Muchos escucharon hablar de Urumita por primera vez en 1993, cuando Carlos Vives le “echó en cara” a Moralito que no quiso hacer parranda e internacionalizó La gota fría, una célebre canción que compuso el juglar Emiliano Zuleta Baquero en 1938. Así, desde el siglo pasado, se canta a grito herido el nombre de Urumita, un municipio a 136 kilómetros de Riohacha, en el departamento de La Guajira.
Poco se sabe de esta población. Tiene apenas unos 17.000 habitantes: el 20% de ellos trabajan en las minas de carbón y el 80% se dedican, en su mayoría, a la agricultura y la ganadería, lo cual repercute en el bajo acceso a la educación.
Hoy, Belinda María López Polanco, Luvis Ramos y Amadis Guerra, profesoras de Urumita, sueñan con que se hable más y mejor no solo de Urumita, sino de toda La Guajira; anhelan que esta empiece a estar en boca de todos por el mejoramiento en los índices de acceso y calidad de la educación.
Ahora, ellas tienen más herramientas para lograr que esto ocurra. Tres años después del nacimiento del convenio entre el Ministerio de Educación Nacional y el programa de Becas Excelencia de la Universidad de La Sabana, la Facultad de Educación graduó a 43 nuevos magísteres, quienes conforman la primera cohorte de la Maestría en Pedagogía, extensión La Guajira.
El programa, que oficialmente comenzó con 69 estudiantes, tuvo un impacto en 14.000 niños de la región. Se involucraron 23 instituciones educativas de la Alta, Media y Baja Guajira, en 11 municipios del departamento, como Riohacha, Villanueva, Maicao, Albania, Uribia, San Juan del Cesar, Urumita, entre otros.
Para Ciro Hernando Parra Moreno, decano de la Facultad de Educación, este logro muestra el compromiso de La Sabana con el desarrollo educativo del país, especialmente con las regiones más distantes que se encuentran menos favorecidas. “Queremos aportar e incrementar la calidad de la educación en Colombia.
Estamos convencidos de que el mejor modo de hacerlo es formar a los profesores. Son ellos quienes se enfrentan a los procesos educativos en las aulas y, para que logremos nuestros objetivos, es necesario que mejoren sus prácticas pedagógicas”, afirmó.
Sonreír ante las dificultades
El profesor Palmiro Quiroz, uno de los nuevos magísteres, señaló que, pese a las dificultades y los sacrificios de la familia, la satisfacción de haberse graduado es indescriptible: “Alcanzar esta meta que día a día fuimos forjando en los últimos años me da mucha felicidad. Fue un gran esfuerzo y hoy veo los resultados al culminar este proceso”, dijo.
Durante las visitas académicas, John Alexander Alba, director de la maestría, y Carlos Humberto Barreto Tovar, coordinador del programa y asesor de los trabajos de investigación, conocieron el contexto social de la región. Encontraron una Guajira multicultural con una gran riqueza natural y, sobre todo, humana. “En algunos casos vimos aulas pequeñas con 35 estudiantes. Eran salones oscuros sin ventiladores o aire acondicionado, pero con profesores que tenían muchas ganas de sacar adelante su maestría y el aprendizaje de sus estudiantes. Vi que la calidad humana de las personas de La Guajira es grande”, señaló Barreto Tovar.
De acuerdo con la doctora Rosa Julia Guzmán, quien tuvo en sus manos la génesis de esta maestría, en La Guajira contaron con un grupo de estudiantes que llegó con una gran expectativa y muchas ganas de aprender para mejorar la calidad de la educación en su región. “Desde el principio, encontramos estudiantes amorosos y dedicados a sus alumnos, condiciones esenciales de los buenos educadores”, dijo la doctora.
Guzmán destacó la apertura de todos a nuevas formas de enseñar y su espíritu generoso para compartir sus experiencias, que están marcadas por su gran compromiso para sacar adelante sus proyectos. “Aprendimos y admiramos sus esfuerzos, primero que todo, por ser puntuales; ellos hicieron muchos sacrificios para lograrlo, como viajes de más de un día, en los que hacían transbordos de un medio a otro. Además, nos mostraron iniciativas que sacaron adelante con poco apoyo. A pesar de todas las dificultades, siempre encontramos personas que nos recibían con una sonrisa, con un abrazo cariñoso e, incluso, con obsequios de gastronomía y artesanías propias de sus regiones”, contó.
Como parte del proyecto de regionalización de las maestrías, la Universidad y la Facultad de Educación ampliarán la oferta formativa para el ciclo electivo 2019-2, a través de las maestrías en Desarrollo Infantil y en Dirección y Gestión de Instituciones Educativas. Esta es una forma de llevar la Universidad de La Sabana a todos los rincones de Colombia.