El 25 de mayo de 1983, en el barrio Quinta Camacho de Bogotá, hacía una mañana soleada y un tanto calurosa. En medio de sus calles y carreras, en antiguas casas de arquitectura inglesa, estaban las sedes donde nació la Universidad de La Sabana como el Instituto Superior de Enseñanza (INSE), el cual, por esos días, crecía con sus diversas facultades. Decenas de jóvenes estudiantes y profesores se agolparon en el único salón de mediana capacidad que disponía la Institución para recibir a Monseñor Álvaro del Portillo, Prelado del Opus Dei y sucesor de San Josemaría Escrivá de Balaguer. Unos años atrás, el INSE había pasado a ser la Universidad de La Sabana y, el 8 de marzo, se conoció una carta enviada por Monseñor del Portillo:
![](https://www.unisabana.edu.co/fileadmin/_processed_/c/5/csm_visita-monsenor-alvaro-portillo-1_7210c36b17.png)
8 de marzo de 1980
D. Octavio Arizmendi
Queridísimo Octavio: ¡Que Jesús me guarde a mis hijos!
Durante estos días estoy acompañándoos especialmente rezando por la tarea que habéis comenzado a sacar adelante la Universidad de La Sabana, una labor que ha de servir para dar mucha gloria al Señor, y para hacer mucho bien a las almas, en y desde esa querida tierra colombiana.
Te ruego que transmitas mi agradecimiento a todos los que contigo se encargan de la dirección de la Universidad, al Claustro de Profesores, y a todas las personas que, con su trabajo profesional, con su dedicación y con su cariño, colaboran de modo tan eficaz en ese Centro docente.
Como Gran Canciller de la Universidad de La Sabana, podéis estar seguros de mis oraciones y de mi trabajo en favor del desarrollo de esa alta labor educativa. Pido a la Santísima Virgen, Sedes Sapientiae, que sea la vuestra una verdadera siembra de doctrina y de paz, realizada con altura científica y con auténtico sabor cristiano, de la que se sirva el Señor para dar la luz que esperan las inteligencias de tantos miles de personas.
Sé que el Señor recompensará abundantemente vuestro esfuerzo, permitiéndonos ver crecer y madurar en espléndidos frutos esas tareas, en las que ponéis el alma entera.
A ti y a todos os bendice cariñosamente, in domino,
Álvaro.
Con su cariño acostumbrado, pero con la claridad de siempre, alentó a los directivos a buscar una sede que sirviera de campus universitario para albergar a cientos de estudiantes, porque el país lo requería y, además, para seguir las enseñanzas de San Josemaría. Uno de los campos de evangelización que Monseñor del Portillo consideraba prioritario era el de la cultura y el mundo intelectual, presente en el Opus Dei desde sus comienzos. San Juan Pablo II había señalado la urgencia de esa tarea, por lo cual Monseñor del Portillo respondió espoleando a sus hijos de varios países para que, en unión con otros ciudadanos, promovieran universidades e institutos de enseñanza superior, o consolidaran los que ya existían.
Así, surgieron instituciones en países de América, Europa y Asia. Por ejemplo, la misma Universidad de La Sabana, en Bogotá (Colombia); la Universidad Austral, en Buenos Aires y Rosario (Argentina); la Universidad de Los Andes, en Santiago de Chile; la Universidad de Asia y el Pacífico en Manila (Filipinas); la Universidad Campus Biomédico con su Policlínico, en Roma (Italia). Además, se produjeron importantes desarrollos en otros centros académicos ya existentes, como: la Universidad Panamericana, en México D.F., Guadalajara y Aguascalientes (México); la Universidad de Piura (Perú); y la Universidad de Navarra, en Pamplona (España). Desde Roma, fue testigo cercano de las etapas que gestaron a la Universidad de La Sabana, cuando San Josemaría Escrivá alentó a un grupo de colombianos a emprender el camino de la fundación de una universidad en Colombia.
En su estadía, recomendó también:
- Fortalecer los procesos de investigación, formación de profesores, becas y ayudas económicas para estudiantes de menos recursos económicos.
- Crear la Facultad de Medicina y la Clínica Universidad de La Sabana.
- Pedir colaboración a prestigiosos y destacados académicos de la Universidad de Navarra, para que asesoraran y ayudaran con su trabajo en los primeros pasos de nuestras facultades, con el fin de que La Sabana pudiera ser un centro de excelencia académica.
![](https://www.unisabana.edu.co/fileadmin/_processed_/c/d/csm_visita-monsenor-alvaro-portillo-2_203604552f.png)
De igual forma, enseñó un profundo cariño y agradecimiento hacia las personas de Servicios Generales y del Mesón de La Sabana, motivando la política de salarios con un porcentaje mayor al salario mínimo mensual vigente. En una entrevista en 2001 para Pensamiento y Cultura, realizada a monseñor Javier Echevarría, Obispo Prelado del Opus Dei, le preguntaron: "Usted estuvo ya en la Universidad de La Sabana en 1983, acompañando a Monseñor Álvaro del Portillo, entonces Prelado del Opus Dei, en su visita a Colombia. ¿Qué quisiera recomendar al claustro académico y a quienes trabajan en la administración y en otras circunstancias locativas, después de 18 años?".
—"Don Álvaro, primer Gran Canciller de esta Universidad, rezó mucho por La Sabana y alentó los esfuerzos para la consecución de este campus tan estupendo. Su ayuda merece nuestro filial agradecimiento. Como ocurre habitualmente con las labores apostólicas promovidas por fieles y cooperadores de la Prelatura del Opus Dei, esta Universidad nació con escasez de medios. Se ha ido desarrollando poco a poco, con el paso de los años, pero la Universidad de La Sabana ha de llegar todavía mucho más lejos, siempre más lejos, en su labor educativa y en su servicio a la sociedad. El futuro de Colombia está en manos de los colombianos y, la Universidad, ha de colaborar decididamente en la construcción de ese futuro. Desde los trabajadores que se ocupan de la atención material de estos edificios, hasta el rector, todos, estáis haciendo posible que de aquí salgan personas con espíritu de solidaridad, que ni se encierran en sus propios intereses ni dan la espalda a los problemas reales de sus hermanos los hombres, que trabajan para estar muy bien preparadas, con el fin de servir al propio país y al mundo entero ".
Han pasado 40 años desde la visita de Monseñor Álvaro del Portillo —hoy beato de la Iglesia— a la Universidad de La Sabana y aún se guardan sus palabras, consejos y oraciones.
Fotos: Oficina de Prensa del Opus Dei en Colombia.