo llegar a seis departamentos del país (Bolívar, Atlántico, Magdalena, Guajira, Sucre y Córdoba) sino impulsar 17 micro franquicias de las cuales, diez de los propietarios son víctimas del conflicto armado, cuatro son excombatientes y tres son adultos mayores.
El trabajo de los académicos del EICEA, ha implicado la visita a comunidades rurales
Promedio de vida de las microfranquicias analizadas: 8 años.
Total empleos generados: 369.
174 víctimas del conflicto armado –54% mujeres y 46% hombres–.
46 ex combatientes – 84% hombres y 16% mujeres–.
Se estima que las microfranquicias emplean de cinco personas a unas 12 personas por unidad de negocio.
Microfranquicias, un modelo oportuno
Aunque la palabra ‘micro’ denota algo pequeño, entre las microfranquicias y las franquicias tradicionales la diferencia no solo hace referencia al tamaño, su principal diferencia es su enfoque social.
En principio, la inversión para inscribir una microfranquicia es inferior a la de una franquicia tradicional. Mientras una franquicia como McDonald's requiere una inversión de aproximadamente un millón de dólares, dependiendo de la ubicación y los metros cuadrados, una microfranquicia puede oscilar entre los 3 y los 20 millones de pesos colombianos.
Pero las bajas inversiones no son lo único, en algunas oportunidades, esa primera inversión se puede negociar pagando a plazos, beneficio que responde a la falta de acceso al crédito y el acceso al capital.
Además, las franquicias y las microfranquicias replican un modelo de negocio exitoso y aprobado que se ha posicionado en el mercado. Lo anterior, como bien lo señala Pérez, supone de entrada para el inversionista “un paso ganador”, pues quien la adquiere tiene más posibilidades de sostenerse y mantenerse en el mercado.
Otro aspecto destacado de este modelo de negocio es su flexibilidad y escalabilidad. Estas pequeñas unidades suelen operar con modelos simplificados y pueden adaptarse fácilmente a diferentes contextos y mercados locales. Además, a medida que el negocio crece y genera ingresos, se puede expandir la operación añadiendo nuevas unidades, lo que da a los emprendedores la oportunidad de crecer.
Con respecto a este punto James Pérez coincide, “no a todo el mundo, conoce, el modelo de las microfranquicias. por ello se pierde una fuente de generación de ingresos, incluso durmiendo. Lo anterior ocurre cuando un microfranquiciante (quien otorga la microfranquicia), genera unos ingresos a través de las regalías recibidas del microfranquiciado”, explica.
Uno de los pasos más importantes en el proceso, es la hora de socializar este tipo de negocios con las comunidades.
Qué pasa con la microfranquicias en Colombia
A nivel mundial las franquicias tienen un 95% de probabilidades de mantenerse en el tiempo. A nivel nacional, en un país como Colombia, este mismo modelo de negocio reduce sus posibilidades a un 75%. Las cifras son contundentes con respecto a las franquicias, pero sobre las microfranquicias, todavía hay muchas preguntas y todo un camino por explorar.
No obstante, a lo largo del proyecto, los investigadores han logrado detectar que hay microfranquicias que se han sostenido y que han pasado el ‘Valle de la muerte’ (es decir ha sobrepasado los 5 años seguidos de operación), gracias a la participación de aliados como Cooperación Internacional y Cámaras de Comercio, que han inyectado capital.
Pero si bien, lo anterior es un caso de éxito, lo cierto es que este modelo de negocio no es tan conocido. En ello concuerdan los tres investigadores, al afirmar que, hasta hora en un país como Colombia se está posicionando el tema.
Sobre esto, vale destacar que a la fecha el país no cuenta con un marco legal regulatorio propio para las microfranquicias y, aunque eso no ha sido impedimento para que funcionen, porque el sistema permite funcionar con el mismo marco regulatorio con el que funcionan las franquicias, puede significar algunas desventajas.
Ahora, los expertos añaden en que no solamente es un problema de las microfranquicias y que, para dar fin a ese desconocimiento, existen alternativas como lo es el rol de la academia en el fortalecimiento de habilidades a través de diplomados y talleres. “La Universidad participa no solamente desde el punto de vista de investigación, sino que trata de acompañar esas iniciativas en el corto, en el mediano y en el largo plazo, siendo un interlocutor. Y ese es un poquito clave en todo esto tiene un interlocutor con otras instituciones que podrían participar apoyando este tipo de iniciativas”, cuenta Roberto García Alonso.
“Como decíamos antes, el problema principal no es exclusivo de las microfranquicias, sino es el de cualquier persona que está tratando de ganarse la vida. Una de las facetas más importantes que tenemos consiste en ‘evangelizar’, el decir, dar a conocer ese tipo de perspectivas. No solo ya tenemos determinados conocimientos de comunidades especialmente afectadas, hay una serie de comunidades con las que ya se tiene cierta confianza (...) por eso quizás lo más importante es tener la oportunidad de ser capaces de seguir estructurando un macroproyecto que nos permita llegar a más comunidades y zonas para darles esa alternativa”, sosteniene Pérez.
Sin embargo, como con cualquier tipo de negocio, las microfranquicias también presentan desafíos y riesgos. Por eso, es fundamental realizar una investigación exhaustiva y evaluar cuidadosamente todas las opciones antes de tomar la decisión de invertir. No obstante, representan una oportunidad para emprender en el mundo empresarial ayudando a impulsar la innovación y el crecimiento económico en comunidades de todo el mundo y ofreciendo una vía hacia el éxito empresarial para una nueva generación de emprendedores.