El objetivo principal con la construcción de este dispositivo es poder suplir la posible carencia de ventiladores en la atención de la contingencia que vive el país, y de esta forma, desarrollar una alternativa de bajo costo y de rápida fabricación, que sirva a los pacientes y logre salvar el mayor número de vidas.
El resultado de la colaboración interdisciplinar, es un ventilador mecánico invasivo con un sistema de electroválvulas controladas por un circuito electrónico sencillo, que permite suplir la respiración, con lo que exige la gravedad del compromiso respiratorio visto en el COVID-19. La ventilación es controlada por volumen, con una medición precisa del volumen inspirado. Además, permite administrar PEEP (positive end expiratory pressure), regula la frecuencia respiratoria, la concentración de oxígeno, la relación de tiempos entre la inspiración y la espiración. Cuenta también con filtros de aire convencionales que protegen frente a partículas y microorganismos, y tiene gráficas que monitorizan las presiones y volúmenes.
¿Cómo fue diseñado este dispositivo?
Es seguro:
Permite monitorear las presiones y volúmenes de aire suministrados al paciente.
Cuenta con sistemas de seguridad y alarma que evitan que se excedan las presiones tolerables por el ser humano.
Es eficiente en costos y fácil de reparar:
Está diseñado con elementos nacionales de bajo costo y fácil consecución.
Puede alimentarse por cilindros de oxígeno o conectado a las tuberías de gases hospitalarios.
Funciona con corriente eléctrica y tiene una batería de respaldo en caso de interrupción del fluído eléctrico.
Es tecnología abierta, es decir que no se protegerá con patente. Nuestro interés es contribuir a salvar el mayor número posible de vidas.