Se recomienda tener presente que la situación de aislamiento es obligatoria, de carácter extraordinario, que para nada es consecuencia de la vida familiar, sino que obedece a circunstancias ajenas a la familia misma.
La violencia intrafamiliar es un problema estructural que, aunque se asocia con la salud pública, también es un problema social. “Esto quiere decir que debe ser tratado como tal y por todos los que pertenecemos a la sociedad”, explica María del Carmen Docal, profesora del Instituto de La Familia, experta en violencia intrafamiliar.
Es cierto que el aislamiento produce tensiones en el hogar, ya que implica la organización y el manejo de nuevas situaciones. Estas circunstancias pueden llevar a que los ánimos se exacerben en casa y a que aumenten los casos de violencia que ya se vienen presentando o a que surjan nuevos, lo cual se convierte en una amenaza permanente para los miembros de la familia.
“A lo anterior hay que sumarle las dificultades propias que se pueden presentar para buscar ayuda, huir o contar con una respuesta del Estado de forma oportuna y efectiva, debido a las limitaciones de desplazamiento”, añade la profesora.
Teniendo en cuenta estas situaciones, la profesora Docal propone las siguientes recomendaciones de mejora a los sistemas que ofrece el Estado para la prevención y atención de la violencia y, así mismo, algunas recomendaciones para prevenir la violencia al interior de las familias.
Recomendaciones para la prevención de la violencia al interior de la familia
Tener presente que la situación de aislamiento es obligatoria, de carácter extraordinario, que para nada es consecuencia de la vida familiar, sino que obedece a circunstancias ajenas a la familia misma.
Es muy útil abrir espacios en la familia que sean de convivencia, de encuentro y que bajen las posibles tensiones que se puedan presentar debido a la situación actual, como, por ejemplo:
No tocar los temas que generan irascibilidad en algún miembro de la familia.
Decirle una expresión agradable a cada miembro de la familia , al menos una vez al día, ayuda a liberar tensiones y a sentirse valorados y respetados.
Permitirles ratos de soledad a todos los miembros de la familia para reflexionar, hablar con amigos, jugar y consultar las redes sociales; de manera que en ese espacio de tiempo cada uno haga lo que le gusta, sin alterar a los otros.
Si por alguna razón las tensiones suben, hay que tratar de aislarse en la misma casa para tomar aliento , buscando bajar los ánimos y abrirle espacio al diálogo.
Recomendaciones al Estado para la prevención y atención de la violencia
Por María del Carmen Docal, profesora del Instituto de La Familia, experta en violencia intrafamiliar.