El reto de formar líderes para una cultura organizacional basada en la persona

Después de 12 años de trabajar en recursos humanos, Ana María Sarmiento, graduada de Administración y Servicio, emprendió su propia consultora para ayudar a diferentes empresas a formar líderes para una cultura organizacional basada en la persona. “Las empresas han migrado a una cultura en la que han entendido que no es posible tener clientes felices si no tienen primero empleados felices”, dice Ana María Sarmiento, socia fundadora de Urania People Consulting, una empresa dedicada a la consultoría de recursos humanos. Para ella, las nuevas generaciones de profesionales han cambiado el juego en las organizaciones, pues se sienten motivadas a trabajar en sitios donde perciben oportunidades para desarrollarse en función de sus sueños y no solo por la idea de mantener un vínculo laboral estable. Tal cambio ha supuesto nuevos retos para las empresas, en todos los sectores. Para atender esas necesidades, Ana María se dedica hoy a la consultoría. En diferentes organizaciones, fomenta el liderazgo, team building y la inteligencia.

 

emocional, temas en los que empezó a formarse cuando se enamoró del mundo de los recursos humanos durante su práctica profesional en Kimberly-Clark Corporation (KCC). “Encontré muy rápido mi Ikigai (término japonés que hace referencia al propósito) en mi vida profesional. Lo mío es el entrenamiento, capacitar y desarrollar a las personas”, dice con contundencia. En su carrera, ha podido trabajar en grandes organizaciones y ha descubierto el impacto de capacitar a los empleados para elevar su potencial. Alguna vez, uno de sus líderes expuso una reflexión: “¿Qué pasa si capacitamos y entrenamos a un empleado y se va? ¿Gastamos presupuesto innecesariamente?

 

Sin embargo, la lógica es justamente la contraria: ¿qué pasa si no capacitamos a un colaborador y se queda?”. Para la administradora, esta labor permite reconocer las necesidades particulares de los miembros del equipo, así como sus capacidades, para llevarlas a un nivel superior que responda a las expectativas de la organización.

Con esa certeza, y con el entusiasmo de aprovechar sus propias habilidades profesionales, Ana María trabajó para fortalecer su perfil y alcanzar los cargos que ella sabía que la formarían para ser la consultora en recursos humanos que es hoy. Después de su práctica en KCC, pasó a un cargo de generalista en Recursos Humanos en Novartis y luego llegó a Bavaria, donde después de varios cargos en diferentes áreas llegó a ser, en 2016, especialista en entrenamiento y desarrollo, en la ciudad de Medellín. “Esa posición me permitió viajar por Colombia, lo cual me dio una lección muy valiosa: lo más importante en un programa de capacitación y entrenamiento es conocer al público al que se va a entrenar”, pues tener en cuenta el contexto favorece la consecución de los resultados de la capacitación y, por tanto, el cumplimiento de los objetivos de la organización.

Tiempo más tarde, Ana María llegó a la que dice fue una escuela de vida profesional. En MetLife Colombia, ejerció el papel de Learning Partner y el de gerente de Crecimiento y Desarrollo. “Llegué a un rol que anhelaba, ya que, además de diagnosticar las necesidades de la organización en desarrollo y capacitación, también creaba contenido, impartía capacitaciones y lideraba a un equipo de seis entrenadores. Eso me permitía hacer lo que me gusta: hablar en público, desarrollar habilidades nuevas en la gente, crear conocimiento y transformar la vida de las personas. Yo nací para hacer esto”, asegura.

Participar en esa compañía durante cuatro años le impuso nuevos retos frente a las habilidades que debía formar en los empleados, ya que venía del sector de consumo masivo (tangibles) y ahora debía desempeñarse en el sector de servicios financieros (intangibles). “Venía de Bavaria, donde las cervezas se venden de una forma muy diferente a los seguros de vida. Llegué a una empresa donde rara vez hay ventas por impulso; la gente no despierta un día pensando en que quiere comprar un seguro de vida”, señala.

Con esa comparación, Ana María destaca que, para los consultores, vender ese producto les implica sensibilizar a sus clientes sobre un beneficio intangible: la protección ante un eventual suceso trágico. En ese sentido, quien se dedica a promover este producto requiere de habilidades blandas que le permitan obtener los resultados esperados. De ahí que “Entrenar a las personas en inteligencia emocional y en resiliencia para escuchar 15 veces ‘no’ por parte de sus clientes, para llegar después a un ‘sí’, generó en mí un cambio absoluto. Me di cuenta de que el entrenamiento debía ir enfocado al ser humano y no solo a la parte técnica de un producto o servicio para generar un cambio en un equipo de ventas”, cuenta la graduada.

Su papel como emprendedora Después de 12 años acumulando experiencia en torno a la gestión y la formación de personas, llegó el momento en que Ana María inició su propio negocio de consultoría. En 2022, viajó a Panamá con su familia para empezar una vida nueva. Ese fue también el inicio de Urania People Consulting, una empresa dedicada a asesorar a grandes compañías en ese país, Colombia y México, en asuntos relacionados con el desarrollo humano. Motorola Solutions, Hoteles ClickClak y Lenovo son algunos de los clientes con los que ha podido trabajar en conjunto con su socia, en capacitación, entrenamiento, desarrollo, cultura organizacional, atracción de talento, diversidad e inclusión laboral y marca empleadora.

Para Ana María, dar el salto de estar vinculada a una organización para crear su propio negocio le ha permitido ampliar su espectro para conocer la realidad de empresas de diferentes sectores. “Estar todos los días en empresas diferentes nos permite tener claridad de lo que está pasando en el mundo para incorporarlo como información valiosa dentro de las consultorías”, señala.

Además, Urania People Consulting ofrece servicios para empresas y personas. Uno de estos llena de manera especial el corazón de Ana María: “Ofrecemos un programa que cambia vidas. Se llama ‘Ella lidera’ – Programa de Liderazgo Femenino. He trabajado en varias empresas multinacionales y me he dado cuenta de que las mujeres tenemos retos muy distintos en el entorno profesional. Por eso, mi socia y yo creamos un programa enfocado en las mujeres y en cómo fortalecer sus habilidades en un mundo corporativo, como líderes empoderadas, en donde aprovechamos nuestra experiencia; particularmente, me agrada aportar mi visión como mujer emprendedora, como mamá, esposa y profesional”, concluye.

Ana María asegura que el origen de las competencias que adquirió para el desarrollo de su profesión está en la Universidad de La Sabana. "Concretamente, ser monitora por mucho tiempo me formó como persona, al percibir responsabilidad en esa función y al ejercer el liderazgo con mis compañeros. Todo eso empezó a hacerme la profesional que soy hoy”, recuerda Ana María.