Por Cristian Conen, profesor del Instituto de La Familia

Con motivo del V aniversario de la promulgación de la exhortación apostólica “Amoris Laetitia” sobre la belleza y la alegría del amor conyugal y la familia, el Papa Francisco ha inaugurado un Año de la Familia[1], con el objetivo de realizar una relectura del documento y, a partir de este, reflexionar más profundamente sobre las necesidades de la familia hoy.

Ante una cultura actual de profundos cambios, el Papa considera que es necesaria una nueva mirada a la familia por parte de la Iglesia: “No basta con reiterar el valor y la importancia de la doctrina de siempre sobre la familia; es necesario convertirnos en custodios de la belleza de la familia y cuidar con compasión su fragilidad y sus heridas”[2].

El Papa Francisco afirma que existen dos aspectos que están en el corazón de ese desafío: “la franqueza del anuncio del Evangelio y la ternura del acompañamiento”[3].

De una parte, el reto es anunciar a las parejas, a los esposos y a las familias el auténtico sentido de su unión y de su amor. Por otra parte, debemos aterrizar al “trabajo o labor cotidiano” de los esposos y los padres, aportándoles herramientas concretas que les permitan afrontar sus problemas, sufrimientos y todas esas pequeñas y grandes situaciones que pesan, y que a veces obstaculizan el camino[4].

Se trata de acompañar con apoyos y ayudas concretas, ese “trabajo silencioso”, a veces agotador, que llevan a cabo los cónyuges, los padres, los abuelos[5] y los hijos.

 

En esta línea de pensamiento del Papa, podemos recordar algunos objetivos que plantea “Amoris Laetitita”:

  1. No renunciar a promover la familia de fundación matrimonial y su identidad verdadera:“no podemos renunciar a proponer el matrimonio con el fin de no contradecir la sensibilidad actual o estar a la moda, o por sentimientos de inferioridad frente al descalabro moral y humano”[6).
  2. Educar entusiasmando al matrimonio: “nos cabe realizar un esfuerzo más responsable y generoso, que consiste en presentar las razones y las motivaciones para optar por el matrimonio y la familia”[7].
  3. Acompañar a los matrimonios y a las familias: “se aprecia que la Iglesia ofrezca espacios de acompañamiento y asesoramiento sobre cuestiones relacionadas con el crecimiento en el amor, la superación de los conflictos o la educación de los hijos”[8].
  4. Nuevo lenguaje, motivaciones y testimonios respecto de los jóvenes: “necesitamos encontrar las palabras, las motivaciones y los testimonios que nos ayuden a tocar las fibras más íntimas de los jóvenes […] para invitarles a aceptar con entusiasmo y valentía el desafío del matrimonio”[9].
  5. Necesidad de políticas estatales de promoción de la familia a los jóvenes: “el Estado tiene la responsabilidad de crear condiciones legislativas y laborales para garantizar el futuro de los jóvenes y ayudarles a realizar su proyecto de formar una familia”[10].

El Papa Francisco, al convocar a un año de reflexión acerca de las necesidades de la familia, a la luz de “Amoris Laetitia”, nos recuerda finalmente que “Necesitamos de los vínculos familiares para vivir bien y para hacer la humanidad más fraterna”.

Referencias bibliográficas:

  1. El Año de la Familia inaugurado por el Papa Francisco comenzó con la fiesta de San José el 19 de marzo pasado y se extenderá hasta la celebración de la V Jornada Mundial de las familias que se realizará en Roma el 26 de junio de 2022.
  2. Mensaje del Papa Francisco a los participantes en el Webinar sobre “Nuestro Amor cotidiano” organizado por el Dicasterio para los laicos, la familia y la vida. Vatican News, 19 de marzo de 2021.
  3. IBIDEM
  4. Cfr IBIDEM
  5. IBIDEM
  6. Exhortación “Amoris Laetitia” pto 35
  7. IBIDEM
  8. Op. Cit, pto 38
  9. Op.Cit pto 40
  10. Op. Cit, pto 43