Escrito por: Blanca Cecilia Venegas, Facultad de Enfermería y Rehabilitación.

Colombia afronta hoy una transición demográfica acelerada. En el año 2017, el número de adultos mayores ascendía a 5´752.958 personas mayores de 60 años, que corresponde al 11.7% del total de la población colombiana (1); se espera que para el  2050 esta población se triplique (2). Los principales problemas que de hoy están relacionados con pobreza, abandono y exclusión social; además, presentan  depresión y creen que por su edad ya no son útiles para la sociedad (3).

La vejez y las condiciones con que se llegue a ella son en parte las consecuencias de cómo se envejece. Si bien es cierto que el envejecimiento es un proceso natural del ser humano, este no necesariamente es sinónimo de enfermedad y deterioro. Sin embargo, los comportamientos previos a esta etapa generan alteraciones que, con el tiempo, producen incapacidad y dependencia. La hipertensión arterial, artritis, artrosis, diabetes mellitus 2, la enfermedad isquémica del corazón, la osteoporosis, el EPOC, la enfermedad cerebrovascular y otras propias del deterioro progresivo como la disminución de la agudeza auditiva, visual o cognoscitiva prevalecen en la población vieja generando dependencia y la necesidad de apoyo para el cuidado de sí mismos.

Este panorama indica que este fenómeno también conlleva el prepararse no solo para cuidar de sí mismos, sino a otros. En estudios con cuidadores (4), se ha identificado que regularmente estos son los mismos familiares, y es lógico. Siendo la familia el principal núcleo de la sociedad y la principal red de apoyo social, se esperaría que el adulto mayor dependiente sea cuidado por un miembro de su familia. Pero surgen algunas inquietudes: ¿estarán los familiares preparados para cuidar?; si es necesario asumir esta tarea, ¿se tendrá el deseo de asumirla?; si no es el cuidador familiar, ¿quién la asumirá? Es probable que cuando llegue el momento, estos aspectos puedan resolverse, pero no deja de ser un reto tanto para las familias como para la sociedad en general el prepararse para asumir este papel.

Para ser cuidador es importante tener en cuenta que se asume un compromiso con el otro, pero también consigo mismo. Esto quiere decir que una parte del tiempo y de la vida se dedican al cuidado del otro, pero sin olvidarse de sí mismo. Para el sistema de salud, el cuidador puede visualizarse como el dador de cuidado, pero también como sujeto de cuidado con quien deben trabajarse estrategias que promuevan el mantenimiento de la salud y la prevención de una posible enfermedad, porque dedicarse al cuidado prolongado e intenso produce en el cuidador alteraciones físicas, fisiológicas, aislamiento social, abandono de la actividad laboral, conflictos familiares o  dificultades económicas, entre otras, y todo esto puede generar sobrecarga.

Por lo tanto, el reto de atender a nuestra sociedad envejecida requiere preparación de las familias,  para propiciar una comunicación efectiva que permita la expresión de sentimientos y deseos sobre el final de la vida. Esto facilita para el futuro la toma de decisiones y evita la generación de sentimientos de culpa; debe planearse la organización del trabajo familiar en forma igualitaria y equitativa (4), que permita sobrellevar las situaciones difíciles o complejas de los viejos. Deben fortalecerse las relaciones intergeneracionales con la presencia y el apoyo de los nietos. Este aspecto genera satisfacción y percepción de afecto, gratificante para todos los miembros de la familia.

El cuidador familiar principal debe ejercer un papel de soporte o apoyo en aquellas actividades que el viejo definitivamente es incapaz de realizar. Esto propicia libertad, autonomía, independencia y seguridad en sí mismos; debe propiciar espacios y diferentes formas de participación en entornos sociales que estén conectados con escenarios públicos institucionalizados, con programas, grupos y organizaciones que se conviertan en parte de la vida cotidiana de las personas adultas mayores. Esto les genera satisfacción, sentido de pertenencia y validación de la utilidad social que gratifica la vida (3).


 

Cuando el adulto mayor es dependiente, el cuidador familiar debe buscar apoyo en el cuidado, sobre todo con la familia, los amigos, los vecinos o la familia extensa. Es importante mantener una alimentación balanceada, practicar ejercicio periódicamente, no abandonar las actividades que disfruta, frecuentar a los amigos buscando compañía y ser escuchado, acudir periódicamente al sistema de salud para hacer chequeos preventivos, mantenerse activo en las redes sociales, como WhatsApp Facebook, twitter. Esta es otra forma de hacer redes de apoyo y fortalecer la unión y armonía familiar, cuidar aspectos relacionados con su afiliación a pensión o sistema de salud. Recuerde siempre que algún día no lejano dejará de ser cuidador y tendrá que realizar sus propios proyectos.

Aunque la última encuesta a los cuidadores de adultos mayores realizada por el Ministerio de Salud y Colciencias(3) muestra que la mayoría de los cuidadores recibe salario, que ellos reportan buena salud, comparten su vida laboral con el cuidado, se sienten satisfechos y reconfortados por su papel,  también hay un porcentaje significativo que ocupa más de 10 horas al día en esta labor. Se sabe que estos no tienen tiempo libre y reconocen que cuidar a una persona mayor es una labor continuada que perdura. Es importante que el cuidador se cuide para cuidar, sin olvidarse de sus propias necesidades físicas, emocionales o afectivas y de su proyecto de vida personal y familiar.

Bibliografia:

(1). Neira Armando, Colombia se acerca a los 50 millones de habitantes, Diario el Tiempo, Bogotá 22-10-2017. Consultado 27-06-2018. http://www.eltiempo.com/colombia/otras-ciudades/colombia-llegara-en-el-2018-a-los-50-millones-de-habitantes-segun-el-dane-143190.

(2) El tiempo, Las personas mayores de Colombia son las más pobres de América Latina; Por Economía y Vida de Hoy, septiembre 28 de 2015. Consultado 29-06-2018. http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-16389736.

(3) Ministerio de Salud y Protección Social, COLCIENCIAS, Estudio Nacional de Salud, Bienestar y Envejecimiento, SABE Colombia 2015.

(4) Flores G Elizabeth. Rivas R Edith. Seguel P Fredy. Nivel de Sobrecarga en el Desempeño del Rol del Cuidador Familiar de Adulto Mayor con Dependencia Severa; CIENCIA Y ENFERMERIA XVIII (1): 29-41, 2012.