Dos nuevas Profesoras Titulares en la Universidad de La Sabana

El Consejo Superior de la Universidad de La Sabana aprobó el nombramiento de las profesoras y doctoras, María Ximena Quintanilla Carvajal y Ruth Yolanda Ruiz Pardo, como Profesoras Titulares de la Universidad.

En el marco del reconocimiento, el rector, Obdulio Velásquez Posada, destacó que la excelente trayectoria de las profesoras ha contribuido a diversos frentes: en primer lugar, a su desarrollo personal y al crecimiento y fortalecimiento académico de la Facultad; así como también a la Universidad, mediante la formación de estudiantes de pregrado, maestría y doctorado; del mismo modo, al desarrollo de investigaciones en escenarios científicos de primera línea, y a la generación de productos de impacto en la industria y otros sectores.

Posteriormente, señaló que este nombramiento va más allá del cumplimiento de los requisitos exigidos por el escalafón de profesores, pues el título también reconoce el compromiso de estas profesoras con el proyecto educativo institucional, al hacerlo vida en su ambiente de trabajo, difundirlo entre sus colegas y estudiantes, y armonizarlo con su enseñanza, investigación y relación con la sociedad.

Conoce a continuación algunas de las experiencias más valiosas que han marcado el camino de nuestras nuevas profesoras titulares.

María Ximena Quintanilla Carvajal

María Ximena Quintanilla Carvajal es ingeniera de producción agroindustrial; desde el 2011, es doctora en ciencias de alimentos, de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional de México, estudio que realizó becada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de México (Conacyt), y en el cual obtuvo un promedio de diez sobre diez, el premio al mejor desempeño académico de doctorado y la mayor calificación en su tesis.

Entre sus logros, se resalta que en el 2016 ganó la beca de Profesor Visitante de Fulbright para realizar una estancia investigativa en la Universidad de Massachusetts (Estados Unidos), y que ha liderado proyectos de investigación con financiación externa por más de 4.600 millones de pesos, lo cual resalta el aporte y la relevancia práctica de su línea de investigación y de su equipo de trabajo.

En cuanto a la reciente producción académica acreditada por la profesora Quintanilla, esta le significó 3.666 puntos, superando considerablemente los 500 puntos mínimos exigidos por la Universidad para el ingreso a la categoría de Profesor Titular. Dicha producción está representada, entre otros productos, en 39 artículos en revistas de alto impacto, de los cuales es autora corresponsal de 15, ubicados en los cuartiles Q1 y Q2. En su trayecto de ocho años en la Universidad de La Sabana, se recoge un promedio de publicación de cinco artículos anuales y se resalta que el 80 % de ellos están publicados en las mejores revistas de tecnología del mundo.

En la actualidad, la profesora Quintanilla lidera el proyecto Aditivos funcionales para la adición de valor de productos alimenticios, financiado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (Minciencias), proyecto que, de la mano de UnisabanaHUB, ha permitido la materialización de uno de sus sueños, crear la primera spin-off de la Universidad de La Sabana, en donde se están escalando y validando siete patentes a nivel industrial.

¿Qué la impulsó desde la academia y desde la sociedad a hacer investigación con impacto tangible?

Como nuestra profesión pone los conocimientos al servicio de la sociedad, es muy claro que desde los laboratorios y desde las aulas se transforma la vida de la gente y de la comunidad. Por ejemplo, he tenido estudiantes que obtienen la beca para su maestría, luego obtienen la de su doctorado, y luego se convierten en multiplicadores de conocimiento para el mundo y para la sociedad, con trabajos de gran escala y de alto impacto en la industria. Eso me motiva a seguir luchando y a realizar con alegría la gestión de la investigación. De hecho, con el tiempo ya no puedes estar tanto en el laboratorio como quisieras y mis estudiantes se convierten en mis manos y mis ojos. Esto me hace verlos crecer, y también a la sociedad.

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Adicionalmente, la misión que me motiva desde mi área de estudio: para empezar, de los problemas de salud nutricional, cerca del 71 % de las muertes se debe a que la gente come mal, a un desorden metabólico, porque nosotros “somos lo que comemos”. Nuestra motivación es entrar a corregir estos problemas con alimentos funcionales en la industria: que sean capaces de devolver salud por medio de cápsulas creadas con ese fin y extremadamente pequeñas, desde nano hasta macro.

¿Por qué es importante la investigación que busca generar un impacto tangible?

La realidad es que si tú no impactas no tienes una retroalimentación directa. El papel lo aguanta todo, pero si tú no impactas, si otras personas no te citan o no usan tu modelo, ¿cómo vas a determinar si la innovación que hallaste está realmente aportándole a la sociedad? La respuesta que debes mirar es la que evidencia el mundo con el impacto tangible.

Son profesoras muy jóvenes obteniendo la máxima distinción que la Universidad otorga a sus profesores. ¿Cuál mensaje podrían transmitir a los jóvenes que hacen parte del semillero de profesores y de los semilleros de investigación?

Hay varios aprendizajes. Por ejemplo, ahora que te refieres a la edad, si hacemos un recorrido, yo entré como profesora auxiliar a los 27 años y recibo este reconocimiento ahora a los 35, es decir que fueron ocho años. Y el haberlo logrado a esta edad, solo puede indicar que ha sido por el aporte de los demás a mi formación, por valorar, respetar, reconocer y ser agradecida con el trabajo de los demás: los que hoy son mis compañeros y fueron mis profesores, los técnicos de laboratorio, las secretarias, las personas que conforman las comisiones, los miembros de internacionalización, el personal de biblioteca y los que dirigen los programas de posgrados. Si no fuera por todos no se avanza, y por eso mi consejo sería ser muy agradecido y escuchar.

¡Siempre: con los pies en la tierra y la mirada y el corazón en el cielo! Tener consciencia de las limitaciones que tenemos, ser educados, dar gracias, pedir el favor y ser empáticos, saber aceptar que no lo sabemos todo, que hay mil formas de hacerlo mejor. Se te puede subir el ego y eso sería el peor error. Entre más sé, menos sé, y entre más recibo, más responsabilidad tengo.

Desde lo personal, ¿cuál ha sido el papel de su familia en este proceso de su consolidación profesoral y de investigación?

El papel de mi familia ha sido increíble: desde chiquita, mis papás y hermanos son los que me han oído. Ellos conocen mi investigación al derecho y al revés, me acompañan y dan ánimo. Además, cuando eres hermana mayor tienes la responsabilidad de ser ejemplo y a eso le di importancia. Agradezco todo esto y, por supuesto, a mis papás, por la apuesta que hicieron para que me pudiera ir y ganar una beca.

¿Qué le aporta la transferencia del conocimiento a la academia, a la empresa y a la sociedad?

Una gran respuesta está por ejemplo en lo que conocemos como spin off: son empresas que salen de convocatorias a las que puede aplicar la academia con propuestas innovadoras. Este es el caso de lo que hemos ganado en La Sabana, siendo seleccionados en la convocatoria de MinCiencias para tener transferencia de conocimiento e impacto a través de la creación de empresa. Aquí se cruza la investigación y la generación de una industria consciente y, por eso, la transferencia de conocimiento es indispensable, porque sin la industria es más difícil reconocer las necesidades del entorno, y este input es el que te permite obtener un buen resultado que solucione problemas.

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Ruth Yolanda Ruíz Pardo

Ruth Yolanda Ruíz Pardo es doctora en ingeniería con énfasis en ingeniería química-bioprocesos de la Universidad Nacional de Colombia, magíster en ingeniería industrial de la Universidad de los Andes e ingeniera química de la Universidad Nacional. Cabe resaltar que su doctorado fue apoyado por la beca de Doctorados Nacionales de Minciencias, obteniendo en el 2009 su grado con tesis meritoria.

Entre muchos de sus logros, la doctora Ruth Yolanda ha sido inventora de las dos primeras patentes licenciadas que obtuvo la Universidad, transferidas a la industria alimentaria. Además, se destaca la solicitud de patente aceptada que tiene con la profesora y doctora, Martha Cobo, de la Facultad de Ingeniería, sobre tecnología para la producción de hidrógeno como nueva fuente de energía a partir de los residuos de la industria panelera.

Del mismo modo, se resalta la gestión de recursos externos que ha realizado para el desarrollo de proyectos de investigación por más de 700 millones de pesos. La mayoría de los cuales provienen de Minciencias y del Banco de la República para investigaciones en crioconcentración de café, así como también de organizaciones como Catholic Relief Services y Bio D.

Su dinámica de producción intelectual le ha permitido obtener 2.634 puntos, superando ampliamente los 500 mínimos exigidos para el ingreso a la categoría de Profesor Titular. Además, en sus diez años en la Universidad, ha publicado 27 artículos en revistas científicas, la mayoría de ellas ubicadas entre las 50 mejores de tecnología e ingeniería de alimentos en el mundo. Esto le otorga un promedio aproximado de 2.8 artículos publicados anuales, de los cuales 14 están publicados en revistas Q1 y cinco en revistas Q2. Así mismo, en nueve de ellos es autora corresponsal, y dentro del esquema de reconocimiento de investigadores de Minciencias, desde el 2015, la profesora Ruiz se encuentra en la categoría de Investigador Sénior.

¿Qué la impulsó desde la academia y desde la sociedad a hacer investigación con impacto tangible?

Cuando uno es profesor universitario, tiene una interrelación muy fuerte entre la investigación, la docencia y la proyección social; para mí era muy importante integrar las tres en mi trabajo. Esto ha llenado de sentido mi quehacer universitario con estudiantes, porque el conocimiento no solo parte de los libros, sino también de nosotros mismos en la Facultad, del desarrollo propio de tecnologías y procesos nuevos. Además, mi tema de investigación siempre ha buscado brindar nuevas soluciones y avances a procesos de productos como el café. ¿Y por qué del café? Porque mi motivación ha sido agregarle valor y visibilidad a ese recurso, del cual hemos vivido en Colombia por generaciones.

¿Por qué es importante la investigación que busca generar un impacto tangible?

En cualquier carrera, es muy importante hacer cosas que impacten a la sociedad y esto es muy evidente en nuestro quehacer como ingenieros, porque la investigación aplicada jalona a la sociedad, nos lleva a tener nuevas perspectivas y nuevos productos de valor agregado; no solo mejora nuestra economía, sino también la calidad de vida de nuestras comunidades y es una fuente de generación de empleo en la sociedad.

Son profesoras muy jóvenes obteniendo la máxima distinción que la Universidad otorga a sus profesores. ¿Cuál es el mensaje que podrían transmitir a los jóvenes que hacen parte del semillero de profesores y de los semilleros de investigación?

Primero que todo, el agradecimiento, quiero agradecer a la Universidad, así como a todos. Realmente estoy supremamente agradecida y espero estar a la altura de este reconocimiento en todas las labores que realice.

Ahora bien, en mis 10 años en la Universidad, desde que llegué, he aprendido a escuchar. Mi consejo es que escuchen, la Universidad está llena de guías, y La Sabana está ansiosa de que sus profesores sean reconocidos: las claves para lograrlo están ahí. Lo importante es tener convicción en el proyecto de vida. Este reconocimiento nos llega por eso, porque lo que nos une como profesores universitarios es la emoción por el trabajo que hacemos, ¡nos parece muy emocionante! Y por eso encontramos armonía entre nuestro proyecto de vida y las guías que nos da la Universidad.

Además, les diría que nunca pierdan su sello personal, esto nunca se debe perder, es importante porque es reconocer al estudiante como persona: ellos aprenden mucho de nuestra autenticidad y valores, y para eso es clave conocerse a sí mismos, para que esas personas que están al frente nuestro brillen.

Otro consejo: siempre que se pueda ¡disfruten su trabajo!, porque es extraordinario ser profesor, sobre todo cuando uno arriesga, se esfuerza y sigue creciendo; no somos genios, sino personas que aman su trabajo y que se esfuerzan por hacer todo lo mejor que puedan.

Desde lo personal, ¿cuál ha sido el papel de su familia en este proceso de su consolidación profesoral y de investigación?

Mi familia ha sido todo el apoyo, porque a veces el trabajo fuerte implica sacrificios y esa tranquilidad de que mi familia está presente en esos momentos ha sido fundamental. Además, puedo decir que mi chiquita ha sido mi primera guía en cómo enseñar. Asimismo, provengo de una familia de profesores, y por eso se ha convertido en un orgullo este momento de decirles todo lo que he aprendido de ellos.

¿Qué le aporta la transferencia del conocimiento a la academia, a la empresa y a la sociedad?

La transferencia de conocimiento es de suma importancia. Nunca hablo, por ejemplo, de “sector real”, porque pone a la academia en un plano imaginario, y la realidad es que para la empresa es valiosísimo el apoyo que encuentra en nuestros conocimientos para sus propios desarrollos. Y lo que esto nos demuestra es que nuestro trabajo no es un canal de una vía, desde la academia hacia fuera, sino de doble vía, donde la sociedad nos habla y nos muestra unas necesidades específicas, porque ella misma es nuestra fuente primaria de enseñanzas.

Además, nuestra Universidad aporta graduados de altísima calidad y muy bien formados como personas. Cuando sales a trabajar, esas habilidades, sumadas a las competencias de comunicación y al trabajo en equipo, son indispensables.