Ser magíster en Psicología: un compromiso con la transformación social

Alberto Escárraga cuenta cómo haber cursado este programa le dio un giro a su gestión en la Secretaría de Educación de Bogotá y a su perfil como investigador.

Alberto, graduado de la Maestría en Psicología, halló un sentido trascendental para su vida cuando cursó este programa. Trabaja desde hace 20 años en la Secretaría de Educación de Bogotá y, desde hace dos años, se desempeña como coordinador del área de Expresión y Vigilancia Educativa en la misma entidad. Esto le ha permitido desarrollar planes y programas encaminados al fortalecimiento de la educación que reciben los niños en la capital colombiana.

Como líder de un equipo interdisciplinario compuesto por 10 profesionales, Alberto ejerce una función constitucional, que consiste en hacer vigilancia y control de la prestación del servicio educativo en la capital. “Esto tiene una amplia relación con mi perfil como magíster en Psicología, ya que he centrado mi trabajo en garantizar los derechos de los niños, por encima de cualquier cosa. Antes, este rol estaba enfocado únicamente en hacer cumplir la norma y nos hemos esforzado por cambiar eso […] La Maestría me dio todas las herramientas que tengo en este momento para que mi ejercicio profesional vaya más allá de la Constitución y se enfoque en la persona”, afirma.

Para Alberto, uno de los principales compromisos que tiene en su rol es luchar por generar una transformación en la percepción que tiene la ciudadanía sobre el valor de las personas: “Uno de los retos más grandes es que la gente comprenda que el otro es importante y que reconozca sus necesidades, porque eso hace que el bogotano se mueva de una manera distinta por la ciudad, con un mayor sentido de responsabilidad”.

Alma de investigador

El haber cursado una maestría de investigación, como el programa de la Facultad de Psicología y Ciencias del Comportamiento, marcó un hito en la vida profesional de nuestro Alumni. Alberto tiene la satisfacción de haber contribuido a la Secretaría de Educación con su trabajo de grado, el cual obtuvo una mención meritoria. Este le permitió visibilizar la situación de los menores rescatados del Bronx durante la intervención del Distrito en el año 2016. “Por un lado, se abordó a niños, estudiantes de un colegio cerca a esa zona en Bogotá, cuyos procesos de regulación emocional no estaban ajustados a la escuela. La investigación llevó a que se generaran estrategias de vínculo con ellos”.

Además, por cuenta del estudio, se evidenció que había más niños que niñas en la institución, lo que llevó a revelar, con la vinculación de varias entidades del Distrito, la realidad de niñas de 9 a 12 años, quienes estaban siendo víctimas de explotación sexual en la zona. “Esa investigación permitió que se rescatara a esas menores y se diseñaran e implementaran unos programas orientados a esa población vulnerable, para que volvieran a la institucionalidad”, cuenta el graduado.

“Esto me permitió encontrar una población que nunca había estudiado y que le aportó un sentido a mi vida. Cambió mi perspectiva de hacer investigación, de hacer academia”, señala el magíster, quien obtuvo su título en 2021. Para él, su experiencia en la Universidad de La Sabana le sirvió no solo para recibir recursos académicos, “También me ayudó a transformar muchos constructos que tenía desde mi quehacer como profesional, permitiéndome ver que también tenía una responsabilidad como ser humano”. Eso es lo que lo ha llevado a ver la realidad de los niños y las niñas de Bogotá desde una nueva perspectiva, la cual lo ha motivado a continuar liderando proyectos orientados a visibilizar las problemáticas de esa población vulnerable.

Esto es algo que ha podido fomentar a través de su vinculación con la Universidad de La Salle, donde asesora proyectos de investigación con estudiantes de pregrado en diferentes áreas, quienes tienen inquietud sobre temáticas de impacto social. Al respecto, reflexiona: “Les he podido enseñar a mis estudiantes que las teorías y los datos son muy importantes, pero que se vuelven más relevantes cuando adquieren un sentido en la transformación social. Trabajar con la comunidad enriquece, hace evolucionar a la ciudad y genera paz”.

Lo que ha podido hacer con su carrera profesional lo llena de orgullo. “Mi trabajo siempre está concentrado en una proyección social, mirando al otro y pensando en cómo puedo fortalecer sus competencias”, cuenta el graduado. “Eso me ha llenado de alegrías y de lágrimas muchas veces, pero siempre me he sentido muy satisfecho de lo que he hecho y construido”, concluye.