La importancia de las mujeres en STEM
Por Martha Cobo, decana de la Facultad de Ingeniería.
STEM responde al acrónimo en inglés de Science, Technology, Engineering and Mathematics (Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). Este término ha cobrado relevancia, ya que las STEM son la base de los avances que ha tenido la humanidad en diversas áreas, como la medicina, la inteligencia artificial, las telecomunicaciones, la exploración del espacio, etc. Y serán aún más relevantes en el futuro. Se afirma que las carreras STEM constituyen los empleos del futuro para fomentar el desarrollo sostenible; no solo para impulsar la innovación, sino también el bienestar social y el crecimiento inclusivo para evitar futuras pandemias y contrarrestar el desastre climático, entre muchos otros desafíos. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha declarado que la formación en STEM es fundamental para lograr los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Debido a la importancia de los retos que abordan las carreras STEM, la empleabilidad de sus graduados crece continuamente y los salarios generalmente son más altos que la media de todos los empleos. Se espera que, para 2050, hasta el 75 % de los trabajos estará relacionado con el campo de las STEM y desaparecerá la mitad de los empleos que existen actualmente. Por ello, el fomento de la formación en STEM es urgente, no solo para asegurar el futuro sostenible de la humanidad, sino para dotar a los jóvenes de las herramientas necesarias para sobrevivir en un futuro altamente tecnificado.
De esta manera, la población dedicada a STEM tiene una alta responsabilidad para enfrentar los retos del mundo y, por ello, debe ser representativa e inclusiva. Sin embargo, menos del 30 % de los profesionales y científicos en STEM son mujeres. Esta situación puede ser aún más crítica en áreas relacionadas con las tecnologías de la información (24 % en Colombia), que serán cada vez más relevantes en este espectro.
En la razón de esta desigualdad se solapan aspectos de tipo económico, cultural y social, generando brechas que pueden tornarse crónicas y que, a su vez, alimentan un círculo vicioso de diferencias económicas y sociales.
Aumentar la participación de las mujeres en STEM busca incrementar su impacto, ya que reduce la visión sesgada para resolver los problemas de la sociedad. Pero, además, puede elevar el producto interno bruto (PIB) de los países. Según un estudio del McKinsey Global Institute, si se promueve la igualdad de las mujeres, podría agregarse entre el 11 % y el 26 % al PIB mundial en una década.
El número mayor se lograría en un escenario de igualdad plena. De esta manera, dotar a nuestras niñas y jóvenes de herramientas para acceder a mejores empleos, ascender en sus carreras profesionales y científicas, y contribuir a resolver los problemas más importantes de la sociedad nos favorecerá en muchos aspectos positivos, entre los cuales quiero destacar:
- Tener un mayor número de personas altamente formadas disponibles para trabajar por una mejor sociedad.
- Contar con una visión plural para resolver problemas de manera innovadora y generar ambientes de colaboración equitativos y justos.
- Promover la independencia económica de la mitad de la población, para que tomen sus propias decisiones y hagan respetar sus derechos.
Por esta razón, todos podemos contribuir a la reducción de las barreras que limitan la participación de las mujeres en STEM desde nuestros diferentes niveles. El enfoque para abordar este problema debe ser sistémico, involucrando a los gobiernos, las instituciones educativas, las organizaciones públicas y privadas, los profesores, los investigadores, los padres y los estudiantes.
Y las acciones, respondiendo a políticas de Estado e institucionales, deben apuntar a aumentar al equilibrio entre la vida profesional y la personal, promover condiciones laborales equitativas, prevenir la discriminación por razones de género en la evaluación de desempeño y la toma de decisiones, involucrar y retener a las niñas y a las jóvenes en STEM, introducir dimensiones de género en la investigación y cambiar los estereotipos de género, entre otros.
La Universidad de La Sabana y su Facultad de Ingeniería se han tomado muy en serio esta responsabilidad y dan ejemplo a través de la alta participación de las mujeres formadas en STEM en sus cargos directivos, con más del 60 % ocupado por mujeres. Además, promovemos y resaltamos el trabajo autónomo de nuestro grupo Women in Engineering (WIE), liderado por nuestras estudiantes. Contamos con diversas iniciativas para promover la formación de las jóvenes en STEM, que contribuyan a tener un mundo igualitario, solidario y sostenible.