BePelican, un impulso al turismo de transformación

Diana Bejarano, graduada del programa de Comunicación Social y Periodismo, es Chief Operating Officer de la plataforma digital BePelican, la cual promueve el turismo comunitario para generar impacto y trabajar en pro de la sociedad.

BePelican es una plataforma digital que busca visibilizar emprendimientos sociales a través del turismo, se encarga de conectar a comunidades vulnerables con turistas que tienen el anhelo de conocer y explorar dichas zonas del país. En un intercambio de conocimientos, experiencias y emprendimientos, tanto turistas como habitantes locales logran hacer una experiencia de viaje inolvidable. Así, nace el “turismo de transformación”, al cual denominaron así debido a que no solo transforma a la persona que vive la experiencia, sino que impacta a quienes lo necesitan, tal como expresó Diana: “El turismo se ha convertido en esa arma de transformación y, para nosotros, es nuestro escudo; no solamente son paisajes, también son historias y personas”..

Diana menciona cómo el concepto del pelícano se conecta con la esencia de la plataforma: “El pelícano es el ave capaz de transformar el agua salada en agua dulce, y eso es lo que buscamos hacer, transformar esos problemas de las comunidades en oportunidades”. Los pelícanos siempre se movilizan en bandada y, en el caso de las comunidades, se refiere a tener un propósito que las una y las lleve a buscar soluciones a sus necesidades, con el apoyo de BePelican.

Diana inició la travesía del turismo comunitario cuando, en enero de 2023, viajó a La Guajira como parte de su trabajo en BePelican e identificó que la desnutrición era una problemática evidente en esta región. Enfrentarse a combatir las necesidades de esta región marcaría un antes y un después en su vida, ya que se topó con una realidad desconocida. Según el Instituto Nacional de Salud, La Guajira es la región con más casos de muertes por desnutrición infantil del país, con 39 casos en 2023.

Un sentimiento bastante fuerte fue vivir de cerca la desnutrición, “Cuando ves la cara de un niño y cómo se refleja en sus ojos el dolor o cuando sabes que es altamente probable que tenga desnutrición severa es lo más duro que he vivido”, añade Diana.

Estando en la zona central de Riohacha, tuvo que afrontar retos: viajó por zonas alejadas, se enfrentó a la ausencia de servicios básicos, como la energía o el agua potable, y también se encontró con la barrera del idioma de algunas comunidades indígenas.

El trabajo social le ha inspirado a transformar y cambiar vidas, así fue como logró con Rebeca Rabillo, directora del Banco de Alimentos, desarrollar la iniciativa “Programa rutas”. Se hizo el lanzamiento oficial y el resultado se vio reflejado en la creación de paquetes para vivir experiencias, como: tejer mochilas, conocer culturas, la molienda, el baile de la yonna, el significado de pintarse el rostro o el wayuunaiki, “Cada comunidad ofrecerá algo diferente, es como una montaña rusa que te lleva de lo alto a lo bajo y te vuelve a subir”, expresa la graduada.

En la actualidad, BePelican está trabajando en diferentes proyectos en zonas de Bogotá, como La Candelaria, La Perseverancia y Las Cruces; esta ciudad está proyectada a reactivar el turismo de esos barrios populares que han sido marginados. En Boyacá, se encuentra activo un proyecto para convertir a esta ciudad en una potencia de turismo e impulsar su economía. Y, en La Guajira, ha logrado visibilizar y comercializar valiosas iniciativas. Asimismo, ha logrado apoyar a más de 12 comunidades en la actualidad, brindando bienestar, educación y donaciones de alimentos.

Como meta a corto plazo, Diana espera llegar a más emprendedores y construir un gran tejido social en Colombia. A mediano plazo, desea ir a Perú y conocer este lugar que es un referente muy fuerte en temas de turismo comunitario, descubrir iniciativas y no dejar de aprender. De cara al futuro, aspira a que BePelican pueda ser un emprendimiento alusivo al cambio y a una verdadera transformación en la vida de las personas que han sido vulneradas.

Con optimismo y mucha energía, Diana afirma que gracias a la Universidad de La Sabana cuenta hoy en día con las bases necesarias para cumplir con una de sus principales satisfacciones: aportar para que las comunidades tengan una mejor calidad de vida.

“La Universidad nunca termina de formarte para el camino que es la vida, pero La Sabana me dio las bases necesarias para llegar a donde estoy hoy”, afirma Diana con convicción. Gracias a su proyecto, ha obtenido la aprobación para llevar a cabo una práctica social y, ahora, lidera a seis practicantes universitarios, a quienes les imparte conocimientos aplicables en su vida profesional y personal.

“Trabajar con comunidades es un sueño y lo estoy viviendo. Siempre digo que las personas que nos dedicamos a esto estábamos en la misma tela y fuimos cortadas con la misma tijera”, concluye Diana Bejarano.