Medicina Familiar: un enfoque administrativo para servir al paciente

Ana María Quijano, graduada de la Especialización en Medicina Familiar y Comunitaria, explica cómo su perfil aporta valor en la gestión de la Clínica del Country y la Clínica La Colina, en donde se desempeña como Subdirectora Médica.

 

Su vocación por el servicio en el área de la salud se manifestó cuando era muy pequeña. Ana María Quijano, subdirectora Médica de la Clínica del Country y Clínica La Colina, y graduada de la Facultad de Medicina; empezó a soñar con ser la profesional que es hoy cuando veía a su abuelo trabajar como médico en su pueblo de origen. Ella lo ayudaba, mientras disfrutaba de verlo recibir en su consultorio a mujeres embarazadas, niños, adolescentes y pacientes con diversas necesidades. Desde entonces, tenía claro que sería médico en el futuro y que se especializaría en medicina familiar.

 

Su deseo de servir a la sociedad a través del servicio de salud empezó a cumplirlo en las fronteras del campus del Puente del Común de la Universidad de La Sabana, donde ha obtenido toda su formación profesional. Arrancó como estudiante de Medicina, hizo su Servicio Social Obligatorio en la Clínica Universidad de La Sabana (para entonces, Clínica Teletón), cursó la Especialización en Medicina Familiar y Comunitaria y hoy es estudiante del MBA del Inalde Business School.

 

Así como ha optado por mantener sus estudios asociados a La Sabana, también decidió, cuando era muy joven, que deseaba hacer carrera en la Clínica del Country, a la que llegó como Médico General en el servicio de Urgencias, hace 15 años. “Yo tenía todo clarísimo: quería graduarme de La Sabana y empezar a trabajar en la Clínica del Country. Era mi sueño. Nací aquí, mi familia y yo siempre fuimos pacientes de acá y me imaginaba trabajando en esta institución”, recuerda.

 

Poco después, se enamoró de la cultura de la Clínica, que coincidía con sus propios valores y con lo que había aprendido en su universidad. “En nuestras clínicas, lo más importante es la calidad y la seguridad de los pacientes, pero el sello que nos caracteriza es la atención humanizada. El centro son el paciente y su familia: que, además de salir sanos, salgan contentos con el servicio que se les dio”, explica.

 

Su preocupación por mejorar el servicio a los pacientes se amplió cuando fue asignada como coordinadora de Urgencias de Adultos. Eso ocurrió cuando obtuvo su título como especialista y se convirtió en la primera Médico Familiar de la Clínica. “Era un cargo administrativo, pero ameritaba ser un muy buen clínico. Lo más importante para mí fue que me permitió manejar un equipo y ser líder, para demostrar en qué consistía la Medicina Familiar, que para entonces no era tan claro dentro de la Clínica”, recuerda la graduada. En su concepto, el rol de quienes se desempeñan en este campo está en integrar a todos los especialistas en favor del bienestar del paciente, lo cual logró consolidar a través de esa coordinación.

 

En el año 2018, fue nombrada Jefe de Urgencias de Adultos, cuando asumió el reto de instalar el modelo de medicina especializada en Urgencias, que implicaba cambiar la Medicina General para ofrecer un servicio liderado únicamente por especialistas. Fue en ese momento que entraron nuevos médicos familiares a la institución, lo cual la graduada considera un logro profesional: “Fui la primera y ya hoy contamos con más de 50 médicos familiares entre la Clínica del Country y la Clínica la Colina, entonces ha sido una trayectoria personal muy

administrativa, pero con una responsabilidad gigante con mi especialidad y con la Universidad de haber traído la Medicina Familiar a nuestras instituciones”.

 

En reconocimiento a su gestión, Ana María no ha dejado de avanzar en su camino profesional. Por eso, recientemente, fue asignada como Subdirectora Médica de la Clínica del Country y la Clínica La Colina. Su responsabilidad es la correcta operación de las clínicas: garantiza que se cumpla con éxito la ruta de atención prevista para el paciente. Eso le implica articular a todos los miembros de la institución que están implicados en ofrecerle un servicio seguro y de calidad, desde que ingresa hasta que sale del centro de salud. “El rol está muy pegado a la Especialización en Medicina Familiar. Me permite continuar siendo esa persona integradora, que no sólo articula al equipo médico sino a un equipo multidisciplinario que comprende enfermería, terapia, laboratorio y farmacia… La especialidad me dio el enfoque que necesitaba para todo el reto que estoy asumiendo”, concluye.

 

En este nuevo rol como subdirectora, está comprometida con el deber de optimizar los procesos para hacer más segura la atención de los pacientes, de acuerdo con estándares internacionales. Además, deberá abanderar un nuevo proyecto de expansión de la Clínica, en el que crecerán varias especialidades, entre ellas gastroenterología, urología oncológica, ginecología oncológica, cirugía cardiovascular y neurociencias. Esta iniciativa implicará la apertura de rutas de servicio especiales donde la atención humanizada sea primero.

 

Para enfrentar esta responsabilidad, le resulta oportuna su vinculación como estudiante al Inalde. Desde el año pasado, había decidido que era tiempo de cursar algún programa que le aportara herramientas para continuar generando valor desde su rol administrativo dentro del sector salud. Por eso, asegura que “siendo todavía Jefe de Urgencias, con unas ganas gigantes de seguir creciendo, me di cuenta de que debía dar un paso más allá, optar por un programa que me diera una visión más integral. Llevo 9 meses estudiando el MBA y, además de que me lo estoy gozando, me está aportando muchísimo para este nuevo cargo”.

 

Pie de foto: Aunque los últimos 10 años de ejercicio profesional de Ana María Quijano han estado marcados por la gestión administrativa, la graduada continúa atendiendo consultas de medicina familiar en su consultorio privado.

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