Faber Chaparro, Harold Cao, Nicolás Pardo y Sara Hernández, estudiantes de Ingeniería Civil, junto con la profesora, Leslie Hernández, ocuparon el segundo puesto en el Reto ALIÓN Fortacret, propuesto por la filial de cementos de Corona. Este certamen otorgó tres millones de pesos para invertir en educación, gracias a un diseño de concreto con baja permeabilidad, que permite la durabilidad de las estructuras al garantizar que la mezcla conserve sus propiedades físicas y mecánicas a lo largo del tiempo, resistiendo a los agentes externos que podrían generarle daños.

El reto consistía en encontrar el mejor diseño de mezcla impermeable para las construcciones, utilizando los materiales que proporcionaba la empresa (cemento de altas resistencias tempranas y Fortacret, una adición con propiedades cementantes). El proceso contó con dos fases: la clasificatoria y la final, con aproximadamente 25 equipos de estudiantes de ingeniería, arquitectura y carreras afines de todo el país, de los cuales solo 10 llegaron a la ronda final.

Para llevar a cabo la propuesta, el equipo caracterizó los agregados previstos y creó mezclas de prueba en los laboratorios de materiales de Ingeniería Civil, en el FabLab. Precisamente,

“El mayor desafío fue obtener una buena caracterización de los materiales, con el fin de que las propiedades —tanto físicas como mecánicas— fueran óptimas para hacer un concreto poco permeable y con gran resistencia a la flexión. Este resultado fue fruto del esfuerzo y la constancia del equipo, pues, luego de muchos ensayos y errores, logramos presentar un concreto con las mejores características”,

dice el estudiante Harold Cao.

La profesora Hernández resalta la dinámica que definió el equipo para trabajar conjuntamente: “El ejercicio del grupo fue interesante porque Harold, Faber y Nicolás son estudiantes de últimos semestres, mientras que Sara cursaba cuarto semestre. Hubo un ejercicio de transferencia de conocimiento de ellos hacia ella. Todo su aprendizaje se derivó de la asignatura de Materiales de Construcción, que hace parte del programa de Ingeniería Civil”.

El aprendizaje experiencial fue central para la ejecución del proyecto. En el reto, los integrantes se apropiaron de sus conocimientos teóricos del diseño de mezclas, para encontrar la forma de aplicarlos. Además, “Investigar y experimentar con técnicas de compactación, cemento de alta resistencia y aditivos minerales permitió profundizar en la comprensión de los materiales de construcción y cómo se comportan en las aplicaciones prácticas. La competencia brindó una visión más amplia de la industria de la ingeniería civil y ayudó a establecer contactos con otros profesionales y académicos del campo”, afirma el estudiante Faber Chaparro.

“El trabajo en equipo y la voluntad de servicio estuvieron siempre presentes en el grupo. Desarrollamos una sinergia de trabajo propositiva y eso influyó en que lográramos un lugar en el podio”, destaca la profesora. Por su parte, Faber añade: “La dedicación y el esfuerzo invertidos en el proyecto permitieron desarrollar y fortalecer las habilidades de colaboración y comunicación.

Trabajar codo a codo con mis compañeros y bajo la guía de la profesora Leslie Hernández nos brindó la oportunidad de aprender a gestionar proyectos complejos y superar obstáculos de manera conjunta”.

En cuanto a los aportes de la Facultad para la consecución de este logro, por un lado, fueron los espacios físicos. La profesora Leslie enfatiza: “Sin los laboratorios de materiales y los equipos con los que contamos en el FabLab no habría sido posible lograr este resultado. Elaboramos varias mezclas de concreto hasta encontrar la más funcional y, para eso, necesitábamos de infraestructura y equipos especializados, como los de nuestros laboratorios”.

Por otra parte, el programa de Ingeniería Civil aporta a sus estudiantes el conocimiento y “Siembra interés y amor por los materiales. Pese a que aún no veía de lleno esta línea, mis compañeros me transmitieron su conocimiento y esto me motivó. Sumado al uso de todos los recursos con los que cuenta la Universidad, como los laboratorios, los materiales y las bases de datos, adquirí conocimientos necesarios para la obtención de este reconocimiento”, señala la estudiante Sara Hernández.

La conexión con la industria y el aprovechamiento de este tipo de retos y oportunidades externas son clave para el crecimiento personal y profesional de nuestros estudiantes. “A veces no es fácil sobresalir durante el proceso formativo, pero, si se tienen claros el deseo y el objetivo final, con esfuerzo y dedicación pueden lograrse cosas increíbles”, asegura el estudiante Nicolás Pardo.

Por Shanon Espitia, gestora de comunicaciones de la Facultad de Ingeniería.