Trastornos de la conducta alimentaria: prevención y cuidado desde la familia
Recientemente, el Ministerio de Salud y Protección Social advirtió un incremento de trastornos mentales en el país debido al confinamiento. Entre los más comunes, se encuentran los trastornos de conducta alimentaria (TCA). Para Aida Casadiego, psicóloga y profesora del Instituto de La Familia, estos afectan al individuo que los padece y, de manera muy directa, a la familia. Como explica Lecina Fernández en su libro Anorexia y bulimia: ¿Qué puede hacer la familia?: “Son los padres los que pueden dar el primer paso, pues, a pesar de que ellos también sufren las consecuencias de la enfermedad de algún modo, se encuentran en mejores condiciones para aprender y entender acerca de los trastornos alimenticios”.
La profesora Casadiego ofrece algunas recomendaciones para prevenir esta situación:
Fortalecer la autoestima en los hijos desde la primera infancia, enseñándoles que esta no debe basarse solo en el aspecto físico, sino también en el interior.
Favorecer una imagen corporal positiva.
Potencializar el autoconocimiento en los hijos, ayudándolos a reconocer sus fortalezas y sus debilidades, de manera que se miren tal cual son.
Enseñarles a aceptarse y a respetarse como son, les permitirá a los hijos aprender a valorar y a respetar a las otras personas.
Brindar hábitos y estilos de vida saludables en casa.
Dar un buen ejemplo a los hijos. Una conducta obsesiva en los padres de familia por la alimentación saludable o las dietas exageradas llevará a los hijos a aprender e imitar estos comportamientos.
Evitar sobreproteger a los hijos. Por el contrario, favorecer su autonomía y autocuidado resulta muy favorable.
Exigir a los hijos algunas tareas de acuerdo con sus capacidades y su condición.
Compartir una comida en familia al día, ya que se propicia un espacio de diálogo en el que todos comparten sus opiniones, y se pueden observar los comportamientos de los hijos con respecto a su alimentación y su actitud frente a esta.
Recordar que dos de los elementos fundamentales en el tratamiento son el amor y la comprensión.
¿Cuáles son los síntomas que las familias podemos identificar?
- Cambios de actitud frente a la comida (lo cual empieza, por lo general, con una dieta).
- Obsesionarse con el ejercicio.
- Preocupación excesiva por el peso y las oscilaciones en este.
- Conteo de la cantidad de calorías que tienen los alimentos, acompañado de frases como “estoy gorda” o “gordo”, cuando en realidad se encuentra muy delgado.
- Cambios en la cantidad de comida, ingesta de alimentos dietéticos y el rechazo de las comidas que contengan grasa o salsas.
¿Cómo proceder todos para acompañar a quien padece un TCA?
Tener un mayor conocimiento acerca de la enfermedad
Hablar con especialistas en el tema y, si es posible, facilitar que el paciente cuente con un equipo interdisciplinario que acompañe su proceso.
Favorecer la comunicación
En razón a plantear las cuestiones más íntimas; se puede hablar sobre los miedos, las inquietudes y las preocupaciones, y dejar de lado los juicios y los regaños.
Dar reconocimiento y elogiar los esfuerzos
Es importante reconocer y elogiar los esfuerzos del paciente por recuperarse y cambiar los hábitos referentes a la conducta alimentaria.