Una vocación que traspasa fronteras

Angélica Mejía, graduada de la carrera de Comunicación Social y Periodismo, habla de su trabajo en el campo de la comunicación para el desarrollo.

Angélica María Mejía, graduada de la carrera de Comunicación Social y Periodismo, encontró en el campo de la comunicación para el desarrollo la forma de aportar a la sociedad mejorando la calidad de vida de las personas que lo necesitan.

Su labor se inició durante una experiencia en Australia, cuando trabajó unos años para una persona con discapacidad. Al respecto, señala: "A veces uno le da importancia y se pone triste por cosas insignificantes. él era una persona que dependía de mí para pararse de la cama o para comer, y aun así era una persona feliz todos los días".

Durante su tiempo en ese país, tuvo la oportunidad de conocer a un compañero italiano que había trabajado en África, y a través de él Angélica logró ser voluntaria en un orfanato de niños con sida, en Tanga-Tanzania, a cargo de la comunidad religiosa de la Sagrada Familia.

Durante los tres meses que estuvo allí, Angélica cuenta: "Me dediqué a enseñarles cómo hacer que los niños mejoraran en el colegio, haciéndoles diferentes actividades, como actividades con los colores: coger la mano del niño y pintársela, incluso cantar los números y enseñarles inglés", recuerda la graduada.

A través de esta oportunidad, Angélica pudo conocer los problemas y las necesidades de las comunidades, razón por la cual desea seguir especializándose en el campo de la comunicación para el desarrollo, aplicando a la Maestría Erasmus Mundos, o las diversas alternativas educativas que se ofrecen en países como Francia.

"Creo que uno, desde lo que hace, tiene que buscar siempre la manera de darle al otro; cuando uno da, lo que recibe no se compra con el dinero, como es la sonrisa de un niño, verlo feliz", agrega.

Ella es una Comunicadora Social que agradece por su formación integral y por la utilidad de los conocimientos acerca de las comunidades menos favorecidas, y añade: "Ser graduado de la Universidad de La Sabana es tener una buena calidad académica, pero sobre todo es tener sentido de persona, tener sentido de ayudar al otro, que, desde tu carrera puedes aportar algo para cambiar el mundo".