Un líder embajador, entre el servicio y la academia

Durante una visita al campus, Óscar Flórez contó cómo aplica en Chile lo aprendido en su Universidad, tanto en el contacto con sus pacientes, como en la formación de sus estudiantes.

Óscar Flórez, quien se graduó en 2008 como enfermero, está de vuelta a su Alma Máter

Está de vuelta. Hace seis años, se fue a vivir a Chile y ahora camina por el campus de La Sabana, preguntándose en qué momento pasó el tiempo y cambió tanto la Universidad que recordaba.

Óscar Flórez, quien se graduó en 2008 como enfermero, está de vuelta a su Alma Máter, por estos días de febrero, para avanzar en asuntos relacionados con el Magíster en Epidemiología que cursa en la Universidad chilena de Los Andes.

“Volver a La Sabana me da una satisfacción similar a cuando uno vuelve a casa y se reencuentra con la familia”, asegura el hombre de 30 años y continúa: “por ejemplo, me sorprendió ver que, cuando llegué a la Biblioteca, Lucy, la celadora del edificio, se acordó de mí, a pesar de que me gradué hace nueve años. Ese sentido humano que diferencia a las personas de esta Universidad se hace evidente en todas partes”.

Justamente, es ese sello el que Óscar ha tratado de realzar en Santiago, la capital chilena, en donde se desempeña como docente de pregrado y posgrado de la Universidad Andrés Bello, dictando asignaturas relacionadas con la gestión del liderazgo en la enfermería, así como calidad y seguridad del paciente. “Ser profesor es muy gratificante porque mis estudiantes llevan consigo lo mejor de mí”, comenta el enfermero y concluye: “por eso, al final de cada semestre, les hablo sobre La Sabana, les cuento lo que en ella aprendí e, inclusive, les muestro vídeos o fotos. De la Universidad viene mi impronta”.

Ese legado también lo ha dejado a sus pacientes, motivadores de la pasión con la que ejerce su profesión. Cuando obtuvo su título, empezó a trabajar en la Clínica de La Sabana. Una vez salió del país, estuvo en el Hospital Parroquial de San Bernardo, encargado, no solo de la Unidad de Calidad y Seguridad del Paciente, sino de gestionar los procesos de acreditación de esa institución, la cual obtuvo el reconocimiento el año pasado. 

Mientras cumplía con esos pasos en su vida profesional, dedicaba también su tiempo a otra de sus grandes aficiones: el estudio. En cuanto llegó a Chile, cursó un MBA en la Escuela de Negocios Andrés Bello, del cual obtuvo doble titulación con la Universidad Europea de Madrid. 

Esas experiencias, sumadas a su alto sentido de pertenencia con la Universidad, lo convierten en un digno Graduado Embajador de Alumni en Santiago. Tal título lo motiva a desempeñarse como líder de esa comunidad en Chile, promoviendo lo que considera la mejor retribución al país que lo acogió: “el trabajo bien hecho, como lo aprendí en La Sabana”.