14/011/2024
Nuevos hallazgos vinculan la apnea del sueño con el cáncer de pulmón
Foto de Andrea Piacquadio: www.pexels.com/es-es/foto/foto-del-hombre-dormido-3771069/
Por: María Alejandra Gómez
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de La Sabana reveló una asociación significativa entre la apnea obstructiva del sueño (AOS) y el cáncer de pulmón. El hallazgo y su metodología hoy plantean importantes aportes en las estrategias de detección y tratamiento de esta enfermedad.
Uno de los cánceres más comunes es el cáncer de pulmón. Según la OMS (Organización Mundial de la Salud) solo para el año 2020 se presentaron en el mundo 2.21 millones de pacientes con esta enfermedad, ocupando el segundo lugar entre los cánceres más frecuentes. Por su parte, según el Ministerio de la Salud, al 31 de agosto del 2023 en Colombia se registraron 5.879 casos, el séptimo lugar entre los 11 tipos de cáncer priorizados.
Aunque el mensaje de las organizaciones es realizar una detección temprana de la enfermedad en aquellas personas de alto riesgo –como los mayores de 50 años que hayan fumado, tengan familiares que hayan sufrido de cáncer de pulmón, o hayan estado expuestos a materiales como asbesto, radón, sílice, berilio o cromo–, recientemente, un grupo de investigadores encontró que la apnea del sueño grave podría estar asociada a un mayor riesgo de cáncer de pulmón. Además, ese riesgo podría llegar a ser hasta un 9% mayor por lo que estas personas podrían considerarse como candidatos a una detección temprana de cáncer de pulmón.
La apnea del sueño es una enfermedad donde se colapsa la vía respiratoria superior, es decir, las estructuras que están alrededor de la garganta, laringe, faringe. Esto impide que el aire entre hacia los pulmones durante el sueño. “Cuando esto ocurre repetidamente, más de cinco episodios por hora, es anormal; entre cinco y quince, se considera un problema leve; entre quince y treinta se considera un problema moderado y mayor de treinta se considera un problema grave”, explica el investigador y neumólogo de la Facultad de Medicina de la Universidad de La Sabana, Luis Fernando Giraldo.
Pero el problema no solo se debe al número de veces que suceden estos episodios, el mismo experto señala que en consecuencia, la apnea del sueño se traduce en hipoxemia, es decir, bajos niveles de oxígeno en sangre, que a su vez, según la literatura, han demostrado incidir en la progresión de algunos tipos de cáncer aumentando se agresividad.
Pero, si bien, en los primeros estudios que se hicieron explorando esta asociación no era claro que la apnea del sueño pudiera estar relacionada con el cáncer de pulmón, la utilización de métodos modernos de inferencia causal, en este nuevo estudio, permitieron controlar las posibles variables de confusión, para estimar de manera más precisa el riesgo relacionado con la apnea del sueño grave.
Dichas variables de confusión distorsionan la asociación entre un factor de riesgo y una enfermedad clínica, en este caso el factor de riesgo era la apnea del sueño y la enfermedad clínica el cáncer. “Cuando hay variables de confusión se distorsiona esa asociación y puede aparecer que no hay asociación cuando sí la hay. Entonces como no era posible tomar como muestra a un grupo de personas e inducirles apnea del sueño y compararlas con un grupo que no tenía apnea del sueño porque es antiético, era necesario aplicar métodos, también conocidos como estudios observacionales. Lo anterior, consiste en comparar pacientes que sufren de apnea del sueño grave con otros que no la tienen para ver si tienen mayor frecuencia de cáncer de pulmón”, explica el doctor Giraldo.
Así, de la mano del grupo Neumología Oncológica de la Fundación Jiménez Díaz y el Departamento de Epidemiología de la Universidad de La Sabana, recurrieron a un grupo de mayor frecuencia de cáncer de pulmón por ser fumadores. A su vez, también recurrieron a pacientes que tenían cáncer de pulmón recién diagnosticado y a personas sin cáncer que fueron sometidos a una polisomnografía. A esta cohorte de pacientes se les aplicaron los métodos epidemiológicos mencionados para poder tener dos grupos comparables, con las variables de confusión balanceadas, en los que la única diferencia fuera la presencia o ausencia de la apnea del sueño grave (un grupo con esta condición y otro sin ella). “Lo novedoso fue que aplicamos unas técnicas estadísticas que permiten que un estudio observacional, se acerque lo más que se puede a un experimento clínico, sin tener que violar los lineamientos de ética de coger un grupo de personas y exponerlas a apnea del sueño para ver si desarrollan o no cáncer de pulmón”, explica el doctor.
“Cuando lo publicamos, fue el primer estudio donde se detectó esa asociación y después de eso vinieron estudios que fueron hechos con un número mucho más grande de pacientes y que confirmaron lo que nosotros habíamos encontrado”, añade Giraldo.
En medio de los avances que desde la medicina se desarrollan para lograr idear tratamientos menos invasivos en los pacientes con cáncer, la detección también ha venido a jugar un rol importante. Con esta esta línea de investigación también se busca guiar nuevas prácticas clínicas que mejoren la detección temprana del cáncer de pulmón en personas a riesgo.