Desabastecimiento de agua en la Sabana de Bogotá: los retos del crecimiento urbano y el cambio climático
En los últimos meses, Colombia ha enfrentado una sequía extrema debido al Fenómeno del Niño, que ha causado una escasez de precipitaciones en las zonas que abastecen de agua a la región. El cambio climático ha sido un factor clave en la alteración del sistema de lluvias de la Sabana y Bogotá. Aunque en los últimos años se había podido prever con certeza cuáles eran los meses más secos y cuáles los más lluviosos, esta tendencia ha cambiado con el paso del tiempo, lo que ha alterado el comportamiento climático en meses como marzo, dando lugar a una sequía extrema durante 2024.
Como consecuencia de este comportamiento, el gobierno, encabezado por la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, expresó: “Si llegamos a diciembre con un embalse al 22%, no habrá suficiente capacidad de reserva para afrontar la temporada seca hasta la llegada de la temporada de lluvias. Lo que viene en los próximos meses es un control de la demanda de al menos 3 m³ de agua por segundo al día, a partir de octubre.”
La situación es alarmante. Por esta razón, se han implementado turnos de racionamiento que afectan tanto a Bogotá como a los municipios aledaños, los cuales han expresado su preocupación por la falta de este recurso hídrico.
Ante la escasez de agua como prioridad regional, el 5 de noviembre de 2024 se realizó en la Universidad de La Sabana, el Foro por el Agua, evento liderado por Nancy Patricia Gutiérrez, diputada de la Asamblea Departamental de Cundinamarca, con el apoyo de la Asociación de Amigos. El evento contó con la participación del gobernador de Cundinamarca, Jorge Emilio Rey; el personero de Bogotá, Andrés Castro; el presidente del Grupo de Energía de Bogotá, Ricardo Ortega; el alcalde de Tocancipá, Walfrando Forero; el presidente de la Asamblea de Cundinamarca, Nicolás Gómez; y el hidrólogo Fabián Caicedo.
La principal pregunta que dio inicio al evento fue: ¿Por qué Cundinamarca se ve tan afectada por estos cambios climáticos tan intensos? El gobernador de Cundinamarca, Jorge Emilio Rey, respondió señalando la vulnerabilidad geoestratégica de Colombia, ya que el país experimenta tanto grandes sequías como intensas temporadas de lluvias debido a su geografía. Esto coloca a Cundinamarca como el cuarto departamento más vulnerable frente al cambio climático del país, especialmente por su cercanía al Chocó.
Adicionalmente, la diputada Gutiérrez afirmó: “Somos la región más poblada de Colombia, la que más aporta al Producto Interno Bruto, con zonas industriales, agrícolas, pecuarias y turísticas, rodeada de un corredor de ecosistemas y páramos como Guacheneque, Monquetiva, Guerrero, Chingaza y Sumapaz, que proveen el agua necesaria para las actividades socioeconómicas de la región.”
Aunque Cundinamarca es una de las regiones más pobladas, se espera que entre 2030 y 2040 el crecimiento demográfico sea de aproximadamente el 1,4%, lo que se traduciría en unos 50.000 hogares adicionales cada año, alcanzando los 6 millones de habitantes hacia 2050. Sin embargo, no solo se anticipa un aumento poblacional, sino también una alarmante deforestación. La tala de árboles en la Amazonía y la Orinoquía ha alterado los ciclos de lluvia en el páramo de Chingaza, que aporta el 70% del agua al Acueducto de Bogotá a través de la represa de Chuza. Esto ha creado el escenario perfecto para una alerta máxima en Cundinamarca. Además, se prevé que la temperatura podría aumentar hasta 2°C en los próximos años, lo que intensifica la necesidad de buscar alternativas.
El panorama es preocupante. A pesar de la disponibilidad actual de agua en el departamento, se desaprovecha gran parte de este recurso. Según Andrés Castro, personero de Bogotá: “Hoy tenemos un volumen de entrada de aproximadamente 223 millones de metros cúbicos de agua, de los cuales se pierde el 33%, lo que equivale a una pérdida de 77,7 millones de metros cúbicos, lo que representa el volumen de agua de una ciudad como Pereira o Manizales en un año. Este desperdicio se debe a tres factores: pérdidas técnicas, pérdidas comerciales y conexiones ilegales".
Fallas en la toma de decisiones a nivel departamental
Durante el Foro por el Agua, todos los panelistas coincidieron en la necesidad de una mayor conexión entre municipios. Cada municipio ha diseñado planes de ordenamiento territorial pensando en sus propios intereses, sin coordinar esfuerzos para crear un plan regional que beneficie a toda la región y que reduzca costos en la creación de infraestructura.
Nicolás Gómez, presidente de la Asamblea de Cundinamarca, subrayó la desconexión en los planes de ordenamiento territorial: “Por ejemplo, Gachancipá tiene su zona industrial en el norte y Tocancipá en el sur”, lo que muestra cómo los municipios han tomado decisiones sin pensar en el beneficio global, individualizando su enfoque y generando una competencia por recursos.
La toma de decisiones también ha fallado en otros puntos, como lo señaló el procurador Gonzalo Guerrero: “La Procuraduría emitió en octubre de 2023 la circular N° 16, advirtiendo sobre los posibles problemas, pero la reacción fue declarar estado de emergencia, sin tomar decisiones preventivas y planificadas”.
Así mismo, han existido eventos en los que los municipios han sido obligados a tomar medidas independientes, como lo expresa el alcalde de Tocancipá, Walfrando Forero: “Tocancipá en este momento tiene agua potable para los próximos 15 años y es el único municipio que tiene menos riesgo, además de ser el único municipio que tiene concesión sobre el río Bogotá desde que nace hasta que desemboca en el acueducto. Lo hicimos porque hace unos años, un alcalde nos dijo que nos iba a quitar el agua, porque las empresas se estaban retirando de Bogotá y se empezaron a ubicar en Tocancipá”
Sin duda alguna, una de las grandes conclusiones de este foro, es la necesidad de trabajar desde los municipios como un equipo a nivel departamental, dejando los egos políticos a un lado y buscando crear planes e ideas que contribuyan a la mejora de Cundinamarca como región, logrando encontrar alternativas a problemáticas de nivel general como la falta de agua potable.
Cinco alternativas para resolver la escasez de agua en Bogotá y Cundinamarca:
Aumentar la capacidad de recepción del agregado norte de Cundinamarca, que ha sido subutilizado. Según estudios de la Corporación Autónoma Regional (CAR), esto podría incrementar en 30 millones de metros cúbicos la capacidad del sistema Chingaza, lo que serviría como solución a corto y mediano plazo.
Garantizar el 50% del agua en bloque que recibe Cundinamarca de Bogotá. Actualmente, solo llega el 14%, mientras que Bogotá retiene el 86%. Se plantea la idea de acceder al agua subterránea, lo que permitiría cubrir el 50% de las necesidades de agua de la región.
Según un estudio de la Universidad Nacional, contratado por la CAR, la construcción de 12.000 hectáreas en la cuenca del Río Bogotá podría aumentar la oferta de agua en dos metros cúbicos en los próximos 20 o 30 años.
Romper el conflicto entre el área agropecuaria y la conservación. La construcción en áreas de preservación ambiental debe ser compensada con pagos por servicios ambientales, lo que podría generar conciencia sobre la importancia de la preservación de los ecosistemas.
Explorar el uso de aguas subterráneas. Según el director de la CAR, esto podría generar una capacidad de 7.700 millones de metros cúbicos, lo que sería una opción viable para evitar la escasez de agua.