Los 3 retos ambientales del próximo POT en Bogotá
Jefferson Galeano, profesor de Educación Ambiental de la Facultad de Educación, habla sobre los principales desafíos ambientales que tendrán que enfrentar Claudia López y la Comisión de Empalme, en el marco del Plan de Ordenamiento Territorial (POT).
Claudia López, alcaldesa electa de Bogotá, promete que en diciembre de 2020, la ciudad tendrá un nuevo Plan de Ordenamiento Territorial. Según la Ley 388 de 1997, el POT es el instrumento que utilizan los municipios y distritos del país para planificar el ordenamiento del territorio y la utilización o usos del suelo. Su importancia radica en que define el diseño y ubicación de las nuevas vías, parques, zonas de reserva ambiental, suelo para desarrollar nuevas viviendas, entre otros; los cuales tiene un impacto en la vida económica, social y cultural de los ciudadanos.
Uno de los aspectos más importantes que debe atender el nuevo POT de Bogotá es la dimensión socioambiental. Para el profesor Jefferson Galeano la nueva propuesta debe partir de una sola tesis: “Promover, desde toda perspectiva, una relación armónica y equitativa de los ciudadanos capitalinos con los componentes naturales del territorio bogotano”, comentó.
De acuerdo con Galeano, “Si hoy realizamos una encuesta, gran parte de los capitalinos desconocen que Bogotá tiene en su territorio uno de los páramos más grandes del mundo, el Sumapaz; tampoco contemplan el parque longitudinal más grande del mundo, el Entrenubes. La desconexión que existe entre el bogotano promedio, que diariamente disfruta de la ciudad, con su territorio, es muy amplia. Y, para colmo, las personas no comprenden y tampoco se interesan por estos temas”, afirmó. Para el profesor, gran parte de la responsabilidad de esta desconexión la tienen las administraciones distritales, ya que los procesos de ordenamiento territorial han estado viciados por intereses particulares. Por eso, los retos de la nueva alcaldesa deben concentrarse en:
Herramientas clave
Para lo anterior, Galeano señala que la nueva alcaldesa tiene dos herramientas que resultan clave para la ciudad: “La gestión territorial participativa de alta gerencia, acompañada de procesos de educación ambiental, que sean asertivos con las problemáticas socioambientales del territorio”.