Cómo salir de la quiebra y sobrevivir en la clase media en Colombia

Alcanzar una buena salud financiera, para muchas familias de clase media en Colombia es un desafío apoteósico. Para retratarlo de la mejor manera, Aldemar Moreno, periodista de economía se dio a la tarea de escribir ‘Sobrevivir en la clase media’, un libro que explora su historia familiar entorno al dinero y donde entrega detalles de cómo ha logrado salir de la quiebra.

Por: María  Alejandra Gómez

Cuando a Aldemar Moreno comenzó a írsele una gran parte del día atendiendo las llamadas de los bancos para cobrar las deudas que tenía pendientes, comenzó a ser consciente de su situación económica. No era para menos. Desde que había tomado la decisión de irse de la casa y contraer matrimonio se había acostumbrado a llegar a fin de mes sin un peso en el bolsillo, asumiendo los gastos restantes con créditos que lo ahogaban.

Los reclamos de los bancos indagando cuándo iba a hacer el pago de la cuota pendiente y la frustración de no poder dar respuesta porque no tenía con qué recursos hacerlo, lo llevaron a estudiar opciones para recortar gastos, hacer un presupuesto y comenzar a pagar una a una las deudas pendientes que alzaban a sumar más de 400 millones de pesos.

Lo anterior hace parte de Sobrevivir en la clase media, un libro que como bien señala su autor, más allá de pretender ser un libro de coaching financiero, se construye a raíz de su propia experiencia, es decir, como una biografía financiera en la que capítulo a capítulo se desarrolla una reflexión sobre cómo balancear las finanzas y no quebrarse en el intento.  

“Creo que para la clase media en el mundo, es muy difícil mantenerse y esto es así porque es casi imposible volverse millonario. Los recursos son escasos siempre y quienes empiezan a concentrar riqueza, lo hacen por unos caminos que ni siquiera son claros para los mismos economistas. Entonces es muy difícil mantenerse en la clase media porque es muy fácil caer. Mi reflexión apunta a la importancia de que como sociedad seamos más ricos. Yo creo que la clase media en Estados Unidos, Europa y todas partes del mundo, sufre por incertidumbre y vulnerabilidad permanente. Lo único que permitiría un panorama diferente es que la sociedad prospere con productividad, competitividad, educación, acceso a financiamiento”, explica el periodista.

En ese sentido, a lo largo del libro el autor va hablando de varios conceptos importantes como el capital de trabajo, flujo de caja, ingresos y gastos, ahorro, emprendimiento, patrimonio líquido, pobreza oculta, inversión, interés compuesto, costo de oportunidad entre otros, que se van explicando sin tabúes.

No obstante, el autor es enfático en la importancia del costo de oportunidad, pues explica que para muchas personas es difícil identificarlo porque constantemente buscan realizarse por medio de proyectos. “Lo que pasa es que hacerlo con problemas de caja, significa echarse al agua y no tener en cuenta el costo de oportunidad. Por ejemplo, en mi caso, recién casado, los primeros meses fueron en mi cama del soltero. Pero en el proyecto familiar uno piensa que hay que mostrarle a los demás que está avanzando, entonces toca comprar la cama doble con la tarjeta de crédito. Si hubiéramos tenido conciencia de nuestra situación económica y financiera y del costo de oportunidad, tal vez dormir un tiempo más en la cama sencilla, sin endeudarnos y ahorrando para comprar la cama doble, hubiera sido mejor opción”, cuenta y añade que no hay que adquirir crédito de consumo para nada, pues las matemáticas hablan por si solas y solo cuando se tiene en cuenta la tasa de interés y se entiende que una cama que vale 100 pesos, pasa a costar 150 pesos con tarjeta de crédito, lo mejor es ahorrar.    

“Yo pregunto, ¿no es más lógico seguir durmiendo en la cama de soltero, ahorrar, ahorrar, ahorrar, llegar a cien y comprar la cama? De entrada, con eso te estas ahorrando la tasa. Eso es una plata que te libera”, dice.

Pero la posición del experto difiere en cuanto a créditos educativos, pues sugiere que tras su fracaso como emprendedor y la estabilidad que le ha dado hasta la fecha el hecho de ser egresado y a la vez docente de la Facultad de Comunicación Social y periodismo de la Universidad de La Sabana, la mejor retribución que ha podido obtener es la de la educación.

“El programa de Ser pilo paga fue súper polémico por el hecho de que los recursos públicos se fueran para las universidades privadas. Pero el fundamento de ese programa era un estudio en donde hacían el cálculo de la rentabilidad de la tasa interna de retorno de una inversión en educación y era una tasa interna de retorno del 25% al año. O sea que en cuatro años pagas la inversión, pero si uno compra una televisión a crédito está pagando una tasa y eso no tiene ningún sentido. Es mejor ahorrar, es mejor cambiar la carga magnética”.

De la crisis al ahorro

Moreno es enfático en la importancia del ahorro. Explica cómo tras tener su salario comprometido con los pagos de los créditos, se dio a la tarea de tomar la dura decisión de hacer recorte de gastos, sacrificar la calidad de vida que ofrece un automóvil para tomar el transporte público, bajar el presupuesto del mercado de la casa reemplazado algunos artículos de la canasta familiar por otros de marcas menos reconocidas, cambiando el lugar de residencia por uno más pequeño y por lo tanto con un arriendo más económico.

Lo anterior lo justifica basado en el hecho de pagar cada una de las responsabilidades llevando por delante la premisa de la ética del trabajo, esa que según él es la excusa para no parar y seguir adelante.

Sin embargo, ante la pregunta de cómo pretender fomentar el ahorro en un país como Colombia donde el salario mínimo es de un millón ciento sesenta mil pesos, el autor destaca que la clave se encuentra en la organización. “Claro que si tú me dices que con el salario mínimo viven cinco personas, olvídate, no hay nada que hacer, es imposible pensar en ahorrar. Sin embargo, comúnmente en las familias, el mínimo se lo ganan dos o tres personas. Así que pueden reunir dinero y es más posible lograrlo, no es imposible”, dice.

En ese sentido, lo que el autor sugiere, más que seguir al pie de la letra la conocida regla del ahorro del 50, 30, 20 (destinando el 50% a las necesidades primarias, un 30% a los caprichos y un 20% al ahorro) es aumentar el capital ahorrando, no tocar la rentabilidad y dicha rentabilidad convertirla también en capital. “Más allá de un porcentaje determinado, lo que yo creo es que hay que hacer un cajoncito para imprevistos. Ahí no hay ciencia, porque muchos economistas consideran que lo más práctico para cualquier persona es moverse aleatoriamente. Ahí es donde yo admiro mucho a la clase media porque como no tenemos resuelto nada, nos tenemos que ir moviendo y adaptando”.

Finalmente, como a última opción para la salir de la crisis, y cómo bien lo menciona el autor del libro, queda ganarse la lotería, es decir, esperar el golpe de suerte, que, si bien puede terminar en un gasto de dinero para algunos, para otros puede representar ese ingreso extra con el que no se contaba. En ese sentido, y pese a que Moreno advierte que no volvió a comprarla, dice que en el escenario de ganársela terminaría de pagar las deudas y comenzar a invertir. “Optaría por una vida independiente laboralmente, me sentaría a escribir a leer, dictaría clases, escribiría más libros y viajaría mucho con mi esposa. Tal vez compraría una casa, aunque hay que considerar que, si uno se compra una casa lujosa, es plata enterrada. Me gusta conceptualmente hablando la inversión en bitcoin, pero me parece una inversión de alto riesgo. Me gustaría comprar acciones. Yo creo que en Colombia hay muchas acciones subvaloradas. Invertiría principalmente en Colombia porque acá los activos están baratos. Creo que hay un potencial de crecimiento de las empresas enorme y que el país está en un momento decisivo para que su clase media se fortalezca” finaliza.