Proyecto impulsa la inclusión digital de la comunidad con discapacidad visual
Según cifras del Gobierno nacional, actualmente hay 1,2 millones de personas con problemas visuales en el país, lo que equivale a menos del 4% de la población. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, esta población se enfrenta a obstáculos para acceder a servicios básicos como la salud, la educación, el empleo, el transporte e, incluso, la información.
Precisamente, la brecha digital es uno de los principales problemas para el acceso a la información en el mundo moderno. Muchas personas con discapacidad visual no pueden acceder a datos online, porque no tienen o no conocen las herramientas para poder navegar o porque las páginas web no están diseñadas para ellas.
Por esto, Carlos Andrés Aldana, estudiante de la Maestría en Periodismo y Comunicación Digital de la Universidad de La Sabana, desarrolló su trabajo de grado en torno a la reducción de la brecha digital de las personas con discapacidad visual en Colombia. Carlos, quien tiene una discapacidad visual, emprendió una empresa consultora que busca asesorar a las organizaciones que quieran crear o modificar sus páginas web y volverlas navegables para esta población.
El estudiante, quien se graduará como magíster el 18 de septiembre, explica que hoy “los desarrolladores web se enfocan en características visuales. Cerca del 85% de la web es de carácter visual y queremos concientizar a estos trabajadores para que hagan sus productos más incluyentes, sin renunciar a los elementos visuales”. Según Carlos Andrés, no es necesario desechar estos aspectos de las páginas, pero sí es importante encontrar otros elementos y etiquetar correctamente las imágenes para la apropiada lectura de las personas con problemas visuales.
Carlos Andrés indica que su intención es concientizar a los diseñadores, desarrolladores y dueños de sitios web para que tengan en cuenta ciertos elementos que pueden convertir sus páginas accesibles para todos. “Los diseños deben ser de carácter universal y no por eso se sacrifica lo visual, solo se tienen que hacer ajustes razonables para que las personas con discapacidad visual, por medio de herramientas como lectores de pantallas o amplificadores, podamos acceder a estos contenidos y disfrutar de las tecnologías de la información y las comunicaciones”, dice.
El emprendimiento de Carlos Andrés ofrece distintos tipos de asesorías que buscan que las empresas sean más incluyentes en sus proyectos digitales: asesoría para hacer las páginas web más accesibles; capacitación a funcionarios que tengan contacto con algún público con discapacidad, con el fin de enseñarles herramientas y lenguajes útiles para dirigirse a esta población vulnerable; capacitación sobre canales presenciales, como asegurar accesibilidad a cajeros electrónicos de bancos, mapas sonoros en las instalaciones de una compañía u ofrecer información en audio.
De acuerdo con el comunicador social y periodista, para que una empresa tenga una página web accesible debe etiquetar los enlaces y todos los elementos gráficos, incluidos los logos y las imágenes; debe implementar cuadros de búsqueda muy bien ubicados e incluir barras de verificación en los formularios que le permitan al usuario con discapacidad saber cuándo un campo de la información ha sido correctamente diligenciado.
Hacer las páginas web accesibles a la población con discapacidad visual no solo genera beneficios para este grupo: las empresas que deciden ser incluyentes en sus diseños pueden aumentar sus ventas a través de servicios a una gran población que ha sido olvidada. Según Carlos Andrés, si las empresas logran volver sus páginas accesibles, “contribuirán a disminuir la brecha digital, brindarán oportunidades para la correcta integración de las personas a la sociedad y aumentarán un mercado potencial de consumidores. Las empresas tienen la posibilidad de llegar con sus productos a un mercado digital de 1.200.000 personas, a un público que estaban perdiendo y al que puede acceder a partir de diseños incluyentes”.