Un profesional apasionado por la Ginecología
Fernando Monsalvo, graduado de Medicina y de la Especialización en Ginecología, ha dejado huella en su área por su vocación de servicio.
¿De la aviación a la medicina? Fernando Monsalvo es graduado de Medicina y fue el segundo graduado de la Especialización en Ginecología de la Universidad; sin embargo, esa no fue siempre su pasión. Su padre estuvo vinculado 27 años con Avianca S.A., una circunstancia que dio pie para que Fernando se inclinara por esta misma área. Sin embargo, se presentó una difícil situación que le daría un giro de 180 grados a su vida, un momento crítico y delicado lo llevó a cambiar su percepción de la vida y a considerar la aviación como una práctica transitoria y arriesgada, eligiendo la medicina como su mejor opción.
Después de culminar su formación rural y graduarse de médico en el 2007, tomó su residencia universitaria durante cuatro años y se vinculó por dos años como profesor en la Universidad de La Sabana. Se graduó de la especialización en el año 2014 y empezó a trabajar en la compañía EPS Sanitas (ahora llamada Keralty), inicialmente como ginecólogo y luego como coordinador de Ginecología o líder de la especialidad.
Por su reconocido desempeño, lo postularon para poner en marcha la Jefatura Nacional de Ginecología. Desde entonces, se encarga de hacer análisis, realizar lineamientos y formular una serie de recomendaciones de alcance en los siete países donde tiene presencia la organización.
Aunque se desempeña en el ámbito administrativo, la atención a pacientes siempre será la preferencia y motivación para Fernando. Por eso, desde hace algún tiempo, forma parte de la plantilla de ginecólogos de la Fundación Cardioinfantil, en donde desempeña su actividad quirúrgica. Al ser una institución de alto nivel, él adelanta cirugías de gran complejidad y dedica las mañanas a efectuar controles prenatales para mujeres en el Ejército de Colombia. Sin duda, ha equilibrado su vida laboral, demostrando sus habilidades en el ámbito administrativo, asistencial y quirúrgico.
El ideal de Fernando por la medicina, en un inicio, fue la vocación de servicio, pero luego también conoció y enfrentó el impacto de las enfermedades. De esta forma, afi rma que: “Yo me debo a mis pacientes. Me gusta ayudar, estar con ellos y proyectar seguridad, tanto a mi paciente como a su familia, porque es importante que se sientan acompañados”. Fernando busca, a través de su experiencia y conocimiento, lograr que el paciente comprenda la enfermedad, brindando así una atención cercana.
De la Universidad, Fernando reconoce que le aportó en todos los aspectos: conocimientos, trabajo, oportunidades y mucha persistencia. “Yo a la Universidad le debo todo”, dijo. Además, afirma que le permitió conocer al amor de su vida, su esposa, ginecóloga y oncóloga, a quien conoció en medio de las rotaciones que corresponden a su trayectoria académica. La impronta que deja La Sabana es la importancia de la dignidad humana y la comprensión de que todos somos iguales. Además, ha permitido forjar la resiliencia y la adaptación en el ámbito laboral y en la vida.