La Navidad es una época de unión y reconciliación familiar, los momentos de la vida en ciertas ocasiones llevan a tomar decisiones o experimentar situaciones, que, aunque sea época festiva, no siempre son fáciles de superar.
María perdió a Manuel, su esposo, en julio de este año. Es la primera vez que va a estar una Navidad sin él, después de 48 años de casados. Aunque sabe que es parte del ciclo natural de la vida, no sabe cómo vivir este momento e iniciar una nueva etapa sin él.
La psicóloga de la Facultad de Psicología Lucia Cuellar explica que “la época de Navidad y fin de año se caracteriza por compartir momentos en familia, acercarnos a las personas más queridas, la realización de rituales y tradiciones familiares que han pasado de generación en generación. Cuando las personas han perdido un ser querido por muerte, sienten de manera más fuerte este vacío al tener que pasar estos momentos en soledad y en algunos casos perder los rituales y tradiciones”.
Otra historia se podría sumar, la que vivió Carlos cuando se divorció de Milena. Habían cumplido 12 años de casados; sin embargo, diferentes situaciones los llevaron alejarse y a tomar caminos diferentes. Ya hoy cumplen 11 meses separados; no obstante, desde el día que dijeron sí acepto habían estado juntos en cada fecha especial, para los dos es nuevo estar separados. Posiblemente se preguntan ¿cómo logro superar la situación?
“La estrategia que más sirve en estos momentos es inventar nuevos rituales y tradiciones, visitar lugares nuevos, realizar nuevas tareas. También es importante dejarse acompañar de amigos y familiares. Realizar actividades al aire libre y hacer ejercicio también puede ayudar” recomienda la experta.
Aunque el duelo se puede entender como la pérdida de un ser querido, también se puede experimentar otro tipo de duelos como por divorcio o por separación; por ejemplo, cuando la pareja o hijo viaja al exterior por un largo tiempo.
Para adultos y niños alejarse de quienes aman es todo un reto. Este es el relato de Isabella. En abril de este año su mamá tuvo que viajar fuera del país para cursar una maestría, se despidió bajo la promesa de volverla a ver en solo seis meses. Tristemente, fue un juramento que no pudo cumplir pues cerca a su regreso perdió la vida en un accidente de tráfico.
Para su caso, y para guiar a un pequeño en su dolor, Lucia Cuellar invita a quienes van a ser responsables de los niños que perdieron a un ser querido o que tendrán una Navidad lejos de la familia a “validar sus sentimientos, es decir permitirles llorar y hablar de lo que sienten y de la persona que se fue. Responder las preguntas que hacen según su edad desde la verdad sin dar detalles no pedidos. Usualmente los niños encuentran en el juego una forma de expresar su dolor. Es muy importante permitirles esa expresión y buscar espacios y actividades que les ayuden a hacerlo. diseñar nuevas actividades para resignificar la época.”
No es pertinente acompañar las festividades de alcohol, pues este es un depresor del sistema nervioso, lo que agudiza, en cierto sentido, el dolor. Además, la psicóloga invita a quienes pasan por un momento difícil durante esta época a hablar de lo sucedido, pues estar triste no es sinónimo de estar mal o de negarse la oportunidad de disfrutar.