¿Cómo fortalecer en casa las capacidades ciudadanas y los valores?
D esde el ejemplo y aprovechando las experiencias, favorables o no, los padres de familia deben enseñarles a los hijos los valores, las reglas y las virtudes que los ayuden a ser mejores personas. Victoria Cabrera, profesora e investigadora del Instituto de La Familia, resalta la institución familiar como la primera para educar al ser humano. “Los padres son los principales educadores el colegio, las normas sociales y las leyes son un complemento a esa educación; pero los padres son quienes deben ser los principales protagonistas de esta”, señala la profesora.
El papel de la familia en la sociedad se vuelve trascendental, porque el aprendizaje de la casa se reflejará en ella. La profesora e investigadora del Instituto de La Familia, María del Carmen Docal, dice al respecto que “La familia, como lugar primario de socialización, forma para la acción ciudadana y la construcción de lo común. En consecuencia, es central para construir sociedades más justas, respetuosas, solidarias y humanas; un imperativo para formar a los miembros más jóvenes de la sociedad”. Con el fin de construir una mejor sociedad y de comenzar por acciones desde casa, la profesora Victoria Cabrera da las siguientes recomendaciones:
Aprovechar las experiencias. Si un hijo habla mal de un amigo o viceversa, es el momento indicado para enseñarle la virtud de la tolerancia. De igual manera, si el niño llega a presentar un conflicto con otro compañero, hay que aprovechar para enseñarle la importancia del diálogo, la conciliación y la resolución de conflictos de forma pacífica.
Otra estrategia para formar en casa es desde la cotidianidad. Si un hijo está haciendo tareas, es el momento para enseñarle a ordenar sus implementos y útiles escolares, con el fin de beneficiarse a sí mismo, ya que al otro día podrá encontrar esos objetos fácilmente y también le hará la vida agradable a los demás, en la medida en la que su casa esté ordenada.
En ciertas actividades, como cocinar en familia, se puede enseñar la generosidad y el esfuerzo. Si alguien llega de visita a casa, puede hablarse de la empatía y la amabilidad; por ejemplo, ofreciendo algo de comer y cediéndole al visitante la silla para que se siente y se sienta acogido. La importancia de estas enseñanzas radica en aprovechar los momentos y las experiencias, para dar ejemplo y resaltar el valor que se está fortaleciendo.
Hay otras formas de enseñar dichos valores y capacidades ciudadanas, como ver una película o leer un libro. Analizar a los protagonistas o a los antagonistas permite saber qué se debe y qué no debe hacerse; ello propicia el debate familiar y deja enseñanzas a los hijos. Aunque haya diferentes escenarios, la recomendación general es educar con amor y conciencia desde casa, apoyándose en las otras instituciones, pero recordando la importancia de los padres para formar ciudadanos.