Del canal del dique a la selva, así es como la Iglesia Católica refuerza su compromiso ambiental  

Conservación, fe y paz son los pilares que esta comunidad presenta ante el mundo en la COP 16.  Estos son los proyectos que apoyados por la iglesia han hecho frente a la problemática ambiental. 

Por: Nicolás López Martínez 

Enviado especial de Conexión Sabana

En esta cumbre global por la protección de la biodiversidad se está promoviendo la búsqueda de soluciones a diferentes problemáticas como la caza de especies en vías de extinción, la deforestación y la contaminación del medio ambiente. 

Por tener múltiples causas también se requieren actores que hagan frente a esta situación. La Iglesia Católica es una de las destacadas pues a través de sus líderes, expertos, académicos y su encíclica “Laudato Sí” del santo padre Francisco, explican que ha sido posible plantear la construcción de paz con naturaleza. 

Desde su publicación en el 2015, el santo pontífice ha sensibilizado con mayor intensidad a la Iglesia y sus fieles en la conciencia de la administración que se le puede hacer a la creación de Dios. Al abordar la crisis ambiental actual, la “Laudato Sí” ha buscado tener un enfoque integral que vincula la ecología, la justicia social y la espiritualidad. 

El Secretariado Nacional de Pastoral Social–Cáritas Colombia es una de las instituciones católicas más reconocidas a escala mundial por la promoción de labores sociales de la Iglesia. El Secretariado fue invitado a la Zona Azul y a la Zona Verde de la COP16, donde explicaron cómo han sensibilizado a distintas comunidades en el cuidado de la “casa común” y financiando las capacidades de diversas comunidades en la conservación de sus ecosistemas.  

Diana Carillo, integrante de Cáritas Colombia, explica que la conciencia sobre el cuidado del medio ambiente "es un compromiso vivo, real, cotidiano que nos invita a tomar en cuenta ese clamor de la tierra que nos permite reconocer que estamos matándonos y que estamos destruyendo la casa en la que habitamos”. No obstante, han tenido dificultades por la falta de presencia del Estado en el territorio, asistencia que en ocasiones es reemplazada por la Iglesia. 

Uno de los casos más exitosos presentado en la COP16 es el que lidera José Gregorio Barcasnegra, representante legal de la Cooperativa de Pesca y Agricultura de la eco-región Canal del Dique. En el corregimiento de Soplaviento, Bolívar, Barcasnegras lidera a una comunidad con la protección del manatí del caribe colombiano. Esta especie, en peligro de extinción, era cazada indiscriminadamente, lo que afectaba gravemente su existencia y el ecosistema local. 

Con el apoyo de Cáritas, la comunidad de pescadores decidió cambiar de enfoque. Según Barcasnegra, en lugar de sancionar a los cazadores, optaron por sensibilizarlos sobre el valor de preservar los manatíes. El avistamiento de manatíes podía generar ingresos sostenibles a largo plazo por medio de un turismo. Después de que, según el representante, la caza de manatíes fuera de 4 a 8 por semana, éste cambio de percepción permitió que la caza se redujera a cero en la comunidad. 

Por medio de las enseñanzas católicas, la comunidad ha entendido que cuidar la naturaleza es un acto de respeto hacia la creación divina y una responsabilidad con las generaciones venideras.  

Otra historia de éxito, impulsada por Cáritas, se encuentra en la comunidad indígena Pijao. Weiner Moreno Ducuara, joven líder indígena del Cabildo Calarcá, en Puerto Rico, Caquetá, es un defensor apasionado de la preservación de su territorio ancestral. A pesar de las diferencias, Moreno indica que la Iglesia y su comunidad han encontrado acuerdos comunes en el cuidado del medio ambiente y, por lo tanto, han podido empezar a trabajar en la creación de viveros y la reforestación, reconociendo que los árboles son esenciales para la vida.  

Para Diana Murillo, integrante de la Pastoral Social – Cáritas Colombia, “la Iglesia Católica ha intensificado su enfoque en la sensibilización ambiental, inspirada por encíclicas papales como Laudato Si', Querida Amazonía y Fratelli Tutti”. Ella indica que el papel del Papa Francisco ha sido el de un líder clave en este llamado universal de proteger la naturaleza. 

En esta visión concuerda el Capellán de la Universidad de La Sabana, Francisco Vivas “el Papa Francisco es el primer Papa que habla con contundencia de la conservación del planeta (…) ha dado indicaciones a todos los católicos bastante claras sobre el cariño por la naturaleza, con lo cual, más a tono no podemos estar”.  

En repetidas ocasiones, el pontífice ha enfatizado en la íntima relación que tiene el cuidado del medio ambiente con la dignidad de la vida. Incluso ha llegado a afirmar que “la destrucción del medio ambiente es una ofensa a Dios, un pecado que pone en peligro a todos los seres humanos, especialmente a los más vulnerables”.  

Siendo la "construcción de paz con la naturaleza" el lema de la COP 16, la preocupación de una institución como la Iglesia Católica refleja la urgencia de actuar ante el deterioro ambiental que concierne a todos.   

Panelistas en el conversatorio “Buenas prácticas Laudato Sí en la construcción de paz con la naturaleza” en la COP 16.