La exposición de Gabo Sierra se venía trabajando desde hace un año, en que Sierra vivió los espacios del Campus, estudiando sus posibilidades, y la interacción con el público universitario. 

El inesperado escenario mundial, ha replanteado los modos de mostrar y de ver. Nos suscita otra comprensión de lo que antes era "normal", y da otra profundidad a las imágenes que nos llegan. 

En un tiempo en que la humanidad se ha visto cercada por el signo de la fragilidad, reunida en una pequeña barca, se descubre que las fronteras se desmoronan, las distancias se contraen y el cosmos se impone como fuerza predominante, que doblega el ímpetu productivo. En este marco se revalora el sentido profundo de la creación, como fuerza generadora, pacífica e inexorable, a la cual se debe retornar. 

La exposición “Fronteras” de Sierra, revaloriza estos sentidos, replanteando esta globalidad y resaltando el vigor de la cultura americana, con el contraste y los modos de producción de las Bellas Artes europeas. El genius Locci adquiere la resonancia global y una actualidad peculiar. 

La obra de Sierra es integral. El dominio y la complementariedad entre las diferentes técnicas plásticas refuerzan el concepto y acentúan la solidez de su propuesta.  

Que la re-visión de esta obra, que nos abre a un "nuevo mundo'', genere otros horizontes creativos en cada ámbito formativo dentro de la Universidad. 

Alberto José Estrada, asesor Campus cultural, Asociación de Amigos.

Fronteras: estamos familiarizados con ellas como ubicaciones geográficas. Como lugares liminales que la gente y los objetos circulan y atraviesan. También hemos llegado a entender las fronteras como espacios que requieren especial atención para comprender cómo su hibridación genera significados, culturas, y costumbres.

El artista Gabriel Sierra Henao imagina la posibilidad y el potencial de su estética

Fronteras: lugares de transferencia y comunicación entre distintas historias visuales, artísticas y tradiciones estéticas.

Concibe esta interacción estética como una igualdad tensa, un equilibrio dinámico, entre conjunciones estéticas. Su trabajo propone la posibilidad de cruces no jerárquicos entre prácticas artísticas indígenas y las bellas artes europeas. Él reconoce y hace visible la relación entre determinadas prácticas plásticas -perspectiva, técnicas pictóricas académicas, modelado, etc.- y el colonialismo europeo, fusionando esta tradición artística con motivos, colores y enfoques estéticos asociado con poblaciones indígenas, en particular de Colombia -de donde es originario-. Su trabajo nos muestra el potencial de hibridación para deshacer las jerarquías culturales desde el interior.

En particular, sus investigaciones visuales sobre los planos pictóricos revelan la retórica colonialista implícita en el rechazo continuo de lo “decorativo” y, al mismo tiempo, demuestra el potencial del ornamento para contener significado. Sugiere así un medio para recuperar lo decorativo como una importante esfera de creación y experimentación artística.

La conversación en curso de su trabajo entre las formas indígenas y europeas crea no solo visualmente obras impresionantes, sino que también sugiere nuevos caminos para repensar el posicionamiento de las culturas no europeas en relación con el canon artístico occidental.

T. Goldring

(Estudiante de doctorado en Historia del Arte y Arquitectura, Universidad de Harvard)

23 de enero de 2019