La educación de los hijos en la ausencia de los padres

La educación de los hijos en condiciones ideales debe ser una responsabilidad compartida entre mamá y papá. Sin embargo, hay distintas situaciones que impiden cumplirla, lo que conlleva a que un sector de la población de padres y madres se ausente de la educación y crianza de sus hijos.

Para nombrar un ejemplo de padres con estas condiciones, están aquellos que prestan su servicio al Ejército Nacional. Los militares son personas que deben trabajar y estar disponibles para cuando laboralmente se les necesite, y tienen espacios cortos y determinados para compartir con sus familias. Solo en este caso, según la Encuesta del perfil familiar de oficiales y suboficiales del Ejército Nacional de Colombia (2018), más del 60 % de los militares tiene conformado un núcleo familiar con al menos un hijo. Pero, además, así como en este ejemplo, también están quienes trabajan en el sector minero, otros son vigilantes, conductores, empleados de servicio doméstico, agricultores o empleados de compañías multinacionales con sedes en otros países, etc. Todo ellos también deben estar gran parte del tiempo lejos de casa.

Partiendo de esta situación, las doctoras Victoria Cabrera y Sandra Varela, y María del Carmen Docal, profesoras del Instituto de La Familia, en conjunto con Laura Vargas, Carolina Ladino y Jennifer Suárez, estudiantes de la Maestría en Asesoría Familiar y Gestión de Programas para La Familia, llevaron a cabo una investigación para identificar qué pasa con las dinámicas internas de las familias con padres y madres ausentes. La investigación se aplicó a casi 300 padres de familia; algunos resultados son los siguientes:

Hay una sobrecarga en el padre o la madre que se queda con los hijos

“Para esto no era necesario hacer una investigación, es algo que se intuye”, explica María del Carmen Docal. “Lo interesante es que tenemos datos que muestran que realmente pasa así, y que esta sobrecarga es un hecho que afecta otras esferas del matrimonio”, agrega.

Se ve perjudicada la satisfacción marital

“El padre ausente, cuando llega a casa, privilegia los ratos agradables y de diversión con los hijos, y no tanto el apoyo o el refuerzo de la educación de estos”, explica Victoria Cabrera. “Eso resiente a la madre o padre que se queda en casa, porque este siente que la responsabilidad está sobre ella o él”. En otras palabras, “La exigencia o los momentos difíciles se centran en el padre presente, y los momentos agradables y de diversión en el padre ausente”. En muchos casos, también se encontró que los cónyuges están tan afectados con la situación que incluso su vida íntima sexual se ve comprometida.

 

Se pone en juego la coherencia parental

María del Carmen Docal explica que, en algunos casos, cuando hay un padre ausente, quien se queda usa la situación como un imperativo de autoridad. “Es común ver que la mamá les dice a los hijos: Cuando llegue tu papá le voy a decir que te portaste mal”. Esto produce que la figura de autoridad sea únicamente quien no está y el padre que se queda puede llegar a sentir frustración, porque sus hijos no le obedecen. Además, en algunos casos, se infunde temor en los hijos hacia el padre ausente.

En muchos casos, las madres o padres que asumen la crianza de los hijos, mientras sus cónyuges están fuera de casa, tienden a sentirse estresados por la responsabilidad.

Para la investigación, se identificaron también tres variables para asociar a la satisfacción de la pareja: la coherencia, el apoyo y el estrés parental. Esta última se refleja más en los padres que se quedan en casa.

Todo ello quiere decir que, en muchos casos, las madres o padres que asumen la crianza de los hijos, mientras sus cónyuges están fuera de casa, tienden a sentirse estresados por la responsabilidad. “Para esto, es importante tener en cuenta que todo proyecto que les genera satisfacción a las personas, implica retos y desafíos”, explica la profesora Victoria Cabrera.

Para responder a estas situaciones, las expertas recomiendan los siguientes pasos.

Para padres

Aplicar coherencia parental

Es una práctica parental que consiste en que, aunque los padres vivan juntos o separados, deben tener una alineación en los propósitos educativos que tienen con sus hijos. “No deben desautorizarse, por ejemplo, para el caso de los padres separados. Si en un lado hay una prohibición de ver cierto programa de televisión, en el otro lado también debe aplicarse el mismo principio”, explica la profesora Cabrera.

Tener en cuenta la supervisión parental

Que un padre no pueda estar tanto tiempo en casa no lo exime de su responsabilidad de padre. “Los padres deben estar supervisando las actividades de sus hijos, saber en qué gastan la plata, cuál es el rendimiento académico, quiénes son sus amigos”, explica Docal. “Y cada padre debe saber cómo. No se trata de llegar y hacerle un cuestionario al hijo, sino de conversar con este sobre algo que le guste y empezar a explorar el interior de su vida”, agrega.

Usar los recursos tecnológicos para hacerse presente, aun en la distancia

“Hoy en día no es una excusa no recordar qué quieren los hijos, hablar con ellos, aconsejarlos e incluso hacerles llamados de atención”, expone Cabrera. “Hay que aprovechar los recursos para hacerse sentir en casa todo el tiempo”.

Diferenciar la relación de la pareja frente a la relación con los hijos

Para el caso de los padres separados, es importante entender que la relación con una madre o con un padre es eterna. “Independientemente de los desacuerdos conyugales, debe prevalecer el acuerdo para la educación de los hijos”, expone Docal.

Para organizaciones

Programas de formación

Si bien es cierto que existen muchos programas de educación para padres, estos tienden a ser sobre problemas globales. Una organización debe atender las particularidades familiares de sus empleados. Por eso, “Las empresas que tienen colaboradores que deben ausentarse de casa, dentro de las políticas deberían incluir ejercicios para formarlos en la crianza de sus hijos”.

Para hijos

Los hijos deben informar a sus padres (a los dos) sobre qué ocurre en sus vidas. “Tener la iniciativa de contar sobre sus cosas es vital”, explican. A veces son los hijos quienes ayudan a formar a un padre ausente. Es importante señalar que estas circunstancias no solo se ven reflejadas en padres o madres ausentes. Se presentan también en situaciones donde están los dos padres. Por eso, la principal recomendación para todos es que entiendan que “Así como la vida laboral es una prioridad, los hijos y la familia también lo son, y deberían estar primero”. Con eso, garantizan coherencia y apoyo parental, para mitigar los momentos de estrés y, por lo tanto, fomentar una satisfacción marital plena.