La psicología, una profesión flexible para "vivir y servir"
Allain Amortegui Lozano, graduado del pregrado y la Maestría en Psicología, es jefe de Talento Humano en el Instituto Distrital de Ciencia, Biotecnología e Innovación. También es el fundador de Coaching y Terapia Integral, un emprendimiento ubicado en el centro de Bogotá.
Allain Amortegui se declaró amante del conocimiento cuando era muy joven. Su vocación profesional partió del interés de “Aprender sobre el mundo, la realidad y las personas, para servir y ayudar a la humanidad de alguna forma”.
Cuando defi nió que quería ser psicólogo, se preocupó por hallar una institución para formarse en los diferentes campos del ejercicio de esa profesión; así, la Universidad de La Sabana fue su afortunado destino. “El ser humano es también integral y, para comprenderlo, se requiere saber de neurociencias, entender de estadísticas, de psicología clínica y de procesos cognitivos… Si no se entiende de nada de eso, no habrá un abordaje objetivo del paciente”, reflexiona el graduado.
Allain aplicó esos conocimientos en los diferentes roles en la Universidad de La Sabana. Después de graduarse del pregrado, se vinculó como profesor e investigador en la Facultad de Psicología. “Esa experiencia me encantó, porque la docencia tiene un amplio valor. Más allá del aspecto académico, un profesor forma vidas. Los conceptos son importantes, pero las experiencias que se dejan en el aula de clase y en la formación de los estudiantes incidirán en los profesionales del futuro”.
Esa misma idea lo acompañó luego, cuando ejerció durante cinco años la Coordinación de Éxito Académico de la Facultad de Comunicación. En ese cargo, además de haber sido el único psicólogo de su equipo, capacitado para apoyar a los estudiantes en situaciones de crisis, amplió su formación desde el punto de vista administrativo. Esta experiencia fue muy valiosa para el camino profesional que empezó más tarde. “Al cabo de un tiempo, me di cuenta de que había crecido y aprendido tanto en la Universidad, que tenía las capacidades para estar en cualquier parte ejerciendo mi profesión, bien fuera desde la psicología organizacional, la clínica o la gestión administrativa”, cuenta Allain.
Por eso, hace año y medio se vinculó al Instituto Distrital de Ciencia, Biotecnología e Innovación (IDCBIS), donde se ejercen labores de investigación médica y biotecnológica para ofrecer soluciones que impacten el sector de la salud en Colombia. En esa organización, Allain es el jefe de Talento Humano: “Eso me compromete a mantener un liderazgo efectivo y transformador con los miembros de mi equipo, y me implica estar en permanente contacto con las personas de toda la organización, para comprender las diferentes áreas desde un punto de vista interdisciplinar, integrar las capacidades de todos y sacar los proyectos adelante”.
Asimismo, para Allain, el rol que ejerce en el IDCBIS le permite trabajar en favor de uno de los valores más determinantes para él, como persona y profesional: la protección de la vida. “Estoy aquí también salvando vidas. Quizás no directamente, pero mi labor es contratar a profesionales cualifi cados y a buenas personas para que el Instituto tenga el impacto que se espera en la sociedad”, plantea el graduado.
Su espíritu emprendedor
Desde hace años, Allain buscaba la forma de emprender con un negocio propio. Por eso, hace tres años, descubrió que la mejor opción posible para él era crear Coaching y Terapia Integral, un emprendimiento que cuenta con su propio consultorio en el centro de Bogotá. Allí, atiende a sus pacientes durante las noches y los fi nes de semana, y ofrece charlas como coach para empresas. “¿Qué lo lleva a uno a ser emprendedor? Las ganas de vivir más allá y servir, de impactar más con lo que uno está haciendo. Me di cuenta de que, si se intentan hacer las cosas bien y se tiene la habilidad, uno debe apostarle a emprender con un proyecto que impacte a las personas”, refl exiona.
Para Allain, empezar este emprendimiento fue la prueba de que se había formado de manera integral y de que, además, había logrado ser fl exible sobre la amplia gama de posibilidades para ejercer su profesión. “Por un lado, hago psicología organizacional en el Instituto y, en mi consultorio, hago psicología clínica, porque hay muchos caminos por emprender. En determinado momento, llegamos a creer que somos buenos para algo, pero ese ‘algo’ no nos defi ne; contamos con la capacidad de desarrollarnos para ampliar todavía más nuestro potencial”, explica.
Sus logros como magíster en Psicología en diferentes escenarios son asociados por el graduado con la formación académica y profesional que recibió en La Sabana. “Ahí aprendí sobre la excelencia. La idea del trabajo bien hecho siempre va a estar marcada en mi cabeza, porque eso le da signifi cado a lo que uno hace. Además, la formación humana es, sin duda, un sello que nos acompaña a los graduados vayamos adonde vayamos, y es lo que más se valora hoy en el ámbito organizacional”, concluye.