Cinco estudiantes serán los primeros en recibir la certificación vitalicia Green Belt Six Sigma, en el marco del énfasis en mejora continua del programa de Ingeniería Industrial.

Estas certificaciones se otorgan a quienes cursaron y aprobaron la materia Green Belt II, la cual se ofertó por primera vez en el período 2023-1. Esta asignatura permite el desarrollo y la implementación de proyectos en un entorno real, guiados por Luis Alfredo Paipa —profesor de la Facultad de Ingeniería— y auditados por un consultor del Kaizen Institute México, una entidad reconocida por su trabajo de apoyo a la mejora continua de las organizaciones en más de 60 países.

La certificación Green Belt, que se otorga por grados como en las artes marciales, hace parte de una lista en la que cada cinturón representa el nivel de conocimiento y aplicación de la metodología Six Sigma. Esta metodología se refiere a “Un enfoque altamente estructurado y orientado a la mejora de los procesos, que se utiliza en las organizaciones para aumentar la calidad y eficiencia, disminuir los costos, minimizar la variabilidad en la producción y prestación de servicios, y promover una cultura de mejora continua. Se requiere una aplicación rigurosa para obtener resultados tangibles y sostenibles, que impacten de manera favorable en la competitividad y el éxito en el mercado”, dice el profesor Luis Paipa.

En el marco de la actualización del plan de estudios del programa de Ingeniería Industrial, desde el período 2022-1 los estudiantes profundizan en la metodología Six Sigma, como parte del énfasis en mejora continua. Este permite desarrollar competencias orientadas a mejorar el desempeño de los procesos con tres asignaturas: Green Belt I, Green Belt II y Diseño de Experimentos.

En las dos primeras, según explica el profesor Paipa, “El estudiante cuenta con cuatro meses para desarrollar un proyecto con aplicación práctica en una empresa de bienes o servicios. El ejercicio incluye el diagnóstico del proceso, la identificación de oportunidades de mejora y la implementación, mínimo, de una de las oportunidades identificadas”.

Aprobando Green Belt I, el estudiante recibe la certificación Green Belt Six Sigma a través del Kaizen Institute México, con una vigencia de 12 meses. Sin embargo, con la aprobación de Green Belt II, recibe la certificación vitalicia. Así, se prueba que el estudiante conoce la teoría y la ha implementado, con una adecuada aplicación de la metodología y demostrando ahorros económicos en la empresa.

“La certificación representa una experiencia real en los procesos industriales y un reto profesional que me permitió fortalecer mi rol como ingeniero industrial en la organización de actividades, el análisis de procesos y las propuestas de mejora”, afirma Simón Narváez, estudiante de octavo semestre de Ingeniería Industrial.

Así, esta certificación es el resultado del aprendizaje experiencial y la conexión con la industria dentro de las asignaturas que, como plantea el estudiante Narváez, “Brindan la posibilidad de abordar un caso de estudio propio, permitiendo aprender del proceso y relacionar los conocimientos de control estadístico de calidad con las necesidades de la empresa”. Además, la certificación y la formación en la metodología Six Sigma “Proporcionan una serie de beneficios: habilidades en mejora de procesos, conocimiento en análisis de datos, resolución estructurada de problemas, liderazgo de proyectos y competitividad laboral”, añade el profesor Paipa.

La Universidad de La Sabana es la única en Colombia con un convenio vigente con el Kaizen Institute México, bajo el esquema de auditoría de un consultor. Este convenio permite generar un valor agregado en el perfil profesional de los ingenieros. "En el mercado laboral no es común que un ingeniero recién graduado cuente con la certificación Green Belt Six Sigma. Esto, debido a la dificultad de encontrar una empresa que esté dispuesta a compartir información sensible y a permitirle al estudiante implementar estrategias de mejora en sus procesos, durante un período de tiempo considerable. La certificación de estos cinco estudiantes es un logro para el programa, ya que evidencia las oportunidades que ofrece el nuevo plan de estudios”, concluye la directora de programa de Ingeniería Industrial, Luz Helena Mancera.

"La certificación representa una experiencia real en los procesos industriales y un reto profesional, que me permitió fortalecer mi rol como ingeniero industrial en la organización de actividades, el análisis de procesos y las propuestas de mejora."